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Pluralidad que enriquece

La parroquia San Juan Bosco reúne varios carismas y tiene una identidad misionera.
La parroquia es un lugar de encuentro entre fieles de distintos carismas y espiritualidades. Fuente: Romina Fernández

La vida de Fortuna (68) está ligada a la parroquia San Juan Bosco desde que era niña. De hecho, ella forma parte de la comunidad antes de que se erigiera la parroquia. En 1954, los salesianos se instalaron en Villa Don Bosco, barrio del noreste de Montevideo, que se ubica en el kilómetro 16 de la Ruta 8. En los primeros años, el templo que lleva el nombre del fundador de la congregación salesiana era una capilla que dependía de la parroquia Cristo de Toledo.

Los comienzos fueron precarios y sencillos. El padre Ángel María Olivera colocó una carpa que servía de capilla y donde tenía lugar la misa dominical. Fortuna asistía cada semana a las celebraciones junto a sus padres. "Venía todo el barrio a las misas. En esos años lo único que existía era la parroquia. Se dividió muchísimo la gente porque se cambió de religión”, dice Fortuna. 

La carpa estaba ubicada en donde hoy está la cancha de fútbol de la obra social y educativa Don Bosco, que comenzó a funcionar en 1959. Actualmente la institución pertenece a la fundación Sophia y tiene desde maternal hasta ciclo básico tecnológico.

Fortuna fue testigo de la construcción de la parroquia. "No había plata para pagar a los albañiles. Las obras las hacían los jóvenes de la parroquia”, recuerda. El templo empezó a ser construido bajo la dirección del P. Nelson Hernández. Las obras continuaron con el P. Eulalio Landa a la cabeza y terminaron con el P. Juan Pilutti. La parroquia San Juan Bosco fue erigida el 20 de diciembre de 1961 y su domicilio se fijó en Ruta 8, Brigadier General Juan Antonio Lavalleja 7777. 

Para Fortuna, la parroquia es su segunda casa. Creció en la comunidad, y la comunidad la vio crecer a ella. Es el lugar donde recibió la primera comunión y se casó. Sus padres también se casaron ahí. Sus tres hijos se bautizaron en la parroquia y su hijo mayor también se casó en el templo. 

En 2007, la congregación salesiana se retiró de la zona y la parroquia pasó a ser administrada por el clero diocesano. Sin embargo, mantiene algunos rasgos de la espiritualidad de don Bosco. Esto se visualiza a través del oratorio festivo, que es organizado por animadores salesianos y se realiza los sábados, y la fiesta patronal que se celebra el 31 de enero, día en el que se conmemora el fallecimiento del santo en 1888. 

Fachada actual de la parroquia San Juan Bosco. Fuente: Romina Fernández

Una sola comunidad

El P. Pablo García (50) nació en Ecuador y llegó a Uruguay en 2011. A la parroquia San Juan Bosco ingresó en 2015, antes de que fuera ordenado sacerdote en 2017, y asumió como párroco en 2019. Algo que le impactó desde el primer día, fue la baja participación de los laicos. “Según me contaron los fieles, antes venían más personas y el templo se llenaba. Ahora es lo contrario”, dice. El sacerdote considera que la parroquia es “precaria” pero destaca que hay “un ambiente de hermandad”. 

El párroco vive junto a Marcelo (32), que también es ecuatoriano y estudia en el seminario Redemptoris Mater de Paraguay. Actualmente está en un tiempo de misión, antes de que sea ordenado diácono camino al sacerdocio. Está en la parroquia desde marzo y acompaña en las misas y otras actividades. 

José María (58) se integró a la parroquia en 2011 tras mudarse al barrio. Poco tiempo después fue nombrado responsable laico. "He puesto el cargo a disposición más de una vez, y sigo quedando", dice entre risas. Su parroquia anterior era Jesús Misericordioso (Belén). José María recuerda el pedido que hacía el P. Julio Elizaga a sus fieles: "Si se mudan y se van lejos de la parroquia, tienen que trabajar en la parroquia de la zona". 

Y eso fue lo que hizo. Sin romper su vínculo con la comunidad ubicada en Malvín Norte, se unió a la de Villa Don Bosco. "Pasé a una realidad totalmente distinta. Venía de una parroquia llena, muy activa y efervescente. Fui evolucionando con esta realidad. Al principio me chocó un poco y me tiraba para abajo. Poco a poco fui creciendo también con los hermanos de acá”, expresa. 

El responsable laico explica que en la parroquia hay “agentes pastorales externos" que provienen de distintos carismas y espiritualidades. Además de los animadores salesianos, miembros del Opus Dei, Movimiento de los Focolares y la Legión de María forman parte de la comunidad. “La diversidad que hay en la parroquia es una representación pequeña de lo que es la Iglesia. Cada uno cumple su misión sin interferirse y sin querer sobrepasar la misión del otro”, subraya José María. En tanto, el párroco señala: "Es una sola comunidad la de Don Bosco. Cada uno lleva su carisma, pero todos estamos compenetrados y relacionados. No hay exclusión". 

El P. Pablo García está en la parroquia desde 2015 y es el párroco desde 2019. Fuente: Romina Fernández

Espíritu misionero

“Vimos la necesidad de llevar el evangelio y no estar tanto en la parroquia. Nos vimos movidos para salir al barrio, y no esperar a que la gente viniera”, dice José María. Por esto, cada jueves de tarde, el párroco, el responsable laico, el seminarista y algún otro integrante de la comunidad salen a misionar por la zona. No solo van casa por casa, sino que también se acercan a transeúntes.

“Hemos recorrido toda la zona. Hay lugares a los que fui por primera vez. Algunos nos reciben y otros no. Recibimos algún insulto. De eso se trata la evangelización. Si a Jesús lo rechazaron, a nosotros también”, manifiesta el P. García. 

En el territorio parroquial hay grandes extensiones de campo. "De todas las personas que hemos visitado, algunas se han acercado a la parroquia", cuenta José María. El responsable laico indica que actualmente la misión está centralizada en compartir un momento con los enfermos y las personas que no pueden acercarse a la parroquia por razones físicas. 

"Nosotros somos el medio, pero es Cristo quien tiene que entrar en el corazón del hombre y transformarlo. Muchas veces, terminamos siendo nosotros los que terminamos siendo evangelizados, al conocer la vida y la historia de las personas”, añade el párroco. 

"Es una sola comunidad la de Don Bosco. Cada uno lleva su carisma, pero todos estamos compenetrados y relacionados. No hay exclusión"

P. Pablo García 

Otro camino para llegar a Dios 

Mariano (47) dice que está vinculado al Camino Neocatecumenal desde hace treinta años, porque durante todo ese tiempo lo invitaron a participar del itinerario de formación católica. Antes era ateo, no creía en Dios. Hace quince años, su esposa lo invitó a participar de una de las catequesis y su vida cambió. Se convirtió y entró a la vida de la Iglesia. "Me tuvieron que anotar la oración del padrenuestro en un papel porque no la sabía”, declara. 

El Camino Neocatecumenal está presente en la parroquia desde hace dieciséis años. El itinerario de formación católica fue implementado por el P. Andrés Caprile, quien fue párroco entre 2007 y 2015. La propuesta es para mayores de catorce años. Mariano define al Camino Neocatecumental como una propuesta de “iniciación cristiana” y “una renovación del bautismo y la fe”. Palabra, eucaristía y convivencia son los pilares del movimiento eclesial. 

La comunidad neocatecumental reunida para celebrar la santa misa. Fuente: Romina Fernández

 

En la parroquia San Juan Bosco, los integrantes del Camino Neocatecumental celebran la misa los sábados y la palabra los martes. Para preparar los encuentros, se forman grupos que se juntan cada mes. “Nos reunimos en una casa. Se leen y las lecturas y se hace un eco de la palabra. Después, se hace una moción y una Lectio Divina. El objetivo es entender qué es la palabra de Dios, cuál es su mensaje”, explica Mariano. 

El P. García ve el futuro de la parroquia de forma esperanzadora y sueña con ver el templo repleto de gente. "Las primeras comunidades cristianas tampoco la tuvieron fácil. Pero al fin y al cabo es el Espíritu del Señor el que lleva a la evangelización", dice. A través del trabajo misionero, la semilla está plantada. “Quizás nos tocará el tiempo de la cosecha, o quizás será otro quien cosechará lo que nosotros sembramos”, concluye el sacerdote. 

CIFRAS

1961: año de fundación de la parroquia.
2007: año en el que la parroquia pasó a ser administrada por la Arquidiócesis de Montevideo, tras el retiro de la congregación salesiana.

Por: Fabián Caffa

Redacción Entre Todos 

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