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Ante el fallo judicial que involucra a un religioso

Hoy trascendió el fallo judicial que procesa a un sacerdote por el delito de atentado violento al pudor contra un joven que, según el dictamen, al momento de los hechos, era menor de edad. El religioso es extranjero, forma parte de una congregación religiosa y desarrollaba su ministerio en la Arquidiócesis de Montevideo.

Es muy doloroso que un sacerdote haya sido responsable de estos hechos, nos avergüenza y pedimos perdón a todos los afectados.

Desde 2013 la Conferencia Episcopal del Uruguay tiene un protocolo de actuación ante denuncias de este tipo. El mismo se aplicó en el caso del hoy procesado.

El 31 de marzo de este año en un comunicado ya informamos de este hecho. La denuncia fue presentada en octubre (2016) por la víctima ante la policía. En el mes de febrero, familiares directos informaron de la denuncia al Arzobispo de Montevideo, lo que derivó inmediatamente en la puesta en marcha del Protocolo.

Siguiendo el mismo, el Cardenal Daniel Sturla informó con celeridad al Superior de la Congregación, que reside en Brasil y que inmediatamente vino a Montevideo. El Cardenal y el Superior recibieron a los familiares directos y luego al damnificado. El Superior tomó las siguientes medidas cautelares: suspenderlo de toda actividad con menores, retirarlo de la parroquia y el colegio, y suspender todas sus actividades pastorales. La Iglesia continúa su procedimiento, los antecedentes fueron enviados al Vaticano que encargó al Superior de su congregación religiosa iniciar el proceso penal administrativo según el derecho canónico. El sacerdote estuvo en todo momento a disposición de la Justicia. Esta es la única denuncia que se ha recibido respecto a este sacerdote.

Antes de conocer el fallo de la Justicia e independientemente de cuál fuera, el Arzobispo de Montevideo pidió perdón al joven y a su familia, y se puso a disposición para un posible acompañamiento. Lo mismo realizó el Superior provincial. Todo lo actuado se hizo con el sigilo que corresponde para salvaguardar el derecho a la privacidad del denunciante.

Sin dejar de ver el bien que tantos sacerdotes realizan a través de su ministerio, sentimos un inmenso dolor por el daño causado. Asimismo, reiteramos nuestra firme disposición y compromiso para que hechos como los ocurridos no tengan lugar en el seno de la Iglesia, a seguir adoptando las más severas medidas contra quienes cometan estas faltas graves y a continuar trabajando con ahínco en la prevención.

En el documento “Perdón y Compromiso” del 12 de abril de 2016 los obispos expusieron su plena disposición a recibir a las personas dañadas por sacerdotes y consagrados, escucharlas y acompañarlas, investigando y procediendo con rigor de acuerdo al Protocolo.

Volvemos a manifestar nuestra total disponibilidad para colaborar con la Justicia. Sigue estando a disposición la línea telefónica 095 382 465 para recibir denuncias de abusos sexuales cometidos contra menores por parte de sacerdotes y personas consagradas de todo el país.

Montevideo, 5 de setiembre de 2017

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