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Sembradores: el servicio unido a Cristo

El grupo Sembradores lleva 20 años sirviendo a las personas en situación de calle.
La escucha y reflexión de la Palabra es central en la propuesta. / Fuente: Federico Gutiérrez

Publicada en Entre Todos N° 476

Son las 8 de la mañana y un ómnibus, con unas 40 personas, llega al campo deportes del Colegio Misericordista. Una vez allí, estas 40 personas que viven en situación de calle comienzan a tomar un desayuno que ayuda a entibiar el cuerpo en uno de los días más fríos del año. Es parte de un servicio que el grupo Sembradores, impulsado y dirigido por Gabriel “Chespi” Muscarelli, lleva adelante desde hace 20 años; alimentando, material y espiritualmente, a personas en situación de calle.

 Muscarelli comenta que quienes llegan “son personas con muchas complicaciones en su vida, algunas con antecedentes penales, que por una u otra razón quedaron en la calle”.

La actividad que se realiza los jueves comienzan sobre las 6:30 de la mañana. El ómnibus pasa a buscar a las personas por la Plaza de los Bomberos y por la Plaza Cagancha; de allí van al campo deportivo ubicado en Camino Repetto. Quienes suben al bus y participan de la jornada en su mayoría ya se conocen; conocen al grupo de Sembradores y se conocen entre sí. “En la calle todo el mundo se conoce”, comenta un joven que no tiene más 22 o 23 años, pero cuyos ojos denotan el doble de edad.

El clima es de respeto y fraternidad, algo en lo que “Chespi” Muscarelli insiste como fundamental. “En un día normal, una vez que llegamos se sirve el desayuno y en seguida se bañan quienes más necesidad tienen de hacerlo”, cuenta Chespi. Cuando un plato de comida no es algo seguro, un lugar donde higienizarse o ir al baño no es algo que se dé por descontado. Y si a esto sumamos precariedad de salud física y mental, consumo problemático de alcohol o droga... “Hay gente a la que atendemos hace 20 años lamentablemente. Digo lamentablemente porque quiere decir que esa persona lleva una vida en la calle”, razona Muscarelli.

Un espacio de encuentro y dignidad

Esta iniciativa de Sembradores es un espacio de dignidad para las personas que atiende. Para algunos es el momento en que se olvidan de la calle, del invierno, del pasado que los persigue; es el momento en que alguien los mira a los ojos, como iguales, y les dice “vos me importás”.

A tal punto llega esta necesidad de encuentro, que pasadas las 9:30 de la mañana llega un grupo de cuatro hombres jóvenes, a los que todos los presentes reconocen y saludan. Nos cuentan que han llegado caminando desde el centro de Montevideo, que el fin de semana habían podido acceder a un refugio nocturno del Mides al que catalogaron como “muy bueno”, “con duchas y lugares cómodos para dormir y pasar la noche”. Para ellos este encuentro semanal es impostergable.

Esa dignidad también se manifiesta en el diálogo y en la escucha. Sobre todo en esto último. Una mujer de no más de 30 años se nos acerca y después de una cálida bienvenida nos dice: “Yo hace más de dos años que conozco a Chespi y es la primera vez que vengo acá. Pero la verdad que se pasa muy bien, nos juntamos, charlamos, rezamos. Pero lo más importante es que Ella está con nosotros”, señala, mostrando una estampita de la Virgen María.

Después del desayuno, aprovechando las canchas del complejo y el sol que calienta aunque sea un poco la mañana, se juega un partido de fútbol en el que participan las personas atendidas, los voluntarios de Sembradores y los seminaristas que hacen parte de su servicio en este proyecto. Luego del juego se hace una oración de agradecimiento, por la salud, por la oportunidad de estar vivos y por la posibilidad del encuentro. Y esta oración abre uno de los momentos más importantes de la jornada; la catequesis.

El alimento de la Palabra

Para escuchar la Palabra de Dios se forma una ronda en la que todos pueden mirarse de frente. Algunos toman café o té, otros apuran un pedazo de refuerzo. Chespi lee la lectura de una de las cartas de San Pablo, la relee y luego hace un pequeño comentario. Con palabras simples, y a la vez muy certeras, Muscarelli grafica en la vida las palabras el Apóstol. La lectura habla del bien que queremos hacer y del mal que terminamos haciendo. Al contrario de lo que se podría pensar, casi todos los presentes tienen algo para reflexionar con ejemplos de su propia vida, del día a día de la calle. Muchos elevan su oración a Dios; por su familia, por su situación, por el grupo. La catequesis termina con el rezo de un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.

Luego de la catequesis, quienes no lo habían hecho pasan a tomar una ducha. Para muchos es la primera en una semana, para otros, en casi un mes. Antes de pasar al baño eligen una muda de ropa que los voluntarios, provenientes de diferentes parroquias de Montevideo, han recolectado y ordenado para ellos. También hay afeitadoras descartables para quienes deseen rasurarse. Mientras tanto, en un parrillero, se va preparando el almuerzo que, pasado el mediodía, dará fin a la jornada. Después de almorzar el mismo ómnibus en el que llegaron los llevará de regreso al centro de la ciudad.

Signo de comunión

Gabriel Muscarelli cuenta a ENTRE TODOS que esta idea de ducharse existe desde que creó Sembradores. La diferencia es que ha ido cambiando de días con el paso del tiempo. “Nosotros pasamos todos los días de la semana a brindar alimento, pero esta actividad específica de los baños se venía haciendo desde hace dos o tres años los lunes y los martes”, comenta. “Cuando comenzó la pandemia nos quedamos sin lugar, porque antes se hacía en el Hogar de Madre Teresa (en Barrio Borro) y allí están viviendo muchas señoras mayores, por tanto por una cuestión sanitaria no se podía realizar ahí. Entonces se consiguió este lugar para los días jueves. Pero esto lleva muchos años”, agrega.

Son muchas las personas que han colaborado en estas dos décadas con Sembradores, pero la pandemia del coronavirus ha cambiado un poco la situación. Muscarelli dice que “en este momento son siete u ocho las personas que siempre están al firme, algunas son de mi familia, otras eran personas que estaban en situación complicada pero se pudieron recuperar y se convirtieron. Hoy están sirviendo acá con nosotros”.

Para Chespi, la catequesis es parte fundamental de su servicio desde el comienzo. “A veces se hace en diferentes horarios, pero siempre está presente. En el Hogar de la Madre Teresa, donde teníamos más tiempo y nos íbamos a la tardecita, se formaban tres grupos, se hacía una lectura de la Palabra, se reflexionaba en dichos grupos y después se ponía en común”, relata.

La presencia de la Iglesia es fundamental, tanto en la sociedad como en este servicio en particular, apunta Muscarelli. Lo explica con una referencia del Evangelio: “Es lo que dice Jesús a los discípulos, podemos dar frutos solo si estamos si estamos unidos a Él”. Y lo aterriza con una claridad meridiana: “Todo esto lo podría haber hecho en nombre mío... pero, ¿quién soy?, ¿cuál es el mensaje que entrego, el de Chespi? Yo entrego el mensaje de Jesús. ¿Y Jesús qué fundó? Fundó la Iglesia. Y si vos querés dar un mensaje evangélico inevitablemente tenés que estar unido a la Iglesia. Entonces de allí parte esta relación de Sembradores con la Iglesia”.

Otro punto importante para el referente de Sembradores es la plena convicción de que este servicio es un trabajo en comunión, “con la Arquidiócesis, con los voluntarios, con las hermanas de Madre Teresa de Calcuta”. Y afirma: “Para mí, que hayan viajado desde Calcuta para ver la obra y le hayan permitido a las hermanas salir con nosotros, es un reconocimiento al trabajo apostólico de todos estos años. Y creo que la Iglesia está unida en todo este trabajo, que es agotador".

Servicio en tiempo de pandemia

La situación creada por el COVID-19 también ha traído algunos cambios en el trabajo cotidiano de Sembradores. Cuando surgió esta nueva realidad se cuadruplicó la cantidad de alimentos que ponen a disposición para las personas en situación de calle (unos 1.200 platos diariamente). Muscarelli, que sustentaba todo de su propio bolsillo, tuvo recurrir al Mides y a donantes privados. Igualmente insiste en que la mayoría llegó de distintas comunidades de la Iglesia.

Chespi también quiso destacar la presencia cercana del Card. Daniel Sturla. Lo describió como “un evangelizador con mucha fe y un profundo compromiso. Es un diferente”. Afirma que el Arzobispo “se sumó solo, yo no lo invité”. Cuenta que “únicamente lo llamé para que me diera una mano con la electricidad en la Iglesia del Cordón. Al principio pensé que iba a venir a hablar un rato, pero vino, se subió al camión, se puso a servir. Y me preguntó en qué horario y qué día venía, y se comprometió y vino”.

En este aspecto, Muscarelli se ve muy identificado con el Cardenal Daniel Sturla; “yo tampoco me veía durante la pandemia en casa atrincherado, encerrado”. “¿Quién iba a atender a esta gente?, si sabía que no iba haber nadie”, concluye.

Sembradores en números

20 Son los años que lleva el grupo Sembradores trabajando con personas en situación de calle.

1.200 Son las personas que reciben alimento diariamente a través de Sembradores desde que comenzó la pandemia.

40 Personas participan en las jornadas de los días jueves.

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