No comments yet

"Teníamos una gran responsabilidad con el país"

Entrevista a Sofía Tedesco, directora del primer laboratorio que comenzó con los diagnósticos de COVID-19 en Uruguay, junto al laboratorio de la Dirección de Laboratorios de Salud Pública
Desde enero del 2020 está trabajando en la temática del Coronavirus. G. DE LUCA

Desde el mes de enero de este año Sofía está trabajando, junto a su equipo, en el tema del Coronavirus. A partir del 13 de marzo comenzaron con los tests y ya han procesado más de 65 mil estudios. A partir de ese día, su vida laboral empezó a no tener los horarios habituales y enfrentó el desafío de tener que coordinar su trabajo y su familia, en un contexto adverso, sin descuidar ninguna de las dos partes. Al recordar esos días, y hablar de su familia, recuerda que “no fue fácil… ellos sintieron mucho mi falta en los primeros meses. Poco a poco fui organizando mis horarios e intentando dedicarle tiempo de calidad a mi familia. Mi familia es lo más importante en mi vida, sin el apoyo de ellos todo esto no hubiera sido posible”.

Sofía vive su fe desde chica, cuando asistía al Colegio y Liceo Sagrada Familia en San José y, con sus hermanos, “crecimos entre grupos de catequesis, campamentos, retiros y misiones”, cuenta. Ahora, de grande, comenta que la fe está presente en su familia y en su modo de trabajar. En la siguiente entrevista, Sofía cuenta cómo vivieron desde el laboratorio los primeros meses de pandemia, los desafíos laborales y familiares a los que se enfrentó, el lugar que tiene la ciencia hoy en día en Uruguay y su relación con la fe.

En Uruguay, usted fue una de las primeras personas que comenzaron con los tests de Coronavirus junto a sus compañeros de trabajo. ¿Cómo fueron los primeros días luego del recordado 13 de marzo?

En el Laboratorio ATGen desde el mes de enero figuraba el Coronavirus en nuestros registros de reuniones. Empezamos a ver cómo se propagaba y cómo se manejaba en los diferentes países. Vimos que el diagnóstico temprano era fundamental.

En febrero tomamos la decisión de comprar los insumos, y nos fuimos preparando de a poco. Nos comunicamos con la Dirección de Laboratorios de Salud Pública (DLSP), quienes estaban de cerca siguiendo las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Ese mes pusimos a punto y validamos la metodología, y finalmente el 13 de marzo recibimos la primera paciente. Ese día empezamos a vivir una mezcla de nerviosismo e incertidumbre. El sábado 14 explotaron nuestros teléfonos, tuvimos que organizarnos para hacer las tomas de muestras en cada domicilio, procesar los test urgentes, dar respuesta a todas las consultas.

El domingo 15 de marzo en la tarde, recibí la llamada de la directora del DLSP para decirnos que éramos el único laboratorio en el país, además de ellos, que tenía los insumos para el diagnóstico de COVID-19, que la demanda de estudios era muy grande y que necesitaban de nuestra colaboración. En ese momento me di cuenta de que teníamos una gran responsabilidad con el país.
De esa manera se lo transmitimos a todo el equipo de ATGen, que más que equipo es un equipazo. Todos en ATGen asumieron la responsabilidad de la misma manera, nos fuimos organizando para atender una demanda que día a día aumentaba. En ATGen ya no había horarios, las tareas de todos cambiaron, el laboratorio se fue transformando.

Inmediatamente se nos acercaron instituciones (ORT, INIA y Clemente Estable) para ofrecernos equipos, incluso personal capacitado para trabajar, y esa solidaridad que nos caracteriza a los uruguayos es uno de los motivos de los excelentes resultados que hemos tenido como país.


Hoy en día, ¿en qué están trabajando en torno al Coronavirus?

Hoy en día, nuestro trabajo en ATGen se divide en tres áreas: desarrollo, producción y servicios. En la actualidad, llevamos más de 65 mil estudios procesados de Coronavirus. Tenemos tres laboratorios simultáneos (Montevideo, Rivera y Buquebus), un centro de tomas de muestras en Montevideo y estamos instalando un nuevo centro de tomas de muestras en Punta del Este. Desde el comienzo, tratamos de solucionar todos los problemas que se fueron presentando. Hemos estado presente en muchos brotes y atendiendo urgencias en todo momento.

Mediante un acuerdo con el Instituto Pasteur de Montevideo y la Universidad de la República, y fondos de Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), desarrollamos los kits de PCR y ELISA. Hoy estamos fabricando los kits de PCR para toda la red de laboratorios de Salud Pública. Además, estamos fabricando los reactivos de ELISA (serología) que serán utilizados por el MSP. Seguimos en la permanente búsqueda y evaluación de nuevas tecnologías, enfocados en buscar soluciones más rápidas sin disminuir la sensibilidad.

¿Cómo es trabajar en ATGen, el primer spin off incubado en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República?

ATGen es una empresa biotecnológica fundada en 2001 como un spin off de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República. En aquel entonces el foco de la empresa era la fabricación de kits con un alto componente innovador. En el 2005 fue adquirida por el Laboratorio Celsius, quienes continuaron con el área de investigación, desarrollo y fabricación, pero además incorporaron el laboratorio de análisis clínicos especializado en técnicas moleculares.

Ingresé en ATGen en el año 2007, como Directora Técnica del laboratorio clínico y hoy soy Directora Asociada. Mi rol dentro de ATGen, junto a mis otros dos socios, es de dirección del laboratorio. Además, soy Responsable Técnica del sector de servicios.

La dirección del laboratorio en estos meses no ha sido sencilla, desde el manejo de insumos, los cuales en los primeros meses escaseaban en el mundo, la incorporación y entrenamiento de nuevas personas, y la puesta a punto de todo el proceso de manera ágil y segura. Todo esto no hubiera sido posible sin un equipo de personas que pusieron todo en la cancha para poder cubrir todas las urgencias que se nos iban presentando. Cuento con la suerte de trabajar con una amiga y excelente profesional en la dirección del sector de servicios.

Seguramente estos meses ha tenido que trabajar más de lo común, en tiempo y energías, estando al servicio de la sociedad toda; ¿Cómo ha podido compatibilizar esto con su vida familiar?

Vivo en la ciudad de Libertad (San José) con mi marido Ignacio y mis tres niñas. Clara tiene 8 años, Julieta 6 años y Violeta 2 años. Nuestra vida transcurría entre el trabajo, horarios de escuela, deberes y viandas. Después del 13 de marzo todo cambió en mi casa… yo ya no tenía horarios para volver y, aunque estuviera en mi casa, mi teléfono no paraba. Sentía que tenía una gran responsabilidad que tenía que afrontar.

Ignacio, que trabaja en el campo, tuvo que adaptar sus horarios para cubrir los tiempos y las actividades que yo no podía hacer. Elena, quién cuida a las niñas desde muy chiquitas, nos dio todo su apoyo para salir adelante en ese momento. No fue fácil… ellos sintieron mucho mi falta en los primeros meses. Poco a poco fui organizando mis horarios e intentando dedicarle tiempo de calidad a mi familia. Mi familia es lo más importante en mi vida, sin el apoyo de ellos todo esto no hubiera sido posible.

¿Cómo fue su acercamiento a la fe?

Mi acercamiento a la fe fue desde muy chiquita. Con apenas un mes fui bautizada y con tres años empecé el jardín en un colegio católico. Somos cuatro hermanos y mis padres siempre nos inculcaron la religión católica desde muy chicos. Fuimos al Colegio Sagrada Familia en San José, dónde la religión era un pilar fundamental. Crecimos entre grupos de catequesis, campamentos, retiros y misiones.

¿Qué lugar ocupa la fe hoy  en día en su familia y la  crianza de sus hijos?

La fe forma parte de mi vida desde en el ámbito laboral, donde trabajo permanentemente formando equipos donde reine el compañerismo, la confianza y el compromiso. Y en la crianza de mis hijas, donde el amor y la fe son un pilar fundamental en nuestro hogar.

Respecto a ciencia y religión, ¿Cuál es la relación que encuentras entre ellas?

Muchos sienten que ciencia y religión ocupan lugares antagónicos, pero la historia nos muestra que siempre han convivido. La ciencia busca explicar las cosas basándose en lo que conocemos como el método científico. Por su parte, la religión también puede vivirse como una búsqueda donde el método científico es sustituido por la fe.

A partir de esta pandemia, ¿Uruguay está valorando más a sus científicos? ¿Qué reflexión le merece?

En Uruguay hay un excelente nivel de profesionales relacionados a las áreas científica y biotecnológica. Previo a la pandemia, el trabajo de estos profesionales era un trabajo silencioso y muchas veces muy complicado de entender en otros ámbitos.

Estos profesionales de diferentes instituciones científicas del país, públicas y privadas, han trabajado constantemente en busqueda de soluciones a los diferentes desafíos a los que nos hemos ido enfrentando en esta pandemia global del COVID-19. Esto ha ayudado a entender, diagnosticar y hacer seguimiento al control de la pandemia en Uruguay. Sin dudas este trabajo, que tanto impacto tiene en el país, ha sido reconocido y valorado por todos los uruguayos.

Escribir comentario