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Otros ámbitos de aprendizaje

El Liceo Jubilar Mesa organizó mesa redonda sobre educación

El pasado 1° de setiembre por la mañana tuvo lugar, en el Auditorium del WTC, una mesa redonda denominada “La educación desde otro punto de vista”, organizada por el Liceo Jubilar “Juan Pablo II”. La misma tuvo de moderador al comunicador y Doctor en Filosofía Facundo Ponce de León y tres oradores, el músico Ariel Britos (Director Sinfónico y creador del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles del Sodre), Pablo Lemoine (ex- técnico de Los Teros en el último mundial de rugby) y Marcelo Danza (Catedrático de Proyectos arquitectónicos y urbanos de la Facultad de Arquitectura de la Udelar).

Facundo Ponce De León relató a los presentes, a modo de introducción, que durante la reunión de preparación llegaron a la conclusión que “El problema de la educación estaba demasiado enfocado en problemas de gestión. El tema de fondo es como ser mejor persona, la mejor versión de nosotros mismos”. El moderador también advirtió que se deben tomar, “El arte, el deporte y la arquitectura, no como cosas que adornan la educación, sino como cuestiones centrales.” y concluyó “La experiencia estética de estar en un lugar que considerás lindo, es un vehículo clave para la educación, no secundario. Sentirse en un espacio que te contiene, que te potencia, que te proyecta...”

Preparar el corazón para lo bello

Ante la pregunta de cómo la experiencia estética, la de la música en particular, puede ser un vehículo esencial para la formación de la persona, Ariel Britos recordaba que “Me pasó hace que me pregunté ¿cómo sigue esto?, estaba vacío de contenido, me preparé para ser músico toda mi vida y ya lo había logrado”. En ese momento conoció a Juan Antonio Abreu (reconocido músico y economista venezolano) y que le dijo: “Ariel, pero la música sirve para algo más que para hacer unos simples conciertos. La música tiene que ver con el encuentro con el espíritu y es una formidable herramienta de desarrollo e inserción social”.

Si bien la educación es adquición de conocimiento, el músico destacó que es sobre todo “abonar la tierra” para que esa incorporación de conocimiento, crear las condiciones personales necesarias.

Dijo que en la música, a diferencia de otras actividades, “ la competencia es con uno mismo y nunca termina”, que además “La persona tiene que trabajar hacia dentro, hacia uno mismo y hacia afuera, con la adquisición de los conocimientos específicos. Allí lo que se genera no es otra cosa que el concepto de lo lindo, de lo bello.”

Afirmó que la interdependencia es lo fundamental en una orquesta, nadie es más importante que otro, todos son fundamentales. El Sistema de Orquestas del Sodre, comentó, llega a todas partes (de hecho existen varias formas de ingreso) y logra llevar la música clásica a gente que nunca tuvo acceso (no sólo de integrantes de la orquesta, sino también de sus comunidades). Afirmó que si bien la Orquesta no trabaja con sistema de premiaciones, sí se verifica ,en la gran mayoría de los casos, mejoras en el rendimiento académico e inserción social.

El esfuerzo y el compromiso, más allá de la victoria

A continuación fue el turno de Pablo Lemoine, al que Ponce de León le preguntó en qué medida el deporte, y el rugby en particular, es también un vínculo para formación de la persona. Para el ex rugbier el deporte tenía la capacidad de despertar ese interés que no conseguía en otro lugar. “En el colegio me decían que tenía que portarme bien, y tenía problemas para hacerlo” comentó, “sin embargo el técnico de rugby, sí lo conseguía, sin nada en particular más que captar mi interés”.

Lemoine aseveró que los deportes “despiertan el compromiso del niño, del joven”. Enfatizó que “que los valores que se transmiten en el rugby son los universales” y acotó que eran los mismos que se le enseñaban en la casa, y que a su vez intenta legar: “el esfuerzo y el compromiso”. También subrayó que una particularidad del rugby es que más allá de ganar o perder “lo importante es llevarse algo, una enseñanza luego de cada partido”. Advirtió “si ese partido, que no pasa de ese día, pasa a ser una final, quizá para el padre o para el entrenador, seguramente está recibiendo una presión que lo desvía del objetivo” de llevarse una enseñanza.

Comentó que “si en el caso de los niños tenés que plantear una derrota es porque antes tuviste que plantear una victoria”, y que “en realidad lo que se tiene que plantear es un objetivo común, como divertirse o superarse” e insistió que todos estos mensajes parten siempre de los adultos. Otro de los aspectos que marcó fue el compromiso: “los chicos saben que no sólo se representan a uno mismo, sino también al equipo, al colegio o al país” y eso siendo parte de un equipo y más allá de ganar o perder.

Construir la ciudad, aprendiendo de nosotros mismos

El moderador pidió a Marcelo Danza unas pistas de por dónde iba el tema del espacio físico o arquitectónico y la relación con la formación de las personas. El arquitecto dijo que “hay casos en algunas ciudades en el cual la experiencia del espacio, de la arquitectura, influye para generar un espíritu positivo y lograr cambios”. Sobre Montevideo afirmó que “tenemos una ciudad maravillosa” que a veces nos cuesta ver por la cotidianidad. Sostuvo que“ hay una ciudad formal, que produce los modelos de ciudad y que trata de imponerse, y una informal que produce lo que puede, como puede.”

Luego presentó el caso de Medellín, que estuvo agobiada por los cárteles y donde se trabajó con la arquitectura como factor de cambio. Construyendo una biblioteca de alto valor arquitectónico en medio de barrios carenciados; como generó una transformación en el lugar y la ciudad (llegando a ser lugar turístico).

También presentó un caso en Chile donde un profesor de arquitectura invitó a sus estudiantes, próximos a graduarse, a llevar sus proyectos a la realidad en zonas alejadas del país. Allí los futuros arquitectos junto a la comunidad construían las obras (muchas de nivel arquitectónico importante, expuestas en Bienales). En cuanto al mantenimiento de estas obras, el arquitecto dijo “se cuidan más, porque la apropiación por parte de la comunidad es importante”, eso no quiere decir que no necesiten cuidados como cualquier obra.

En Montevideo destacó la Plaza Líber Seregni y la Plaza Casavalle como la posibilidad de ver a Montevideo “haciendo obra nuevamente”, con “la posibilidad de soñar la ciudad”. Para terminar dijo que “si no estamos haciendo nada por la ciudad, estamos haciendo muy poco por nosotros mismos. Debemos tener la capacidad de cuidar la ciudad que nos legaron, una ciudad fantástica que era ambiciosa en el buen sentido de la palabra (quería ir para adelante) y humilde porque aprendía lo mejor de afuera... y preguntarnos qué estamos construyendo para las generaciones venideras, si pensamos en el futuro.”

El Director del Liceo Jubilar, el padre Ricardo Villalba agradeció a los panelistas, al moderador y a los concurrentes y presentó un video del Liceo que compartimos a continuación:

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