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Ignacio Donadío fue ordenado diácono con vistas al sacerdocio

El nuevo ministro de la Iglesia quedó constituido como servidor del altar y comenzó su camino hacia la ordenación presbiteral.
El Diác. Ignacio Donadío junto al Card. Daniel Sturla. Fuente: Romina Fernández

Sus ojos se veían brillosos y sus mejillas lucían notablemente rosadas. Así estaba Ignacio Donadío (34) el pasado domingo 5 de noviembre en su ordenación diaconal previa al sacerdocio, que tuvo lugar en la parroquia San Juan Bautista, en Pocitos, lugar al que considera su casa y su familia.  

La celebración fue presidida por el cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, quien en la sede estuvo acompañado por el padre Luis Fariello, párroco de la parroquia de Pocitos, y Álvaro Ardao, diácono permanente de la comunidad. 

Además estuvieron presentes Mons. Nicolás Cotugno, arzobispo emérito de Montevideo y fundador de la Fraternidad Contemplativa María de Nazaret —movimiento de espiritualidad en el que Donadío descubrió su vocación religiosa—, y Mons. Alberto Sanguinetti, obispo emérito de la diócesis de Canelones. 

El párroco, P. Luis Fariello, fue quien dio la bienvenida a los presentes y presentó al candidato: "Nos sentimos felices. Disfruten y reciban la gracia que Dios nos va a regalar esta tarde". El sacerdote evidenció desde el primer momento que no se trataba de una celebración más. 

Donadío y su familia durante el primer tramo de la celebración. Fuente: Romina Fernández

En los primeros bancos, detrás de Donadío, se ubicaban su tía, sus primos, los hijos de los primos, su padre, la esposa de su padre y todos sus hijos. Varios venidos desde Tacuarembó, tierra natal del protagonista. 

La primera y la segunda lectura fueron leídas por la tía materna de Donadío y su hermano Nicolás, respectivamente. Mientras que el salmo fue entonado por Clara Collet, integrante de la parroquia San Juan Bautista. 

Un paso importante 

La homilía del Card. Sturla fue informativa, dado que explicó de qué se trata el ministerio diaconal con vistas al sacerdocio. Pero, como suele hacer en estas ocasiones, también se dirigió directamente a Donadío. Fue como una charla de un padre con su hijo, o mejor dicho de un obispo con un diácono, pero ante cientos de espectadores. No faltaron las miradas cómplices y las sonrisas, que decían mucho más. 

“Hoy Ignacio da un gran paso en su vida”, dijo el Card. Sturla a los presentes al iniciar la prédica. “Pero mucho más allá del paso que él da, y de las respuestas a las preguntas que después le formularé, está el don de Dios y del Espíritu Santo”, agregó. 

Más adelante, el arzobispo de Montevideo explicó que el sacramento del orden tiene tres grados —el diaconado, el sacerdocio y el episcopado— y anunció que Donadío será ordenado presbítero dentro de unos meses. “¿Y quién sabe? Capaz que en algunos años será ordenado obispo”, bromeó. 

"El diaconado, en vistas al sacerdocio, tiene su consistencia propia pero también es un paso más”, dijo el Card. Sturla, y, mirando a Donadío, agregó: “Este paso más, Nacho, te acerca a la Eucaristía y te dice que allí encontrarás el pan de vida, te acerca más a Jesús, para que cada día más te identifiques con él”. 

El pastor de la Iglesia capitalina señaló cuáles son las tareas del diácono: “Ayuda al obispo y a su presbiterio en el anuncio de la palabra, en el servicio del altar y en el ministerio de la caridad y el amor, mostrándose servidor de todo. Como ministro del altar, proclamará el evangelio, preparará el sacrificio y, además, repartirá a los fieles el cuerpo y la sangre del Señor”. 

El Card. Sturla miró fijamente a Donadío y le dijo: “No te olvides de esto: enviado por el obispo, exhortarás a los fieles y los infieles, y enseñarás la doctrina santa”. Y dirigiéndose a los presentes, explicó: “Nacho predicará en nombre de la Iglesia y en nombre del obispo”. 

Después explicó otros servicios que realiza el ministerio diaconal: “Presidirá las oraciones y administrará el bautismo. Asistirá y bendecirá el matrimonio. Llevará la comunión a los moribundos, el 'viático' que se recibirá en preparación al 'viaje', al encuentro con el Señor, y presidirá las exequias”. 

El Card. Sturla durante la homilía. Fuente: Romina Fernández

El arzobispo de Montevideo manifestó que el ministerio diaconal está marcado por la humildad: “Como diácono, Nacho quedará constituido como servidor del altar y de sus hermanos”.  

“Adorar y servir son dos palabras que están entrelazadas y que pueden marcar este paso que da Nacho hoy, un paso para adorar y servir”, expresó el Card. Sturla, y fue contundente cuando dijo: “Adorar solo a Dios” porque “él es la meta de nuestro caminar, a él lo contemplamos en su presencia eucarística, lo adoramos, nos arrodillamos ante él, lo miramos con infinito amor, lo contemplamos”.  

“No anteponemos nada a su amor, lo ponemos en primerísimo lugar porque solo a él adoramos. Eso nos da la libertad de rechazar toda idolatría. Solo a Dios”, remarcó. 

El arzobispo de Montevideo exhortó al ordenando que “sirva a los hombres y mujeres que Dios ponga en tu camino, de un modo especial a los más pobres”. Lo graficó de la siguiente forma: “Es lavar los pies del hermano herido, es ponerse en su lugar y contemplar a Cristo en él”. 

El Card. Sturla explicó que hay tres elementos propios del diaconado: la oración, el celibato y la obediencia. 

"Ya no será solo tu oración”, le dijo a Donadío. “Sino que te unirás a la oración de la Iglesia y serás, en la liturgia de las horas, una voz más en el cuerpo de Cristo que alaba al padre por la acción del Espíritu Santo. Tu oración es oración de la Iglesia, cuerpo místico de Cristo que alaba al Padre". 

En segundo lugar, el arzobispo de Montevideo se refirió a la promesa pública de celibato: “Es el signo profético más elocuente que la Iglesia puede manifestar y es el modo más claro de decir 'pertenezco totalmente al Señor'. Por eso es tan atacado por el demonio, por eso es puesto en la 'picota' de todas partes y tan criticado por el mundo, porque desafía al mundo". 

Por último, miró a Donadío y le dijo con una sonrisa: "Harás la promesa de obediencia a mí a mis sucesores”. Y señalando con el dedo, agregó: “De ello no te hablaré, cúmplela". 

En el tramo final de la homilía, el Card. Sturla hizo referencia al segundo nombre del novel diácono —María— y lo invitó a contemplar a la Virgen: "Ella siempre es bella, es la mujer de tu vida”. En conexión con esto, el arzobispo recordó a la madre de Donadío, Claudia Barragué, fallecida en 2014: “Ella te acompaña desde el cielo y te alienta con tu intercesión”. 

Al servicio del altar 

Acto seguido, Donadío se comprometió, ante Dios y ante los presentes, a vivir el celibato. Entonces comenzó uno de los momentos más significativos de este tipo de ceremonias, que es el de la Letanía de los Santos. Los que estaban en el presbiterio giraron para mirar hacia el fondo del templo y Donadío se postró en suelo en el suelo boca abajo. Todos miraban a la misma en una misma dirección y se encomendaron a los santos de la Iglesia. El sacerdote Mauro Fernández fue el cantante principal, quien iba mencionando los nombres de las personas que alcanzaron la santidad. 

En el momento central de la celebración, el Card. Sturla impuso las manos sobre Donadío y rezó la Plegaria de Ordenación. Luego, recibió los símbolos de su ministerio: la estola, la dalmática y los evangelios. El padre y el hermano de Donadío acercaron estos elementos y los sacerdotes Fariello y Sebastián Pinazzo lo ayudaron a revestirse. 

El Diác. Donadío siendo revestido por los sacerdotes Pinazzo y Fariello. Fuente: Romina Fernández

El rito de la ordenación se selló con el saludo de la paz, un abrazo entre el arzobispo y el recién ordenado. Después, se acercaron los demás diáconos y le dieron la bienvenida a su orden. 

Acto seguido, Ardao le cedió su lugar al nuevo diácono y este se sentó a la derecha del Card. Sturla. Tras el rezo del credo, el ahora Diác. Donadío preparó el altar, en su primer ejercicio del orden. Su padre y su hermano acercaron las ofrendas del pan y el vino. 

La emoción se veía en el rostro del flamante ministro, en quienes los rodeaban, en su familia y en toda la Iglesia. El más emocionado era Edison, su padre, quien no pudo contener las lágrimas, sobre todo al recibir la comunión de manos de su hijo. 

Momento en el que el Diác. Donadío le entrega la comunión a su padre, Edison, visiblemente emocionado. Fuente: Romina Fernández

Momento de gratitud 

Como se acostumbra a hacer, después de entregar la comunión, el nuevo diácono se dirigió a los presentes. La palabra que más repitió fue “gracias”: a la vida, por recibir “el regalo del diaconado” y a su familia. 

Su voz se quebró al mencionar a sus padres y su hermano. “Ellos han sido grandes instrumentos tuyos para que yo hoy esté acá”, dijo. 

Después continuó con los agradecimientos: a sus amigos —los de la Facultad de Veterinaria y los amigos de la fe—. “Siempre estuvieron atentos en cómo iba y cómo estaba haciendo este camino, aunque no comprendieran o no entendieran mucho de qué se trataba esto. Pero siempre estaban ahí y se alegraban conmigo”, expresó. 

Además, agradeció a las instituciones en las que se formó: el colegio Jesús Sacramentado, el colegio San Javier, la Facultad de Veterinaria, la Facultad de Teología y el seminario Cristo Rey. 

El Diác. Donadío durante la acción de gracias. Fuente: Romina Fernández

En otro orden, tuvo palabras de agradecimiento a las comunidades por las que pasó durante su etapa de seminarista: la Fraternidad Contemplativa María de Nazaret, la parroquia María Reina de la Paz, la parroquia San Juan Bautista, y el liceo Jubilar: "Gracias por poner en mi camino a tantos sacerdotes enamorados de su vocación, que con su testimonio me motivan cada día a entregar la vida". 

Por último, agradeció al Card. Sturla, a los diáconos, a sus compañeros seminaristas y a la parroquia de San Juan Bautista, especialmente a los dos sacerdotes que están al frente de la comunidad: Fariello e Iván Núñez. 

“Quiero ser el que está para servir donde se necesite, pero sobre todas las cosas quiero ser el que está con los ojos puestos en él (señaló la imagen de Cristo crucificado que preside el templo) y para eso necesito de la ayuda de su oración. Muchas gracias”, concluyó. 

Alegría de toda la Iglesia 

Antes de la bendición final, Walter Corbo, responsable laico de San Juan Bautista quiso dedicarle unas palabras a Donadío. No se refirió a él como el nuevo diácono, sino como el seminarista que llegó hace unos años a la parroquia ubicada en Pocitos. 

Corbo destacó de Donadío su “humildad, buen carácter, buen tono” y su “compañerismo” con los sacerdotes, párrocos, vicarios, diáconos, laicos y “gente carenciada que se acerca” a la parroquia. 

“Hoy la alegría de Nacho es nuestra alegría también. Estamos muy felices por este paso que está iniciando. La comunidad siempre estará a tu lado y seguirá tras tus pasos. Contarás siempre con nosotros", concluyó Corbo. 

La bendición final al nuevo diácono por parte del arzobispo de Montevideo. Fuente: Romina Fernández

Al terminar la celebración, la emoción se volvió más palpable y evidente. Con lágrimas en los ojos, el Diác. Donadío saludó al Card. Sturla y a su familia. Después, se acercaron el resto de las personas para felicitarlo. La liturgia fue más o menos así: abrazos, fotos y pedidos de bendición. Y después lo mismo: abrazos, fotos y pedidos de bendición. El Diác. Donadío, emocionado y feliz, estuvo con todos.

¡Reviví la celebración completa! 

Por: Fabián Caffa

Redacción Entre Todos 

 

Comentarios(4)

  1. Adriana Chiesa says

    No pude ir pero conozco a Nacho y será una BENDICION PARA NUESTRA IGLESIA TENERLO COMO MINISTRO.SU HUMILDAD Y SERVICIO ALEGRE NOS SON NECESARIOS A TODOS!!!

  2. Dra. ANA ROMANO says

    Muy FELIZ AL CONOCER LA VOCACIÓN DE SERVICIO DE NACHO AL LLAMADO DE DIOS, Y SU ENTREGA AL ORDEN SAGRADO Y SENTIR LA ALEGRIA DE SU FAMILIA Y COMUNIDAD TODA ACOMPAÑÁNDOLO EN ESTE NUEVO PASO HASTA LLEGAR AL SACERDOCIO. GRACIAS DIOS MIO POR TU PRESENCIA DIA A DIA EN LA VIDA DE NACHO Y DE CADA UNO DE NOSOTROS CON TU MISERICORDIA.

  3. HNA. GRACIELA B. RODRIGUEZ says

    Muchas bendiciones de Jesús Sacramentado, al vecino de barrio de Tacuarembó

  4. Elisa Barrague says

    Fue hermoso ,sin palabras ,una fiesta de Amor de Dios que lo llamo y de Ignacio que le dijo Si. Lo viví como uno de los momentos más felices de mi vida .Gracias Gracias

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