La noche del miércoles 27 de marzo, en la parroquia Tierra Santa, se celebró la Misa Universitaria de Iglesia Joven Montevideo. Esta celebración, que se está volviendo tradición en el calendario de los jóvenes de nuestra Arquidiócesis, se desarrolla dos veces en el año; durante el tiempo de Cuaresma y durante el tiempo de Adviento. Fue presidida por el Card. Daniel Sturla y estuvieron presentes el Vicario de la Pastoral Juvenil de Montevideo, el P. Mathías Soiza, así como el párroco de Tierra Santa, el P. Ricardo Ramos.
En esta ocasión la Eucaristía fue seguida de una charla de los jóvenes con el Cardenal Daniel Sturla, en el Aula Magna de la Universidad Católica. El tema del encuentro fue “Criterios para el discernimiento en año electoral”.
Antes de comenzar la Misa, se realizó un momento de Adoración Eucarística en el que participaron unos 150 jóvenes. Tanto la Adoración como la Eucaristía fueron animadas por un grupo de jóvenes de varias comunidades de la Iglesia montevideana.
La justicia y la libertad
La homilía del Card. Daniel Sturla estuvo centrada en el tema de la Ley, basado en el Evangelio de San Mateo 5, 17-19, en el que Jesús dijo: “No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”. Sobre la ley resaltó dos aspectos fundamentales: la justicia y la libertad.
Sobre la justicia, el Arzobispo de Montevideo sostuvo que “la ley ayuda a regular las relaciones humanas” y añadió “el tema es si la ley es justa. Si es así, ¡¡¡Bendito sea Dios!!!”. A continuación se preguntó qué era lo justo y respondió: “Dar a cada uno lo suyo, lo que corresponde. Y por tanto que cada uno, en la familia, en la sociedad, en una institución universitaria, tenga lo que corresponde de acuerdo a su realidad”. No obstante remarcó: “El tema es cuando vemos que hay una injusticia, eso sí nos enoja”.
Después, el Card. Daniel Sturla habló sobre la libertad “que hace que asuma esa ley como algo que me toca, que me es propio y no como algo que me viene de afuera”. Explicó los conceptos de autonomía y heteronomía: “la primera es cuando asumo lo propio con responsabilidad; la segunda es cuando para mí todo viene de afuera, es lo que me mandan, porque tengo que cumplir”. “Esto se verifica también en la vida cristiana”, agregó.
El Arzobispo de Montevideo reiteró que “muchas veces a nosotros la Ley de Dios, marcada por los Diez Mandamientos y lo que la Iglesia nos enseña a partir de ellos, nos parece que viene de afuera y no la terminamos de asumir con libertad”. Añadió que muchas veces el desconocimiento de la Ley de Dios nos provoca un sentimiento de imposición.
La plenitud de la ley
Más adelante, el Card. Daniel Sturla llamó la atención a los presentes sobre el Evangelio leído en la Misa: “No he venido a abolir la ley, sino a darle plenitud”. Explicó que la plenitud que vino a traer Cristo era la de la libertad y el amor.
Añadió que “la ley cristiana se entiende desde el amor que llena de contenido la Ley. Por ejemplo: voy a la Misa los domingos. ¿Tiene valor si voy sólo porque me lo manda la Ley? Por supuesto que sí, pero tiene mucho más sentido si descubro el amor con el cual Dios me lo pide y por el cual yo estoy invitado a vivirlo”.
Continuando, el Arzobispo de Montevideo preguntó: “¿Tiene sentido así una ley que cumplo, aunque todavía no descubra totalmente su valor y lo asuma en libertad como propio?”. “Sí, tiene valor como un acto de confianza que realizo. Pero de todas formas, en la madurez del cristiano, estoy invitado a descubrir que el Señor no me quiere esclavo, me quiere libre”, fue su respuesta.
Subrayó, sobre el final de su alocución, que “la Ley de Dios, en la medida que la descubro y la medito, en la medida que encuentro su sentido, me hará más libre. La plenitud de la ley es el amor y el amor supone mi libertad”.