Trabajos en grupos, celebraciones, espacios de reflexión y de encuentro, representaciones y tiempos libres es lo que se vive en la Pascua Joven: un retiro hecho por jóvenes para jóvenes. Desde 2016 se realiza en Montevideo a través de la Sociedad de San Juan y la propuesta consiste en vivir una experiencia profundamente espiritual y eclesial del misterio de la Pascua. Comienza el miércoles santo por la tarde y termina el domingo de Resurrección a mediodía. Para esta Pascua Joven se habilitaron 140 lugares para chicos y chicas, pero ya no hay cupos disponibles. Felipe Algorta (21) es uno de los organizadores de la Pascua Joven en Uruguay, en la siguiente entrevista cuenta cómo llegó esta celebración a Montevideo y cómo es la experiencia de vivir una Pascua con mucha alegría y “mucha intensidad”.

¿Cómo definirías la Pascua Joven?
La Pascua Joven es un encuentro, un retiro, para jóvenes de 5° y 6° de bachillerato que buscan vivir la Semana Santa de una forma distinta. Vivimos en una cultura en donde la Semana Santa se enfoca mucho en el turismo, viajes con amigos o con familia; por eso tenemos una propuesta para que en esos días podamos vivir y acompañar todo lo que vivió Jesús en ese tiempo. Hacemos mucho hincapié en el compartir con los demás... hay momentos más personales y otros de compartir, eso es los que más te aporta.

La celebración comenzó en Argentina, ¿cómo es que llegó a Montevideo?
Surgió en Córdoba (Argentina), en la Sociedad de San Juan de allá. Esta Pascua se celebra allá de esta forma desde hace 16 años. En 2015, diez uruguayos fuimos invitados a vivirla en Pilar, Argentina. Al principio no entendíamos mucho de qué se trataba, pero fue una experiencia impresionante... se palpitó mucho la Iglesia viva: la certeza de que Jesús estaba vivo. Al año siguiente, con la Sociedad de San Juan de Montevideo nos propusimos hacerla acá.

Organizar la primer Pasca Joven en Montevideo fue todo un desafío... me acuerdo de que éramos pocos pero salió con mucha fuerza. La herramienta más fuerte que teníamos para invitar a chicos ese año era el testimonio personal de cada uno de los que habíamos viajado a Pilar. La invitación fue muy personal y llegamos a ser 50 jóvenes. Además, tuvimos la colaboración de cuatro misioneros argentinos que tenían experiencia de organizar la Pascua allá y nos dieron muy buen asesoramiento, quizá había muchos detalles importantes que no habíamos tenido en cuenta, y ellos con su experiencia nos marcaron muy bien el camino a seguir.

¿Qué "huella" ha dejado en vos la Pascua Joven?
La Pascua Joven fue lo que me acercó más a Jesús, fue un punto de quiebre en mi vida. Yo vivía la fe de forma distante, tenía a Dios como alguien lejano. Cuando iba a Misa, entraba y salía igual, no sentía que pasara nada extraordinario ahí dentro.

En esa Pascua Joven de 2015 en Pilar, con esa cantidad de jóvenes que estaban todos unidos y cantando, pude experimentar que Jesús estaba vivo. A partir de ahí sentía que necesitaba compartir todo eso que viví. Es como el pasaje del Evangelio que dice “Hay una voz que clama en el desierto: preparen el camino (…)” (San Marcos 1: 3-15), estamos preparando el camino para que todos esos chicos se encuentren con ese Jesús amigo, cercano.

Creo que debemos vivir muy bien el tiempo de la Cuaresma, para luego vivir con mucha fe la Semana Santa. No se puede perder la finalidad de la Semana Santa: todo lo que vivió Jesús por nosotros y la salvación que nos dio. Es un tiempo para estar alegres, sabemos que Jesús venció y está vivo. Es bueno ver que, además de nosotros, muchas parroquias preparan sus celebraciones y las viven con mucha fuerza.

¿Cómo será la Pascua 2019?
Será del miércoles 17 de abril al domingo 21 en Casa Vianney, y esperamos que sean 140 los chicos que la van a vivir. Además, somos un equipo de 60 animadores más 60 servidores (que participan del programa Fragua), junto a dos sacerdotes de la Sociedad de San Juan y tres hermanas de la Sociedad de María. ¡Vamos a ser un montón!

Ahora en la preparación previa, los organizadores, nos dividimos en equipos: administración, pagos, logística, donaciones, compras, música, obras de teatro y formación de los animadores. Los animadores son chicos que ya han vivido la Pascua Joven y conocen todas las dinámicas, ya las estamos practicando domingo a domingo.

Respecto a los sacerdotes y las hermanas, siempre están para charlar y hacer un acompañamiento espiritual. Los sacerdotes se encargan de las celebraciones, las misas, las confesiones; y las hermanas tienen asignadas las catequesis diarias y guiar las oraciones de la mañana y de la tarde.

Cada día de la Pascua se vive de una forma distinta, ¿cuál es el propósito de cada día?
Lo central es acompañar lo que vivió Jesús. Por eso, cada día se acompaña de un lema y se vive una actitud distinta. El miércoles es la llegada de los chicos, un día introductorio. Como siempre, vamos a armar grupos de diez personas (le llamamos cenáculos) que se mantendrán durante toda la Pascua Joven; cada uno tiene un animador.

El jueves, día de la primera Eucaristía, la Última Cena y el lavado de los pies de Jesús, es un día en el que vemos que Jesús es nuestro amigo. El viernes es un día muy fuerte, se vive la pasión con mucha intensidad... las dinámicas que se hacen apuntan a eso, a la cruz de Jesús, a cómo Él se entrega por nosotros. A ver los problemas de cada uno y la invitación de Jesús a compartirlos con Él y cargarlos. El sábado y el domingo son días de mucha alegría y mucha gloria: Jesús resucita. Uno se va con ese mensaje, que es impresionante.