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La fiesta de nuestra patrona

El domingo 12 de noviembre nuestra Iglesia católica celebró la tradicional fiesta de la Virgen de los Treinta y Tres, mientras que fieles desde todos los rincones peregrinaron hacia Florida para honrarla.
Una multitud de fieles se congregó en la Catedral de Florida. Fuente: R. Fernández

Bajo un clima de emoción y solemnidad, miles de personas se convocaron en las inmediaciones de la Catedral Basílica de Florida, para homenajear a la Virgen de los Treinta y Tres, patrona de nuestra patria.

La tradicional jornada de peregrinación transcurrió en un clima de oración, reflexión y júbilo. Rápidamente, las inmediaciones del templo se llenaron de fieles —de todas las edades, tanto de capital como desde el interior— que celebraron la eucaristía para rendir homenaje a la Virgen y para agradecer nuevamente la reciente beatificación de Jacinto Vera, el pasado 6 de mayo en el Estadio Centenario.

Actividades para todos

Esta peregrinación nacional tuvo como inicio la realización de la santa misa, que se desarrolló a las diez de la mañana afuera del Santuario de la Virgen de los Treinta y Tres. A medida que los peregrinos llegaban, se situaron en la Plaza Asamblea, muchos de ellos con banderas de sus respectivos carismas y comunidades.

Dentro de las novedades de la jornada, la diócesis de Salto presentó una valija que acompañó la peregrinación de las reliquias de Jacinto Vera, donde los fieles colocaron distintas intenciones para presentarle al Señor por intercesión de nuestro obispo gaucho y de la Virgen María.

La celebración fue presidida por el Card. Sturla desde fuera del templo, mientras que los fieles se congregaron en la Plaza Asamblea. Fuente: R. Fernández

Precisamente, además de los eventos religiosos, la festividad incluyó una conferencia titulada “El Beato Jacinto y la Virgen María”, que también se desarrolló en la Catedral de Florida. Esta conferencia brindó a los asistentes la oportunidad de profundizar en su fe y comprender mejor la relación entre el beato Jacinto y la Virgen María, fortaleciendo así su conexión con la historia de nuestra patria.
En simultáneo se realizaron algunas actividades artísticas en la zona del Prado hasta que, alrededor de las cuatro de la tarde, comenzó una emotiva procesión desde allí hacia el Santuario de la Virgen.

Testimonios de fe

La actividad que convocó a la mayor cantidad de fieles fue la celebración eucarística. La santa misa fue presidida por el Card. Daniel Sturla, acompañado por obispos y sacerdotes de todo el país. También participó el nuncio apostólico en el Uruguay, Mons. Gianfranco Gallone, junto al secretario de la nunciatura.

El arzobispo de Montevideo agradeció a Mons. Martín Pérez Scremini, obispo de la Diócesis de Florida, la invitación a celebrar la misa, además de recordar a aquellos obispos que no pudieron participar: “Nos unimos a los obispos que no han podido estar, de modo especial al nuevo obispo de Mercedes, Mons. Luis Eduardo González, al emérito Mons. Collazzi, a Mons. Pedro Wolcan, de Tacuarembó, y a aquellos obispos eméritos que están en el Hogar Sacerdotal”.

Entre los grupos de peregrinos, se encontraban aquellos jóvenes que caminaron cien kilómetros hacia el Santuario Nacional de la Virgen de los Treinta y Tres. Fuente: R. Fernández

Al comienzo de su homilía, el Card. Sturla se dirigió directamente a los miles de fieles presentes en la Plaza Asamblea.

“Una palabra nos define hoy a todos nosotros: peregrinos. Hay personas de distintos rincones de la patria. Si miramos el norte, aquí hay gente de Bella Unión, de Rivera o de Melo, y toda la geografía del Uruguay está presente entre nosotros. Hay fieles que vinieron caminando, como este grupo de jóvenes que hicieron la 100k, desde Melilla en Montevideo hasta aquí. Y hay otros que han venido caminando desde Durazno, de Chamizo. ¡Qué bueno encontrarnos y saber que somos caminantes!”, remarcó, para luego valorar las distintas iniciativas que realizó cada comunidad: “Muchos han venido en peregrinaciones que organizó la parroquia, la diócesis o la capilla. Hay niños, adolescentes, jóvenes, adultos, y las que yo llamo ‘las todoterreno’, que no aflojan ni con sol, ni con agua, ni con nada, y que dan un testimonio hermoso de nuestra Iglesia”.

Por María y Jacinto

El beato Jacinto Vera fue una persona muy devota de la Virgen María y, particularmente, de la Virgen de los Dolores. El Card. Sturla aprovechó la ocasión para recordar el rol de la religión en la constitución de nuestro país, y valorar el ejemplo misionero de nuestro primer obispo, además de agradecer por su beatificación.

Durante la celebración, la Diócesis de Salto presentó una valija que acompañó la recorrida de las reliquias de Jacinto Vera. Fuente: R. Fernández

“Aquí, las puertas de esta catedral de Florida, basílica y santuario, tienen labrada artísticamente en bronce la historia de la imagen y de las fiestas patrióticas, que entrelazan con las mismas raíces de nuestro ser como nación. Desde las misiones, donde manos indias las labraron, pasando por las vicisitudes de nuestros curas patriotas. Nuestra patria nació católica, como dijo san Juan Pablo II aquí en Florida, y así está plasmada en esta puerta que les invito, después, que no dejen de mirar y admirar. También ha sido un año muy especial para la Iglesia en el Uruguay, porque vivimos un acontecimiento anhelado por generaciones de uruguayos”, comenzó a explicar el arzobispo.

De acuerdo con el Card. Sturla, Jacinto fue un “peregrino de la Virgen. Fue al Santuario de Lourdes poco después de las apariciones, y a Betharram —la Virgen de los bayoneses, de los vascos—; y, además, fue devotísimo de la Virgen de los Dolores, que su familia veneraba desde las Islas Canarias. Pero la mayor peregrinación de don Jacinto fue llegar a todos los rincones del país y tocar el corazón de los uruguayos con su cercanía (…) Le pedimos hoy a Jacinto, devoto de María, que nos ayude a encontrar los rumbos como nación y como iglesia”.

Constructores de paz

El arzobispo culminó su homilía realizando una exhortación hacia los peregrinos presentes, referidos hacia la defensa de la vida, la propagación de la paz y la evangelización de la Palabra de Dios.

Durante la tarde, los peregrinos de las distintas comunidades se trasladaron hacia la zona del Prado, para disfrutar de propuestas artísticas. Fuente: R. Fernández

“Hay tres elementos que me gustaría subrayar. En primer lugar, que sigamos siendo defensores de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, y no dejarnos engañar por una campaña hábil, que quiere imponer la eutanasia en nuestra legislación. Segundo, que seamos constructores de paz en nuestras familias y en la sociedad, donde no queremos que nos divida ninguna grieta. Siempre debemos construir puentes de entendimiento, aunque pensemos de modo distinto, o votemos diferentes propuestas. Ante todo, somos orientales. Le pedimos a la Virgen que pueda llegar la paz a todos los rincones del mundo, a Ucrania, a Tierra Santa. Pensemos hoy en los israelitas secuestrados y también en los civiles que están muriendo en Gaza. Recemos por la paz, nos unimos al santo padre en la súplica por la paz. Y tercero, que sigamos proclamando con intrepidez nuestra fe en Jesucristo Salvador. Él es quien da respuesta a las inquietudes más hondas del corazón humano”, afirmó.

 

Por: Leandro Lia

Redacción Entre Todos

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