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¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Comenzó la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos. En la Catedral Metropolitana la misa estuvo presidida por el Card. Daniel Sturla.

Como ya es tradicional, cientos de fieles se reunieron, minutos antes de las 11 horas, en la Plaza Zabala. Una mesa dispuesta para la celebración y un atril aguardaban al comienzo de la bendición de ramos.

Aproximadamente unas doscientas personas recibieron, con sus respectivos ramos de olivos y laurel, la bendición del Card. Daniel Sturla, quien presidió toda la celebración.

Una vez finalizado el rito de la aspersión, los fieles partieron en procesión hacia la Iglesia Matriz con cantos de alabanza, en conmemoración de la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén. Al ingresar al templo, más de una centena de feligreses ya aguardaban el inicio de la misa desde sus bancos. Con la procesión ya finalizada, la Catedral ya lucía colmada.

La Pasión del Señor

La celebración fue acompañada por Mons. Stephen Kelly, de la Nunciatura Apostólica, y el Pbro. Mauricio Cabral, de la parroquia San Francisco de Asis, además de la presencia del párroco de la Iglesia Matriz, Pbro. Juan González.

La celebración inició con el rito de la aspersión, en la Plaza Zabala. Fuente: R. Fernández

La homilía del Card. Daniel Sturla estuvo enfocada hacia la sencillez de Jesús: "Comenzamos la semana mayor del año litúrgico con los ramos y escuchando la alegría de Cristo, que entra en Jerusalén. Pero, después, compartimos la Pasión del Señor según san Mateo, y la segunda lectura nos da una clave importante del sentido que tiene lo que Jesús ha vivido. El que era de condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios".

De acuerdo con el arzobispo, Cristo se convirtió en la nada misma por amor al hombre. "Todos queremos figurar, que nos tengan en cuenta o tener un título. Jesús, que era el hijo de Dios, llegó hasta la muerte de cruz. La peor de las muertes que existía en la época. El peor invento de tortura, de degradación del ser humano, era ese que los romanos habían hecho de la crucificción. Se hizo nada hasta alcanzar su muerte de cruz", afirmó. 

“Jesús, que era el hijo de Dios, llegó hasta la muerte de cruz”

Card. Daniel Sturla

En la Pascua de Jesús

Posteriormente, el Card. Sturla se centró en la trascendencia de Jesús: "San Pablo seguía diciendo: 'Pero Dios lo exaltó, dándole el nombre que está sobre todo nombre'. Entonces, ya anunciada la resurrección de Cristo, todos nosotros en el día de nuestro bautismo formamos parte de su Pascua".

Los fieles tienen sus respectivas intenciones al momento de levantar sus ramos de olivo o laurel. Fuente: R. Fernández

Dentro de los ritos de dicho sacramento, el arzobispo explicó que "también hemos vivido el ser sepultados en el agua y resurgir como hombres y mujeres nuevos, compartiendo con Cristo su misma historia".

"Estamos también invitados a traer al Señor nuestras debilidades, nuestras fragilidades, dolores y hasta nuestros pecados, y a ponerlos junto a la cruz de Jesús. Nos hacemos 'nada' junto a él, para que Dios, nuestro padre, nos levante, nos haga resurgir, nos dé la fuerza de la Pascua y, con el perdón de nuestros pecados, la posibilidad de una vida nueva. Vivamos esta Semana Santa acompañando a Jesús, caminando junto con Él, experimentando sus gozos y sus dolores, y uniendo nuestra vida a su vida, para resucitar con él a una vida nueva", concluyó.

“Que Jesús nos dé la fuerza de la Pascua y la posibilidad de una vida nueva”

Card. Daniel Sturla

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