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Una oportunidad para dejarnos transformar por el paso de Dios

Se celebró la Misa de la Cena del Señor en la Catedral Metropolitana
Celebración de la Misa de la Cena del Señor en la Catedral Metropolitana/ Fuente: Federico Gutiérrez

En la tarde noche del jueves 9 de abril, en la Catedral Metropolitana, se celebró la Misa de la Cena del Señor que da comienzo al Triduo Pascual. Esta celebración además es la de la institución de la Eucaristía y del sacerdocio, en la que Jesús da a sus apóstoles el mandamiento del amor y lava los pies de sus discípulos (rito que no se pudo realizar debido a la pandemia que asola al planeta).

La celebración estuvo presidida por el Card. Daniel Sturla, acompañado por los Obispos Auxiliares de Montevideo, Mons. Luis Eduardo González y Mons. Pablo Jourdan. Además estuvieron presentes tres sacerdotes y algunos seminaristas. Fue seguida a través del canal web de ICMtv y la transmisión de televisión por cable.

"El paso de Jesús transforma"

El Card. Daniel Sturla comenzó la homilía mencionando la alegría de la celebración, a pesar de la tristeza por la ausencia de fieles debida al coronavirus. Enseguida, hizo referencia a la lectura del Evangelio de Juan y sus dos aspectos esenciales: por un lado el paso de Jesús de este mundo al Padre y  por el otro el amor hasta el extremo de Jesús hacia sus discípulos.

El Arzobispo de Montevideo explicó que la palabra Pascua significa el paso de Dios. Recordó que en la primera lectura de la Misa se relataba el paso del Ángel exterminador, la última plaga de Egipto, y como la sangre del cordero pascual en las puertas fue señal de salvación para aquellas familias judías que habían marcado sus casas.

“Es el Pueblo de Dios que pasa el Mar Rojo para ir de la esclavitud a la libertad. Es también Jesús que pasa, a través de la muerte, para llegar a la vida plena de la Resurrección. Como dice el Evangelio “pasa de este mundo al Padre”, afirmó.

El Card. Daniel Sturla enfatizó que “el Hijo de Dios, que se ha hecho hombre y vuelve al Padre, vuelve con su carne de hombre. El Dios que se ha hecho hombre hace ahora que el hombre pueda llegar a Dios”. Para nuestro arzobispo “el paso de Jesús es un paso que transforma, este también es el paso de la Pascua. Comenzando este triduo pascual estamos invitados a dejarnos transformar por este paso de Cristo. Y si estamos enojados, pasemos a la paz y a la mansedumbre; si estamos tristes, pasemos a la alegría; si toda esta situación difícil que estamos viviendo nos genera miedo, pasemos a la confianza. Dejemos que entre el espíritu Santo y nos transforme, y que cada uno pueda vivir la Pascua, porque Cristo con su espíritu pasa y transforma. Él es capaz de llenar nuestro corazón de su misma vida”, sostuvo.

A continuación, el Card. Daniel Sturla argumentó que vivir este tiempo pascual desde la  situación creada por una enfermedad que asola el mundo “es para nosotros una oportunidad. Tenemos que verlo así. Una oportunidad para abrirle el corazón al Espíritu Santo para dejarnos transformar por este paso de Dios”.

La Eucaristía misterio de amor

En la segunda parte de su alocución, el Arzobispo de Montevideo  se centró en el pasaje de San Juan que habla del amor de Jesús a sus discípulos hasta el fin. “Este amor hasta el final queda patente en la cruz, allí su humanidad y su divinidad se entregan totalmente; es Dios que manifiesta su amor al hombre, pero es también el hombre en Jesucristo que le dice a Dios “perdón por los pecados de toda la humanidad, perdón por los pecados de toda la historia, perdón por el pecado de todos los hombres. Y es el perdón de Dios, que se derrama abundantemente por toda la humanidad, a través de la Sangre de Cristo, derramada por nosotros”, explicó.

Más adelante, añadió que el amor de cruz, hasta el extremo, “es el que en esta noche santa ha instituido el sacramento de la Eucaristía y concomitantemente el sacerdocio de Cristo; y al mismo tiempo ha renovado, dándole su plenitud, el mandamiento del amor”. 

En la celebración de la Cena del Señor se observa el momento en que Jesucristo ha transformado el pan y el vino, y los ha hecho su Cuerpo y su Sangre. “La Eucaristía es la manifestación más grande de este don del amor de Dios que llega hasta la entrega total”, exclamó nuestro arzobispo.

El Card. Daniel Sturla mencionó que “los sacerdotes, que recibimos de Cristo Jesús el don del ministerio para el servicio del Pueblo de Dios, decimos “Tomen y coman, esto es mi Cuerpo”, “Tomen y beban, esta es mi Sangre”, actuando así en la persona misma de Cristo, prestándole a Él nuestras manos y nuestras voz, de la fragilidad humana, pueda llegar el amor de Dios a hacerse patente y concreto”.

Y agregó “tanto que se hace alimento para que lo comamos, para que nosotros nos asimilemos a Cristo. De esta forma podremos vivir nuestra vocación más profunda: la identificación total con Cristo. Por la Eucaristía nos asimilamos cada vez más a Él. Cristo en cada una de las actividades de nuestra vida”.

El don del sacerdocio y el poder del amor y el servicio

En la última parte de la homilía, el Arzobispo de Montevideo llamó a dar gracias al Señor, “por el don del sacerdocio”. Y añadió que no solo lo hacía como sacerdote y obispo, sino que lo hacía ante todo como fiel cristiano “que necesita del sacerdote que perdona mis pecados; como un día necesitaré un sacerdote que me unja, cuando esté enfermo; o que me dé el viático para el viaje final al encuentro del Señor”. “Seamos agradecidos con los sacerdotes en este tiempo también”, pidió. 

Sobre el final recordó que en esta celebración el Señor manifiesta el mandamiento del amor con un gesto que llenó de asombro a su discípulos, “cuando se ciñe la cintura, se saca la túnica, se pone una toalla y lava los pies de sus discípulos para manifestar así que el amor cristiano llega a lo concreto, a lavar los pies”. Y a pesar de que no se realizó el rito durante la celebración por un  motivo muy especial, en este se puede apreciar que “El Dios Todopoderoso manifiesta su poder en el amor y el servicio, algo que es mucho más que un simple gesto”, concluyó.

Colecta desde casa

Muchas parroquias no están recibiendo ningún ingreso y sin embargo siguen adelante, abiertas para recibir a todos los que se acerquen. En estos momentos de mayor necesidad, quienes puedan aportar están invitados a hacerlo a través de la “colecta desde casa”, una web que habilita las donaciones a través de internet. El sitio se dio a conocer durante la Misa y es accesible a través de www.colecta.icm.org.uy

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