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Mons. Jourdan: “No hay vocación más hermosa y necesaria que actuar en nombre de Jesucristo”

Se celebró la fiesta del santo Cura de Ars
Mons. Pablo Jourdan durante su prédica. Fuente: Romina Fernández

El jueves 4 de agosto se celebró, en el Seminario Interdiocesano Cristo Rey, la fiesta del santo cura de Ars, San Juan María Vianney. La Eucaristía fue presidida por el cardenal Daniel Sturla y concelebrada por varios obispos y sacerdotes uruguayos. La festividad fue una oportunidad para que los presbíteros se encontraran y compartieran un momento en torno a su santo patrono. 

Antes de comenzar con la celebración eucarística se recordó a todos los sacerdotes que vivieron su pascua durante el último año. La homilía fue predicada por el obispo de la Diócesis de Melo, Mons. Pablo Jourdan, que se centró sobre la Palabra de Dios, la espiritualidad y los desafíos que deben enfrentarse los sacerdotes en la actualidad. 

Una espiritualidad que une

“Debemos estar agradecidos y enamorados de nuestra espiritualidad, de ser sacerdotes del clero diocesano”, comenzó diciendo Mons. Jourdan en su homilía, y añadió que esta espiritualidad se basa en un “encuentro” porque cultiva “una relación interpersonal con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo”. Fue contundente cuando dijo: “Tenemos que reafirmar nuestra espiritualidad como cristianos católicos —aunque nos parezca algo sobreentendido o innecesario—”. 

Para el pastor de la Iglesia de Melo, en Uruguay los sacerdotes deben luchar cada día “por construir una experiencia sana de laicidad” porque “el ambiente laicista nos contamina con una espiritualidad ´encerrada´ en uno mismo y sin referencia a Dios”. En esta línea, añadió que en varias situaciones es difícil vivir la espiritualidad católica en los ambientes propios como en los colegios o en los convenios socio-educativos con el Estado. 

Más adelante, el obispo melense retomó el tema de la espiritualidad y señaló que esta debe ser cultivada por los sacerdotes del clero a través de dos actitudes: atender los elementos esenciales de los fieles y descubrir las diversas espiritualidades que viven las comunidades. “Es necesario conocer estas espiritualidades y acompañarlas, y juntamente con ellas, profundizar cada día la nuestra”, expresó.

“Una espiritualidad contemplativa misericordiosa nos permite vivir la unidad obispo-presbiterio”, agregó, y sostuvo que Jesucristo sigue despertando vocaciones  para que “en unidad se manifieste su presencia sacramental como fuente de gracia”. “Necesitamos pastores que vivan, enseñen y sean líderes según el Evangelio, sin juzgar y acompañando en la debilidad. Que sean instrumentos del Buen Pastor que viene a salvar”, enfatizó.  

En esta línea, el obispo comentó que la espiritualidad se nutre de lo simple, lo cotidiano y lo sencillo: “Qué hermosa vocación tenemos de permitirle a Jesucristo actualizar su presencia en los pequeños pueblos, en los barrios de nuestras ciudades, en las parroquias de nuestro Uruguay”.  

El episcopado uruguayo tras finalizar la celebración del Santo Cura de Ars. Fuente: Romina Fernández

Seguidores de Cristo 

En el marco del Sínodo que tendrá lugar en Roma el año que viene, Mons. Jourdan invitó a los presbíteros a compartir “una espiritualidad que nos permita caminar juntos como Iglesia”. Por otro lado, también admitió que “la Iglesia está pasando por una crisis” ante los casos de abusos cometidos por sacerdotes y la falta de vocaciones religiosas. 

Posteriormente, habló sobre la importancia de transmitir el evangelio y celebrar la misa: “Nosotros vivimos por la Palabra y para transmitirla. La fuente y el culmen será el sacramento de la Eucaristía. La Eucaristía es la confirmación de que esta Palabra, reconocida en la vida, rezada y ofrecida se transforma realmente en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, para ser comulgado”. 

Una vida de oración 

En el tramo final de su alocución, Mons. Jourdan instó a los presentes a intensificar la oración por todos los desafíos que tiene la Conferencia Episcopal de Uruguay: “Rezar en unión a Jesucristo a través de la liturgia de la iglesia, a lo largo del día y del año. ¡Qué gran servicio!”

“No hay vocación más hermosa y necesaria que actuar en nombre de Jesucristo, irradiando su gracia para nuestro pueblo”, remarcó el obispo, quien se adelantó a expresar cómo imagina continuar su misión: “Queremos seguir perseverando en un mismo espíritu, con una espiritualidad renovada y unificada, en compañía de María, Madre de Jesús, e inseparablemente Madre de cada uno de nosotros, de cada sacerdote”, concluyó.  

 

Commentario(1)

  1. Adriana Chiesa says

    Gracias por este mensaje auténticamente Ministerial.

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