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Se adelantó la Navidad en el Comcar

Unos 60 privados de libertad participaron en las Misas de fin de año
Al final de la Misa hubo un momento de encuentro y festejo /C. Bellocq

La Unidad N° 4 "Santiago Vazquez" tuvo su Navidad adelantada el pasado viernes 15, cuando se celebró la Misa del nacimiento de Jesús. Hubo dos ceremonias, una en el centro interreligioso y otra en el Módulo 14. Asistieron unos 60 hombres, además de una treintena de agentes pastorales y decenas de policías y operadores carcelarios.

“La Misa de Navidad es una larga tradición en las unidades penitenciarias de Montevideo”, comentó el director de la Pastoral Penitenciaria, José María Robaina.

La ceremonia principal fue presidida por el Cardenal Daniel Sturla. El lugar donde se celebró es una capilla interreligiosa que queda en el predio. Es un local que fue levantado por los mismos privados de libertad durante un año de trabajo. Todos los detalles están cuidados: las paredes bien pintadas -algunas lisas y otras con dibujos-, los bancos, imágenes, el pesebre y hasta canteros con flores en la entrada.

Para la Misa las personas privadas de libertad (en la jerga son “PPL”) fueron llegando en grupos, acompañados por los operadores. Al arribar saludaban con afecto a los agentes pastorales, aquellos que los visitan todos los viernes entre las 9 y las 12 de la mañana. Se notaba un clima de verdadero encuentro, con risas, abrazos y chistes.

“Esta iglesia se ha levantado a fuerza de pulmón con ayuda de todos los PPL, es un orgullo”, declaró a ICM la operadora Walquiria Goyeche, referente religiosa del centro. La que puso la primera piedra fue la reverenda Audrey Taylor, anglicana. El lugar se usa para todos los credos y los católicos realizan allí las misas y bautismos.

Según explicaron desde Pastoral Penitenciaria, hay dos misas por año en esta cárcel. Una es a mediados de año y la otra, cerca de Navidad. Participar en estas celebraciones implica salir de las celdas y los módulos, y por eso quienes asisten son los que han estado en las actividades de todos los viernes.

Durante la Misa /C. Bellocq

Durante la Misa /C. Bellocq

Esos encuentros son sencillos, cercanos. De a dos o tres, los católicos van a las distintas zonas del penal y comparten su tiempo con los PPL. “Venimos a acompañar, a encontrarnos, estar con ellos, escucharlos, consolarlos y decirles que tienen un Padre en el Cielo que los quiere y que no deben perder las esperanzas. Es el encuentro con el hermano que está sufriendo”, resumió Robaina.

“Algunos al principio no querían venir, otros empezaron a 'contagiarse' de los que veían”, compartió María Eugenia Varela, una de las cerca de 30 personas que van todos los viernes al penal. Esta chica es bastante menor que sus compañeros -varios de los cuales son jubilados- y da cuenta de los cambios que vio en los jóvenes que visita todas las semanas: “Algunos no nos miraban a los ojos, ahora se sienten personas y nos miran. Con una sonrisa les podemos levantar el ánimo. Son detalles que les cambian el día. Somos instrumentos de Dios, es Él quien tira para adelante y demuestra que es misericordioso, está con ellos y no los abandona pese a los pecados que hayan cometido”, ilustró.

La obra de estos agentes pastorales es encomiable. “Están tocando muchos corazones en el 11”, contó sencillamente Gonzalo García, del Módulo 11. Otro modo de expresarlo es lo que ocurrió en la vida de Margarita Hermida. Era directora de la Cárcel de Mujeres y veía el cambio en la vida de las reclusas, especialmente en las de máxima seguridad, a raíz de su involucramiento con las propuestas de la Iglesia católica. Una vez que se jubiló, su vida dio algunos giros y desde hace cuatro años es agente pastoral, del otro lado de la historia. “Los caminos del Señor”, dice.

"Jesús es el que nos libera"

El canto de entrada de la Misa fue “Vienen con alegría”, entonado a viva voz entre muchos aplausos. De verdad había un ambiente de felicidad, por un momento el entorno hostil parecía haber desaparecido. El Cardenal estuvo especialmente cercano con los presentes y en la homilía los invitó a cantar la antífona del Salmo: “Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. Los PPL lo siguieron con gran entusiasmo.

“Jesús es el que nos libera”, continuó diciendo, y explicó que el Señor es “amigo de todos y se une con la situación que estamos viviendo”. Luego compartió sus deseos para todos los que lo escuchaban, que van a pasar una Navidad en el centro de rehabilitación: “Que en este tiempo puedan tener aguante y puedan tener gente, como los de la Iglesia que siempre los visitan, para que les den aguante”.

La ceremonia fue en el centro interreligioso del Comcar /C. Bellocq

La ceremonia fue en el centro interreligioso del Comcar /C. Bellocq

A continuación, invitó a rezar en silencio y pensar qué le pueden agradecer o pedir a Jesús en Navidad. Algunos se animaron a decirlo en público. “Salud y perdón por lo que hice”, comentó el primero. El segundo hizo una verdadera oración de alabanza a Dios. “Gracias por todo lo que me has dado, por salvarme de la muerte. Gracias porque me trajiste acá para conocerte”, comenzó, y siguió pidiendo perdón y purificación. El tercero fue Ruben, quien agradeció al Señor por haberlos reunido y pidió que el espíritu se expanda por todos los módulos.

Antes de terminar la Misa, todos recibieron la oración para rezar en Navidad. Después fue el momento de compartir unas galletitas, saludarse, sacarse fotos y tener las últimas charlas antes de fin de año. Varios recibieron rosarios de plástico y, orgullosos, se los colgaron al cuello o prometieron regalárselos a su esposa, novia o madre. No faltó quien pidió los jazmines que habían estado en el altar, para tener un detalle con su mujer en la próxima visita.

El P. Javier Galdona celebró Misa en el Módulo 14 /C. Bellocq

El P. Javier Galdona celebró Misa en el Módulo 14 /C. Bellocq

Todo esto se vivió también en el Módulo 14, donde están los procesados por delitos sexuales. Ellos no circulan dentro del predio y por eso tuvieron una celebración exclusiva, presidida por el P. Javier Galdona.

Algunas despedidas se hicieron un poco duras, pues pasarán varias semanas antes de que los agentes pastorales vuelvan al lugar. Todos se quedaron con sus “deberes”: leer la Palabra de Dios, rezar y comportarse como verdaderos hijos del Padre.

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Este viernes saldrá un informe en ICM Noticias

Algunos testimonios

Gonzalo García
"Tener una iglesia es tener esperanza. Cuando uno cae preso, todos te rechazan, te señalan. Y Dios te vino a buscar, te da un aliento, te da fe. Pese a que estoy preso, me siento libre, en los momentos malos busco a Dios y Él me saca de acá. Empecé a buscar a Dios, se me abrieron muchas puertas (...). Vale la pena buscar a Dios. Tuve una vida bastante torcida y Él está haciendo muchas cosas en mi vida".

Victor Manuel Rodríguez
"Tener una iglesia acá es mucho. Yo no escuchaba la Palabra de Dios pero estoy en soledad, no tengo visita, y esto es un apoyo, una compañía. Tengo que tener fe porque estoy solo contra el mundo".

Victor Andrada
"Si acercas tu corazón a Cristo, te va a ayudar a cambiar, a tener otra vida, otro rumbo. Llevo la fe en el corazón, todos los días le pido a Dios que pueda salir adelante y no caer en las tentaciones".

/Por C. Bellocq

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