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Padre Livio: una vocación para siempre

Hoy, 13 de junio, es la memoria de san Antonio de Padua. Por eso desde ICM, queremos compartir con ustedes este entrevista que María García le realizara a Fray Livio Vitola, en 2014, a sus 95 años, en el Convento de los Frailes Capuchinos, ubicado en la calle Canelones. 
Fray Livio a sus 95 años./ Fuente: María García

Cada vez que escuchamos el nombre de la parroquia de los Hermanos Capuchinos, inexorablemente viene a nuestras mentes la imagen de Fray Livio María Vitola, popularmente conocido como el Padre Livio.

Su hábito marrón, su larga barba blanca, su cara sonriente y sus sandalias lo identificaban como un verdadero fraile franciscano. Fanático del Club Nacional de Fútbol, asistía a los partidos en el Estadio Centenario junto a su hermano capuchino Vicente, en un "fusca" de origen alemán, que él mismo manejaba. Su vida dedicada por completo a Cristo y a los hermanos fue, y es, ejemplo de perseverancia, obediencia y profundo amor.

Hijo de inmigrantes

La calle Canelones, entre Magallanes y Minas, fue testigo de la vida del fraile y su familia desde el principio. Sus padres llegaron a la capital en el año 1913 en el Vapor Indiana, procedentes de Italia; ya con parte de la prole.

Livio nació en 1919, a metros del templo San Antonio y Santa Clara, frente al hoy Colegio de las Hermanas Salesianas. Eran once hermanos, cinco mujeres y seis varones. En uno de los últimos encuentros que tuvimos, nos contó detalles de su familia y de esa infancia que recordaba con inmenso cariño, además de su firme y entregada vocación al sacerdocio.

“Todos tomamos caminos distintos. Uno de ellos se fue temprano al cielo. Todas mis hermanas fueron religiosas capuchinas. Tres hermanos se casaron, un sobrino tuvo vocación al sacerdocio, estudió en Italia pero cuando regresó a Uruguay sufrió un accidente y falleció. Vicente y yo nos ordenamos sacerdotes”, contaba emocionado.

Nace la vocación

Desde que ingresó a la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos se sintió como en su casa. A sus 10 años pasó la actual puerta del convento y sin mirar hacia atrás –donde estaba su mamá- entró rapidito. La cercanía de su hogar con el templo y el vínculo que su familia estableció con los religiosos fue clave para despertar su vocación. El barrio, los ruidos y sus características jugaron un rol importante.

“El ser franciscano surge por medio de fray Marcelino, el portero del convento, quien frecuentaba mi casa. Era natural ver a los frailes entrar y que tomaran un té o unos mates; eran como de la familia”, afirmaba. Y enseguida agregaba: “Los medios de que Dios se vale para sembrar una vocación son muchos”.

En aquella época no existía tanta contaminación sonora como hoy. Livio recordaba que desde su casa escuchaban los sonidos de la parroquia: “Recibí por todos los medios el llamado a la vida religiosa: a través del toque de las campanas, de la música del órgano que se escuchaba desde casa inaugurado en 1924, además del coro y mil cosas más, todo contribuyó”.

Hijo de la obediencia

En el seminario estuvo cinco años, luego continúo sus estudios en el convento del barrio Nuevo París. Viajó a Italia, donde estudió filosofía y teología en Génova, regresando al Convento San Antonio. “La Segunda Guerra Mundial nos obligó a elegir: quedarse en Italia o emigrar a otro país. Todos los que estábamos allí tuvimos que tomar una decisión. Si me quedaba, no sabía cuándo terminaba la guerra; con sus graves consecuencias. Si elegía regresar a Uruguay lo hacía con la certeza de que los mares estaban minados por las bombas de los aliados. Tuve que optar. Como hijo de la obediencia pedí que me dijeran, y prefirieron que regresara a Montevideo”, contaba mirando al cielo.

Fue ordenado sacerdote a los 22 años. Viajó mucho. Su primer viaje fue a Roma. Participó del Congreso Eucarístico Internacional en Buenos Aires en 1934. “Muchos me preguntaban qué sabía yo de esto, para mí esta vida, esta vocación es y siempre será un regalo del cielo”, sostenía con alegría.

Antonio de Padua

El 13 de junio se celebra la memoria de san Antonio de Padua, sacerdote de la Orden Franciscana, nacido en 1195 en Lisboa. Fue predicador, teólogo, y es venerado como santo y doctor de la Iglesia. Es patrono de los objetos extraviados, de quienes buscan pareja y de los celíacos. Livio asegura que es un padre para él, y nos cuenta cómo se vivía en el barrio y en el templo este día.

“La solemnidad de san Antonio no se circunscribe al mes de junio, los cultos habitualmente realizados en el templo de los Capuchinos se remontan de tiempos inmemoriales. Todo fue llevando a una devoción y un amor al santo, por ejemplo: el toque de cinco campanas traídas desde Italia”, acotaba.

El toque de las campanas llegó a escucharse desde el barrio de la Unión. Una de las campanas se llama "La Purísima" y pesa 2 mil toneladas. “De sacerdote pude darme el lujo de treparme a la torre y meterme dentro de una campana. Son campanas de gran porte, cabía perfectamente”, contaba entre risas.

En la biblioteca del convento, que Livio recorría todos los días, hay un libro de actas que registra que en 1918 asistieron 80 mil personas a la Solemnidad. “Esto se registró con la ayuda de tres caballeros, ubicados en la puerta del templo, cada uno con un rosario en mano, que pasaban las cuentas”, recordaba.

“Muchas eran las personas que se acercaban a rezar la novena los días previos. El día de san Antonio había cuatro sacerdotes confesando mientras se celebraba la eucaristía. El templo se abría a las 4 y se cerraba a la hora 22 aproximadamente”, narraba.

Comentarios(13)

  1. Jose Zorrilla says

    Sin palabras. Cuando murio fray Conrado, el padre Livio me tomó en su rebaño. Con Constuctora Santa María fue director espiritual, bendijo las obras y nos guio como piratas buenos en un mar de corrupción salvaje. Fui testigo de milagros, san Antonio y María santísima lo escuchaban, consagrado a María según Grignon de Montfort, sufrió mucho, fue perseguido e incomprendido, amigo del padre Pio y fundador de la Juventud Obrera Cristiana, recorrió desde las minas de las ardenas a las fábricas, las cooperativas cristianas, asesoró a la Asociación Cristiana de Dirirgentes de Empresas, ayudó en la organización de la Iglesia, construyó la iglesia de San Francisco en Punta Carretas y restauró primero el Santuario y luego el edificio patrimonial del Convento de San Antonio en la calle Canelones, atendió a los enfermos del Circulo por cuarenta años y lo despidieron sin ni darle las gracias, luchó contra los iconoclastas y preservó tesoros artísticos y culturales, siguió al Club Nacional de Futbol con pasión con el padre Vicente, organizó a la biblioteca capuchina, y murió como un santo.

  2. Enrique says

    Foto

  3. Enrique says

    Livio me dio la primera comunión cuando era alumno de los maristas de 21 de set en 1985

  4. Jose Zorrilla says

    El padre Livio fue el director espiritual de Constructora Santa María. Bendijo cada obra que comenzaba, y cuando hacía falta, nos daba una charla para ordenar las prioridades. En Maldonado, un obrero preguntaba ¿cuando vuelve el padrecito? ¡Dan ganas de vivir al escucharlo!
    Recuerdo en el día del padre Pío, como siendo estudiante se escapó a San Giovani Rotondo, cuando el padre Pío estuvo condenado al ostracismo, y aunque no recibía ni a obispos ni cardenales, lo recibió a él, conversaron, lo ayudó a misa, y no dijo nada cuando Livio le levantó la manga y tocó sus llagas. En Uruguay sufrió mucho, con Vicente y Conrado; fue 40 años capellán del Círculo hasta que lo cesaron sin aviso, aún cuando los enfermos y las enfermeras lo reclamaban. Confesó al secuestrado padre Lacarte moribundo en un descuido de su señora (solidaridad del gremio ante un desertor), avanzó aún contra la intolerancia de la época con la juventudes obreras católicas y la asociación cristiana de dirigentes de empresas, bajó a las Minas en Francia para ver las inhumanas condiciones de trabajo, y asistió a la convención de las JOC en Canadá.
    Bendijo al Capitán Obdulio Varela, batllista y comecuras, en el Círculo. Cuando la señora y las hijas se horrorizaron cuando el padre le ofreció una bendición, esperando una explosión y quien sabe, un ataque, Obdulio solo dijo: «-Padre, ¿a quién no le viene bien una bendición?»
    El Padre Livio nos mire desde el cielo, desde cerca del barrio de María, y nos siga guiando para que no nos perdamos en el camino a la Patria celestial.

  5. Laura Prego says

    todos los días de mi vida lo tengo presente, y jamas olvido su cumpleaños 14 de julio. Como me decía, es fácil te acuerdas de Francia y no lo vas a olvidar.

  6. Ignacio Livio Baldomir Montiel says

    Naci junto a mi hermano melizo Alfredo joaquin en 1956 en la capilla de la calle patria e ibiray ( parque Rodó) Mis padres María Elena y julio eran lo encargardos de cuidar y preparar los domingos la capilla donde se celebraban las misas por los sacerdotes de los padres capuchinos de punta carretas. Ente ellos El padre Livio, Indelfonzo. Vicente,Rafael,Testa, Ignacio,tarcisio y muchos mas que no recuerdo. Fuimos bautizados por el padre ignacio. Y tomamamos la comunión en punta carretas en 1962. Mi Madrina y la de mi hermano sarita villar una persona muy devota de la congregacion siempre trato de tenernos vinculados. La vida no fue llevando por distintos caminos. Pero nunca dejamos de ser católicos y de tener un gran recuerdo y aprendizaje de los padres capuchinos devotos de la pobreza y la entrega por la igualdad de los hombres. Gracias padre Livio que no te pude despedir pero se que nos estarás iluminando desde cielo atraves de Dios nuestro Señor!!

  7. Ignacio Livio Baldomir Montiel says

    Naci junto a mi hermano melizo Alfredo joaquin en 1956 en la capilla de la calle patria e ibiray ( parque Rodó) Mis padres María Elena y julio eran lo encargardos de cuidar y preparar los domingos la capilla donde se celebraban las misas por los sacerdotes de los padres capuchinos de punta carretas. Ente ellos El padre Livio, indelfonzo. Vicente,Rafael,Testa, Ignacio,tarcisio. Fuimos bautizados por el padre ignacio. Y tomamamos la comunión en punta carretas en 1962. Mi Madrina y la de mi hermano sarita villar una persona muy devota de la congregacion siempre trato de tenernos vinculados. La vida no fue llevando por distintos caminos. Pero nunca dejamos de ser católicos y de tener un gran recuerdo y aprendizaje de los padres capuchinos devotos de la pobreza y la entrega por la igualdad de los hombres. Gracias padre Livio que no te pude despedir pero se que nos estarás iluminando desde cielo atraves de Dios nuestro Señor!!

  8. Horacio Fernández says

    Al Rvdo. Padre Livio, lo conocí en la Iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, de Punta Carretas, donde fue nombrado Párroco cuando yo era un niño. En esa época yo asistía al Catecismo y en 1948 tomé la primera Comunión. Luego ingresé en la Acción Católica de Niños y en el Pequeño Clero, que entre otras tareas, ayudaba en la celebración de la Santa Misa como monaguillo.
    Tengo gratos recuerdos de El Padre Livio en la Iglesia de Punta Carretas. Ruego a Dios que lo tenga en su Gloria.

  9. Silvana Nessar de Lenoble says

    Gracias Padre Livio por haber estado siempre cuando lo necesitamos! Guardo un recuerdo imborrable del Padre.. Tantas tardes juntos en el Convento. Y acompañándolo hasta sus últimos días!

  10. Silvana Nessar de Lenoble says

    Tengo un recuerdo imborrable del Padre Livio a quien pude acompañar hasta sus últimos días.
    Siempre con la frase oportuna y el consejo cristiano.
    Todos los días lo tengo presente en mis oraciones y no dejo de invocarlo para q interceda pie nosotros….
    Conservo una carpeta con sus relatos de muchas de sus vivencias y experiencias…
    Inolvidable

  11. Wilmer says

    Dos verdaderos santos. El Padre Livio y su hermano el Padre Vicente. Los conocí y traté muchísimo a mi edad de 8 años. Dios y Maria Santísima lo tengan en la gloria.

  12. Ana María Carrau says

    Conocí mucho a querido Padre Libio ya que vivíamos cerca de los Capuchinos.
    Dios Me concedió una gracia impresionante impresionante a través del Padre Livio.
    Un familiar era muy cercano al Padre y me había pedido que si un día estaba mal llamara al Padre Libio ya que era su confesor. Llego ese día pero yo no tenía como comunicarme con el Padre, y rogué a Dios me ayudara a cumplir la voluntad ya que estaba muy grave, internada en sanatorio Impasa.
    A los pocos minutos un familiar me dice : hace un momento vi bajar por la escalera al Padre Livio!!!! Salí corriendo y encontré Padre Livio abajo….. y el se sonrió……Bueno Dios es grande y Misericordioso…. siempre le recordaba al Padre Libio ese episodio que yo lo vi como un milagro del Padre Libio….
    Gracias por poder trasmitir este episodio muy impresionante que nunca más olvide!!
    Gracias Señor! Gracias Madre!!!

  13. Conrado says

    Recuerdo que el Padre Livio acostumbraba bautizar a los bebés nacidos en el sanatorio del Círculo Católico. Bautizó allí a mi hija mayor.

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