El viernes 22 de noviembre, en el Aula Magna de la Universidad Católica, se realizó la ceremonia de graduación de la segunda generación de la Academia de Líderes Católicos en nuestro país. La instancia fue presidida por el Card. Daniel Sturla, acompañado por Cristian Nazer, rector de la Universidad Finisterrae de Chile; el P. Mathías Soiza, director de la Academia de Líderes Católicos Uruguay; la Prof. Emilia Conde, miembro de la Comisión directiva del Club Católico; y el Dr. Juan José García, responsable académico de la Academia de Líderes Católicos.

En esta segunda generación fueron 29 los jóvenes graduados. Además, este año la Academia dio un gran paso incorporando un curso para adultos, del que hubo 26 graduados, sobre Doctrina Social de la Iglesia y participación de la mujer en la vida pública.

“Ser luz del mundo y sal de la tierra”

El P. Mathías Soiza evaluó el 2019 como un tiempo de mucho trabajo y alegría para la Academia de Líderes. Valoró muy positivamente la segunda generación de jóvenes y la primera de adultos.

Para el director de la Academia, “ante las situaciones de inestabilidad social y política que se viven en muchos lugares de Latinoamérica, uno se podría preguntar qué se ha hecho mal”. Pero sostuvo que, “como cristianos, creemos en un Dios que se ha involucrado hasta en lo más profundo de la existencia e historia humanas, asumiendo en sí mismo todos sus dolores, para introducirnos en el gran horizonte de la Salvación, donde toda tristeza se convierte en júbilo”.

Por eso para el sacerdote la pregunta "debería más bien ser: ¿qué espera Dios de mí para que toda la sociedad pueda vivir de una forma más acorde a su plan de amor?”. Y planteó a los graduados que “la perseverancia en la búsqueda de esta respuesta traerá la cristalización personal de la vocación de todo laico en la sociedad: ser luz del mundo y sal de la tierra”.

Más adelante, propuso a los nuevos líderes católicos: “No se concedan renunciar a los que Dios les pide porque ahí está el camino de su auténtica felicidad y la semilla profunda del seguimiento de Cristo. Nunca renuncien a dar lo mejor de ustedes, aún cuando parezca insignificante e irrelevante para la vida de otros; den lo más grande que han recibido, den la fe. Den la fe en opciones concretas para forjar un mundo más humano y agradable a los ojos de Dios”.

“Iluminen toda actividad humana”

A continuación tomó la palabra Cristian Nazer, que mencionó que hace cinco años acompaña a la Academia de Líderes Católicos en Chile y dijo: “Cada vez que asisto a una ceremonia de graduación no dejo de sorprenderme gratamente de la acción de Dios en los corazones de tantos jóvenes”.

Evaluó que “el mundo necesita de jóvenes comprometidos, valientes, que no se dejen arrastrar por las modas, que naden contracorriente sin temor al que dirán, convencidos que hay ideales que trascienden y deben iluminar toda actividad humana”.

El rector de la Universidad Finisterrae de Chile mostró su esperanza en que para los graduados de que en “este tiempo de formación en la Academia haya resonado en sus corazones la responsabilidad para con Dios y con el prójimo”. Luego los invitó a perseverar y “ser coherentes con sus vidas de cristianos, trasformándose verdaderamente en líderes católicos en un mundo secularizado que no quiere saber de Dios”.

“Gente que camina tras el Señor”

Luego intervino la profesora Emilia Conde. Indicó que, desde su vocación clara y decidida como laica, le "enamora" "formar discípulos, gente que camina tras el Señor”. Por tanto animó a los jóvenes y adultos, egresados de la Academia, “a que se animen al concepto de misioneros, que deja de ser intelectual para ser vivencial; misioneros honrando una misión, viviendo una misión, respondiendo a una vocación. Todo esto con una clara identidad laical”.

“El respeto de la dignidad humana”

Más adelante fue el turno de los propios graduados. El primero en tomar la palabra fue Juan Miguel Peirano en representación de la segunda generación de la Academia de Líderes jóvenes.

Peirano explicó que “el grupo dedicó cuatro meses a formarse y profundizar en la Doctrina Social de la Iglesia, porque entendemos que es importante y necesario para ser católicos en el medio del mundo”.

Agregó: “Nuestra misión, como la de cualquier católico, es contagiar los valores cristianos. A mí me toca realizar esta tarea desde mi trabajo profesional, pero estoy convencido de que cualquiera lo puede aplicar a su propio lugar. Me di cuenta de que, hagamos lo que hagamos, tenemos que hacerlo con valores cristianos, y eso va a ser más que suficiente para que Dios pueda valerse de nosotros y se dé a conocer”.

También una representante del grupo de adultos tomó la palabra. Fue Loana Rivera, quien recordó que “Cristo nos llama continuamente a una respuesta renovada" y participó en el curso de Doctrina Social de la Iglesia para conocer mejor su voluntad.

Rivera agregó reconoció que “la gran responsabilidad que tenemos en una sociedad con una gran ignorancia de Dios. Hoy sabemos que tenemos el derecho y también la obligación de hacer resonar el Evangelio en la sociedad. Una sociedad cuyo fin último debe ser el respeto de la dignidad humana, para que las personas puedan satisfacer sus necesidades básicas, tanto materiales como espirituales”.

“Una vida impregnada de la presencia de Dios”

Por último habló el Card. Daniel Sturla, que mencionó la experiencia de la Academia como un esfuerzo de la Iglesia uruguaya para formar líderes católicos. Sostuvo que la de Montevideo “es una Iglesia pobre, con pocos recursos, pero libre, sin ataduras y eso es algo bueno”. Añadió: “Somos pequeños, no somos la mayoría, pero somos una Iglesia hermosa. Hemos sabido conservar la fe y estar presentes en el ámbito público”.

El Card. Sturla explicó que “la fe es para que toda nuestra vida quede impregnada de la presencia de Dios y esto además lo queremos transmitir y hacer público. Queremos hacer pública la fe, porque el culto de por sí es una actividad pública”.

“En el marco de la sociedad plural y democrática, que integramos pero que también forjamos, queremos demostrar que somos servidores de una realidad que nos trasciende, que es Jesucristo, salvador de nuestra historia y de toda la sociedad”, dijo para terminar.

Luego de las alocuciones, le entregaron al Card. Daniel Sturla las copias de los trabajos monográficos de los graduados. Posteriormente se extendieron los diplomas a los jóvenes y adultos que realizaron los cursos del la Academia de Líderes de 2019, y se tomaron la tradicional foto de familia.