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Card. Sturla: "La victoria de Cristo es nuestra victoria"

Domingo de Resurrección en la Catedral de Montevideo

El cirio pascual encendido, la lectura de la secuencia pascual, la vuelta del canto del Aleluya… eran todos signos de la fiesta que se estaba celebrando este domingo, en la Catedral Metropolitana. La Misa de Domingo de Resurrección —en continuidad de la Vigilia que se celebró el sábado por la noche— dio inicio al Tiempo Pascual, un tiempo de carácter jubiloso y festivo; que se extiende durante ocho domingos, hasta Pentecostés.

La Iglesia Matriz estaba con sus bancos colmados, y hubo que ubicar algunas sillas a los costados para que los fieles pudieran seguir la celebración. La misa fue presidida por el Card. Daniel Sturla y además del P. Juan González, lo acompañaron Mons. Stephen Kelly —de la Nunciatura Apostólica—, y el P. Bento, capellán de la Marina de Brasil.

Luego de la segunda lectura, y antes de la proclamación del Evangelio, el rito de la misa contempla el canto —o la lectura en este caso— de la secuencia pascual, un antiguo himno poético litúrgico, tal vez del siglo XI.

El Señor de la historia

Como es habitual, el Card. Daniel Sturla comenzó su homilía contando un par de chistes, para luego desearles a todos los presentes felices pascuas. Se trata de la tradición de la risa pascual, que se remonta a la Edad Media, sobre todo en la iglesias germanas.
Para el Arzobispo de Montevideo, esta risa es necesaria porque “no podemos decirnos felices pascuas con el ceño fruncido y cara de pocos amigos”. Y agregó: “si bien todos acarreamos dolores, preocupaciones y angustias, hoy Cristo ha resucitado”.

Después, el Card. Sturla hizo referencia a cómo la resurrección de Cristo impacta en la vida de la Iglesia y en su obra diaria. Sobre esto dijo que “aunque hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece, la Iglesia es ese bosque que crece por el amor de Dios, por el amor de Cristo Resucitado”. Y subrayó que “la victoria de Cristo es nuestra victoria”.

En otro pasaje, el arzobispo mencionó que “en esta sociedad hay hermanos nuestros que viven la vida sin sentido, sin tener un porqué…y se van entristeciendo o buscando escapes”. Por este motivo habló de lo fundamental de encontrar a Cristo “para que les dé un sentido, un empuje a su vida”. Y añadió: “que notable cuando uno ve gente grande que se convierte a Cristo; que Jesús lo sana, lo salva, lo redime, lo rescata, lo levanta, le da ganas de vivir y de bendecir a otros”.

Sobre el final de su alocución, el Card. Sturla se detuvo en el cirio pascual y la forma en que nos muestra a Cristo como el principio y fin, como el Señor de la historia. También llamó a los presentes a ser testimonios de esperanza en las realidades concretas. “El amor es lo que vence. La muerte y resurrección de Cristo rompieron lo que parecía la victoria definitiva del enemigo. Nos espera el paraíso, hacia allí vamos, vivamos de tal modo que Cristo nos reciba en ese lugar que ha preparado para nosotros”, concluyó.

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