Compartimos con ustedes la carta que el ecónomo de la Arquidiócesis de Montevideo, P. Marcelo Copetti, publicó en el quincenario Entre Todos con motivo del próximo Fondo Común Diocesano. La colecta continúa por la página web colecta.icm.org.uy

El aporte generoso de todos

El fin de semana del sábado 12 y domingo 13 de setiembre se realizará, en todas las parroquias de Montevideo, la colecta del Fondo Común Diocesano. Es la primera que se lleva a cabo este año, dado que en el mes de marzo no se pudo realizar al declararse la pandemia de COVID19 y suspenderse la celebración de la Santa Misa con asistencia de fieles durante tres meses.

La Colecta del Fondo Común Diocesano tiene como fin cubrir cuatro gastos esenciales de la Iglesia de Montevideo, que son: la formación de los seminaristas o futuros sacerdotes, el sostenimiento del Hogar Sacerdotal, donde viven los sacerdotes mayores, ya retirados de toda actividad, el Fondo de Ayuda al Clero, a fin de cubrir mínimamente los gastos básicos de todo sacerdote, y el apoyo a las parroquias que se ubican en contextos socio económicos de mayor dificultad.

La colecta, que se realiza en tres momentos distintos del año, cubre un 44% de la totalidad de estos gastos; el resto se ha financiado, estos últimos años, a través de la campaña “Iglesia de Todos” y otros aportes puntuales destinados a este fin.

Sabemos que este año ha sido difícil para todos, sin lugar a dudas, y lo ha sido también para nuestra Iglesia. Nos hemos visto privados de la celebración de los sacramentos con la participación de fieles durante varios meses, y en particular, de la celebración de la Eucaristía, sacramento que nos hace comunidad y nos permite participar de la entrega de Jesucristo por nosotros. Ha sido también un año que, desde el punto de vista económico nos ha planteado desafíos importantes. Al no tener la posibilidad de realizar las colectas semanales en las diferentes parroquias, y al no haber podido hacer la Colecta del Fondo Común Diocesano de comienzo de año, hemos tenido que buscar otras vías de colaboración de los fieles, como ha sido la campaña “Iglesia de Todos” a la que, gracias a Dios, el pueblo cristiano ha respondido con generosidad, permitiendo a la Iglesia seguir cumpliendo su misión.

Ahora tenemos la oportunidad de “retomar” la costumbre de participar de esta colecta y, con el aporte de todos, contribuir al sostenimiento de nuestra Iglesia, al menos en estos cuatro aspectos que señalamos antes y que son tan queridos para todos nosotros. Nuestra ofrenda es, como señalamos antes, participación en la entrega que Jesucristo hace de su vida, para que nosotros tengamos Vida plena. Y con nuestra ofrenda, quienes ya hemos conocido a Cristo, estamos colaborando a que otros que aún no lo conocen, puedan conocer al Señor. Ese es el verdadero y gran desafío que tenemos como cristianos!

Que nuestra generosidad sea testimonio de nuestra preocupación porque otros también tengan Vida conociendo a Jesús.