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Un fin de semana misionero

Los jóvenes misioneros fueron casa por casa con la intención de transmitirle a los vecinos de la zona la alegría del Evangelio.

Del viernes 17 al domingo 19 de diciembre se desarrolló una nueva edición de la Misión de Navidad, organizada por la Iglesia Joven de Montevideo. La parroquia Santa Magdalena Sofía Barat y Santa José albergó a los misioneros. Fue el cierre de un ciclo de tres años de misión en el barrio Aires Puros. 

Este año fueron 100 jóvenes que participaron de la misión que, debido a la pandemia, se desarrolló durante tres días, cuando comúnmente se extiende por una semana. El P. Marcelo Marciano, Vicario de la Juventud, en relación a esto comentó: “este año elegimos hacer una misión más hacia adentro, una misión-retiro, a diferencia de otros años que es salir mucho a las puertas de las casas. La idea es, después de dos años en donde no tuvimos actividades presenciales y demás, nutrirnos primero nosotros”. 

La misión comenzó el viernes con una peregrinación desde la parroquia hacia la Gruta de Lourdes, donde se celebró una misa y los jóvenes pusieron todo en manos de la Virgen. Luego, las jornadas incluyeron momentos de oración –tanto personal como grupal–, momentos para compartir las experiencias que iban viviendo, charlas, confesiones, así como actividades más lúdicas y recreativas. A todo esto se le deben sumar las salidas a misionar por el barrio, en donde los jóvenes —en grupos de a tres— recorrieron cada cuadra de la zona en pos de compartir un momento con los vecinos. 

El seminarista Josué María Hernández vivió su segunda Misión de Navidad en el país. Para él, misionar es: “ante todo predicar que Dios es bueno, que Dios es amor. Es algo que hemos estado procurando decirle a la gente, en este contexto en el cual estamos saliendo de una pandemia, donde la gente tiene miedo de recibirnos. El hecho de que vean que salimos y que les digamos `Feliz Navidad’ o que `Dios es amor’, es para mí lo más importante.  Sino, no tiene razón de ser la misión”. Consultado acerca de lo qué implica para él que esta misión sea de jóvenes, Josué comentó: “a la gente le causa mucha ilusión, les da esperanza. A su vez, entre nosotros, el hecho de conocer jóvenes de otras parroquias y de otras partes de Montevideo, te ayuda a salir de ti mismo, de tu núcleo de amigos, y de conocer a otros chicos que como tú también viven la fe”. 

Por su parte, Juan Deus, quién participó por primera vez de una misión de Navidad, también compartió su testimonio. Fue invitado por un amigo de su comunidad que ya había participado de ediciones anteriores y destacó: “están todos alegres todo el tiempo; cantando y bailando. Salimos a misionar y la gente re bien. Estuvimos hora y media charlando con una vecina y la verdad que estuvo muy, muy lindo”. Florencia Carle también vivió su primera misión de Navidad y señaló: “estoy re contenta de estar acá. Nunca había misionado en Montevideo, si en el interior. Esperaba que nadie me abriera la puerta, esa es la realidad. Me encontré con que pila de gente está dispuesta, como que ya nos conocía de años anteriores. Fue realmente un encuentro con Dios”. 

El domingo por la tarde se celebró la Santa Misa que cerró esta misión y este ciclo en el barrio de Aires Puros. El próximo año, otro será el destino que la Iglesia Joven de Montevideo elija para llevar, a través de los jóvenes, el mensaje de Jesús.

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