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Un residencial de Hermanas se reconvirtió en refugio del Mides

El inmueble fue cedido en comodato y los primeros meses el Estado no paga, ambas partes celebran el acuerdo
Las Hermanas del Perpetuo Socorro buscaban una solución desde julio de 2019. F. GUTIÉRREZ

El hogar de las Hermanas del Perpetuo Socorro, en el barrio Sayago, tenía 44 habitaciones dobles. Funcionó entre 1961 y julio de 2019, en que se decidió cerrar porque no se podía hacer frente a las obras de adecuación necesarias.  

Este año fue cedido en comodato al gobierno a través del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) para convertirse en refugio de personas mayores en situación de calle. Los primeros ocho meses es sin costo, y a partir de 2021 se comenzará a pagar un alquiler. Es una de las tantas maneras en que la Iglesia colabora con los más afectados en tiempos de pandemia.  

La Hna. Adriana, superiora de la Congregación, ve esto como "la mano de Dios" porque si bien ellas no están vinculadas al día a día del refugio, entienden que esta solución implica darle continuidad a su obra.  

Un nuevo modelo  

"Es súper importante. Por la estructura, nos permite avanzar en un modelo que no existía hasta el momento, que posibilita alojar a las personas más cómodamente que en los refugios tradicionales", declaró por su parte a ENTRE TODOS Fernanda Auersperg, directora nacional de Protección Integral en Situaciones de Vulneración del Mides.  

Cuando comenzó la pandemia se habilitaron gimnasios (Palacio Peñarol o Nacional, por ejemplo) para las personas en situación de calle más vulnerables por su edad o condición. Pero el invierno ponía fecha de caducidad a esa solución, y la oferta de la Iglesia llegó en el momento justo. El comodato con el antiguo residencial permite un sistema más humano y más barato.  

Más humano en cuanto permite ubicar a las personas en habitaciones de a dos (cuando en los refugios tradicionales están de a entre seis y 15 por sala) y de modo estable. En un mismo lugar reciben las comidas, pueden guardar sus cosas y tener vida en común, pues hay espacios amplios que facilitan la convivencia. Tienen llave de la habitación y tienden a cuidarla. "Vimos que algunas personas necesitaban estar en un formato de 24 horas por ser población de riesgo. Es un régimen más propio de una casa", confirmó Auersperg. Tal como sucede en un residencial para la tercera edad, hay enfermería todo el día, tienen actividades y comparten momentos.  

Los residentes se organizan para colaborar en la preparación de las comidas y algunos tienen espacios donde poder mantener sus trabajos. "Me gané la lotería, yo no me voy más de acá", contó una mujer cuando ENTRE TODOS visitó el lugar. "No hay peleas, tenemos un techo, somos solo dos en las habitaciones. Yo no me voy", insistió. 

Negocio para ambos  

Asimismo, el local de Sayago es para el Estado "mucho más barato que un refugio tradicional", manejó la directora del Mides. No solo porque los primeros ocho meses de uso no se paga un solo peso, sino porque el posterior alquiler no llega a duplicar el de los centros en funcionamiento, que tienen menos de la mitad de residentes. Es decir, en Sayago hay 80 cupos pero se paga menos que lo que se abona por 60 lugares en el otro modelo. "Y con todas las ventajas que este centro tiene", agregó la jerarca. Por otro lado, el sistema hace que no sea necesario aumentar la cantidad de funcionarios de forma exponencial o lineal: hay más personal (sueldos a pagar), pero no el doble o más, como indicaría la lógica.  

El negocio es redondo para el Mides y positivo para la Iglesia. "El Señor lo puso en el camino. Porque la obra continúa y se da una atención a los mayores, eso es importantísimo. Sabemos que están en nuestra casa y bien atendidos", evaluó la Hna. Adriana. 

También el Seminario de Florida 

En Florida el antiguo seminario Menor fue prestado como refugio para recibir por las noches a personas en situación de calle. La directora del Mides en Florida, Mirna Guadalupe, contó a la prensa de su departamento que había ido a hablar con el Obispo, Mons. Martín Pérez Scremini, quien "muy amablemente hizo la entrada a la comunidad del Seminario, que nos cedió muy amablemente el lugar". En un principio pensaron que sería una solución para la ola de frío de fines de junio, pero ahora no hay fecha de entraga del local. Por lo menos, seguirá en uso hasta que culmine el invierno. 

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