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Unidos contra el hambre

Sembradores consiguió ayuda del Estado, de parroquias y de colegios para entregar entre 800 y 1.000 cenas todos los días. Es una de las organizaciones que aumentó su actividad en tiempos de distancia social
Todas las noches Chespi Muscarelli invita a rezar antes de entregar comida a los niños y adultos. / F. GUTIÉRREZ

Publicado en Entre Todos N°471

Seis y veinte de la tarde, plaza frente al Hospital Pasteur. En uno de los lados hay una fila desprolija de unas 40 personas. Algunos tienen tapabocas, otros también llevan guantes. Una bolsa con un tupper. Niños chicos corretean por ahí.

“¿Cómo anda, padre?”, saluda uno al Cardenal Daniel Sturla, que tiene guantes y choca puños con la gente. “Este es uno de nosotros”, dice después esa misma persona al que tiene al lado. El arzobispo llegó solo y se puso a conversar con los vecinos. Hace ya unas semanas que acompaña los recorridos de Gabriel “Chespi” Muscarelli y su ONG Sembradores.

Chespi sale desde el año 2002 a repartir comida y a tener un momento de encuentro con la gente en situación de calle. Ante la emergencia sanitaria, pidió al Ministerio de Desarrollo Social concretar algún mecanismo que le permitiera ayudar mejor a las personas, pues vio que la necesidad se disparó. Las autoridades concretaron un convenio que involucra al Instituto Nacional de Alimentación (el INDA, que provee de los alimentos) y al Ejército Nacional (que cocina el guiso). Él y otros voluntarios se hacen cargo de lo demás.

Reciben la comida antes de las seis de la tarde y salen con sus camionetas cargadas. Son unos 7, 8, dependiendo del día. Primero van a la plaza frente al Pasteur, luego a la de los Bomberos y finalmente a la Cagancha. Terminan sobre las 22 horas, después de haber entregado entre 800 y 1.000 platos de guiso y unos 500 refuerzos a los niños. Un día y otro, de lunes a lunes.

Uno tras otro

A medida que se acerca la hora, en la plaza la fila se va haciendo más larga y ordenada. En eso llegan las dos camionetas y hay cierto alboroto. Chespi y sus ayudantes llaman la atención y se paran en el medio. “Estamos pasando un momento complicado y necesitamos unir las oraciones. Vamos a rezar, les pido que se unan de corazón”, invita. A su lado están el Cardenal y Lautaro, un chico de la zona que ya es tan conocido que ayuda como uno más. Rezan todos —o la mayoría— un Padre Nuestro, un Avemaría y un Gloria. El Arzobispo da una bendición y todos aplauden.

Voluntarios de la Iglesia entregan cientos de cenas todos los días, gracias a la cooperación del Estado y de particulares /F. GUTIÉRREZ

Primero los niños, después los adultos. Está todo bien organizado y eso asegura el ritmo, que debe ser cuidado porque cientos de personas esperan en otros lugares. Chespi y Sturla se sientan en la caja de la camioneta, cada uno con un cucharón, y empiezan a servir los tuppers, bandejas y potes que les ponen en frente. Esa noche en esa plaza sirven unos 160 “platos”. Algunos son los típicos envases de un litro de helado. Pero también se ven los de 2 y hasta los de 5 litros. Y quienes los llevan aclaran: “Somos tres”, o “somos seis”, y la cantidad de cucharones por tupper aumenta.

Al principio se ve que Sturla mide más las raciones y Chespi le comenta por lo bajo: “Daniel, hay abundante”. El líder de Sembradores está en todo. Conoce a varios por su nombre. Sabe que ese señor tiene cinco hijos, que el otro lleva para su mujer y su madre. También mide los tiempos y apura para que todo sea lo más ágil posible. Hay una suerte de cadena: uno les pasa el tupper, ellos sirven, más allá otro les dan el pan y otra, una cuchara de plástico.

Cuando terminan, hay lugar para algunas excepciones. Desde Christian que se sirve dos veces más hasta el cuidacoches que pide un pedazo de pollo, que Chespi le entrega sin dudar. Y más saludos y agradecimientos. Muscarelli frena un rato para conversar con ENTRE TODOS. “Este es el momento de mostrar que Jesús vive en cada uno. Hoy, que estamos en crisis, los que salimos somos los de la Iglesia. Somos los que estamos acá”.

entregada por voluntarios de la ONG Sembradores. / F. GUTIÉRREZ

En efecto, la Iglesia mantiene su presencia junto a los más necesitados. Ejemplo de esto es la acción del comedor de los Capuchinos, el Hogar de Cristo y Luceros, tal como se relevó en el ENTRE TODOS n° 469. U otras iniciativas que se mencionan en esta nota.

Para todos

En el caso de Sembradores, los que reciben esta ayuda son de la Iglesia o no; hay de todo. Por ejemplo está Gladys, que trabajaba en una institución de una congregación religiosa y su hija va a catequesis a una parroquia. Reza y va a Misa. En cambio Noel (un señor de cincuentaylargos) dice que reza “a veces”, aunque ahora acompaña con las oraciones en voz alta, dice que es su manera de colaborar. Otros no hacen mucho caso cuando la mayoría reza el Padre Nuestro.

También la variedad se ve en la necesidad de las personas. Algunos son gente en situación de calle o están acostumbrados a almorzar en comedores. Otros, como Gladys, recurren por primera vez a esta ayuda. Quedó en seguro de paro y no le alcanza para pagar las cuentas. Con barbijo y capucha, va con su hija a la plaza para solucionar una comida en el día. “Nunca pensé que me iba a tocar. Yo no lo soñé así”, dice quien está haciendo bachillerato de adultos y tiene como meta estudiar Desarrollo Social para trabajar en cárceles. También Noel quedó en el seguro cuando el dueño decidió achicar el restorán donde trabajaba. “Jamás de los jamases” se había imaginado del otro lado del mostrador, y valora que la comida es “buena, bien servida”, y que “la gente es muy amable”.

Con años de experiencia en la calle, los primeros días Chespi advirtió que no iba a alcanzar. Pidió ayuda, el Cardenal respondió, y las parroquias Stella Maris (Carrasco) y San Juan Bautista (Pocitos) se sumaron a la cadena. Ellas se encargarían de conseguir al menos 500 sándwiches para complementar el guiso. En Carrasco se comprometerían los lunes, miércoles y viernes, en Pocitos los martes y jueves. Y esos refuerzos son los que Sembradores entregará a los niños, junto con otras donaciones de bizcochos, pop o lo que tengan ese día.

Rewind, stop

Parroquia de Pocitos, tres de la tarde. En el salón armaron mesas con tablones y montaron la cadena de producción: cortar panes, untarlos con manteca, poner jamón y queso, envolver en film, guardar en cajas.

Los personajes son de lo más variados. Desde el cardiólogo de la comunidad que tenía un tiempo libre hasta el estudiante que es sobrino de la secretaria, que pisa la parroquia en ocasiones contadas y que esta vez se sumó para dar una mano. También está Natalia, una chica que quedó en seguro de paro y pensó que tenía que hacer algo con su tiempo, escribió a San Juan por Instagram, el P. Sebastián Alcorta le propuso esto y se sumó contenta. Y el Obispo Auxiliar Pablo Jourdan que pone manteca como uno más, y la señora Gabriela, que forma parte del equipo estable de la olla parroquial desde hace tiempo. Hay poco factor común más allá del tapabocas, los guantes y las ganas de ayudar.

Jóvenes y adultos coinciden en el trabajo y oración en favor de los más necesitados. F. GUTIÉRREZ

Gabriela explica que habitualmente en la olla participan unos 20. Cocinan, leen el Evangelio, rezan y salen al encuentro. Son amigos de las personas a las que visitan. Ahora la olla se reconvirtió y prepara refuerzos. “Se ha sumado gente nueva y nos gustaría recibir más donaciones. Por mí, podría estar todos los días haciendo esto. Me encanta, hay un ambiente lindísimo”, comenta.

Lo mismo, el buen ambiente, es lo que destaca Sofía, que llegó a través del colegio Los Pilares, otro eslabón de la cadena. El cardenal comentó la necesidad a la directora y esta a las familias y alumnas. Algunos donan dinero, otros (20 familias) hacen sándwiches en sus casas. Las exalumnas que trabajan en el departamento de acción social pasan a buscar los refuerzos y ayudan luego en la parroquia. “Es una iniciativa muy buena y ayudás a muchas personas”, comenta la chica.

Florencia, que está con ella, agrega que es un modo de aportar desde donde puede. “En este tiempo tal vez me sale más pensar en mí misma. Esto me ayuda a salir de mí, a pensar en los demás y a dar mi granito de arena por los que pasan mal y necesitan cosas básicas”.

El Padre Alcorta, que es quien coordina desde San Juan, destaca también el buen ambiente y la colaboración de todos. De los que van, los que transfieren dinero, los que donan el jamón o los dueños de la panadería, que al enterarse del destino de la compra no solo rebajaron el precio sino que además regalaron medialunas. También menciona a un colegio laico que queda cerca, que tuvo la iniciativa de contactarlos: “Suponemos que, como parroquia, están haciendo algo social, ¿en qué podemos ayudar?”

Otro tanto se podría decir de la parroquia de Carrasco, donde las familias y los jóvenes colaboran no solo con las canastas para el barrio Santa Eugenia sino también con la elaboración de refuerzos para los repartos de Chespi. En su caso, las reuniones son tres veces por semana y consisten también en la preparación de al menos 500 sandwiches.

En Pocitos, esa tarde cuentan 696 refuerzos, entre los 350 del colegio y los que arman in situ. Al terminar ordenan todo y van al templo, donde dan gracias por el servicio y piden por todas las personas a las que llegará su ayuda. Los que lo desean, además, tienen el privilegio de poder comulgar y hablar con Dios sacramentalmente presente en ellos. Se van contentos, prometiendo volver dentro de un par de días.

En la Parroquia San Juan Bautista, quienes ayudaron a preparar refuerzos luego rezan frente al sagrario. / F. GUTIÉRREZ

Otras iniciativas solidarias

Parroquia de Paso de las Duranas
Los lunes, miércoles y sábados se reúnen a cocinar y luego entregan viandas en el salón parroquial. Reciben ayuda y alimentos. Contacto: instagram @parr.duranas

Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús
Hacen canastas para entregar a las familias de los barrios Regulo y 23 de Diciembre, junto al Proyecto de Tu Mano. Reciben donaciones a través de colectate.com.uy, el colectivo es el 10500.

Parroquia San José de la Montaña
Hacen bolsas solidarias con leche, arroz, fideos y atún. Reciben donaciones en el convento de Cooper 2263. Contacto: 097683446.

Casa de la Palabra de la Capilla Cruz Alta
En el Cerro, hacen una olla comunitaria los miércoles, sábados y domingos. Es en Filipinas entre Charcas y Rusia. Contactos: Parroquia de la Ayuda (2311 1150) y Parroquia de Fátima (2311 1674).

Parroquia San Cayetano
Entrega canastas a los miembros de la comunidad que pasan necesidades. Reciben donaciones de alimentos, ropa, pañales. Contacto: 099646143.

Comentarios(2)

  1. Carolina Bellocq says

    Hola Ana. Van en torno a las 19 horas.
    Gracias!!!

  2. ANA IROLDI says

    INFORMO A UDS QUE TENGO UNA CANTIDAD IMPORTANTES DE TUPER ESTAN IMPECABLES . SON LOS MISMOS QUE UTILIZAN UDS.
    AGRADEZCO ME INFORMEN A QUE HORA ESTÁN EN LA PLAZA DE BOMBEROS ASI SE LOS ALCANZO.
    UN ABRAZO SINCERO…..DIOS PADRE Y UNA LEGIÓN DE ÁNGELES NOS ACOMPAÑAN…..

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