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Misa de Pascua en la Catedral Metropolitana

El templo estaba vacío pero miles siguieron la ceremonia por Youtube y televisión
La Misa de Pascua fue a puertas cerradas /F. GUTIÉRREZ

“Buenos días, muy felices Pascuas de Resurrección, ¡para toda la comunidad!” Ese fue el primer comentario en el chat en vivo del canal de ICMtv en Youtube, poco antes del comienzo de la transmisión en vivo desde la Catedral de Montevideo. No pudiendo reunirse en el templo, los católicos se han dado cita durante toda la Semana Santa a través de las pantallas y, al legar el día de la gran fiesta, ya se sienten una comunidad que quiere festejar junta.

Este domingo la Misa fue transmitida, además, por el canal VTV y las señales de TCC y Nuevo Siglo.

La Misa de Pascua en la Catedral suele contar con la intervención del Ensemble Vocal e Instrumental De Profundis. Este año el coro se hizo presente también de manera virtual, pues envió la música para poder ser reproducida en tiempo real. El canto de entrada fue Laudate Dominum.

Además de los tres obispos (Card. Daniel Sturla, Mons. Pablo Jourdan y Mons. Luis Eduardo González), concelebraron los padres Jorge Techera e Iván Núñez. El párroco de la Catedral (P. Juan González) fue maestro de ceremonia. Acompañaron seminaristas y acólitos, y apenas un par de fieles que hicieron las lecturas y oficiaban de guías.

El Evangelio fue proclamado por el P. Techera, y después el Card. Sturla comentó que esta vez se le hacía difícil seguir la tradición según la cual la homilía de Pascua comienza con un chiste. No tener un público numeroso en frente lo había desmotivado -confió- pero igual quería decir alguna gracia y eso hizo. Es que, según explicó, no se puede decir "felices pascuas" sin una sonrisa, y para eso a veces antes hay que contar alguna broma.

La victoria de la Resurrección

Para explicar la alegría de la resurrección, el Arzobispo se refirió al desempeño de la selección uruguaya de fútbol en el mundial de Sudáfrica 2010. En ese momento los uruguayos se alegraron con esa gesta y sintieron que el triunfo era propio, de todos. "Sentimos que ganamos". En este caso sucede algo más fuerte, pues la victoria de Cristo es efectivamente la victoria de cada uno. "Ese sepulcro vacío del Señor marca que todas las tumbas serán vaciadas y la vida triunfa sobre la muerte", explicó.

"Todos recibimos la invitación para el Cielo. Está en nosotros aceptarla y hacer lo posible para llegar a esa fiesta, con la gracia de Dios", dijo, en alusión a la llamada universal a la santidad. Aclaró que cada uno tiene la libertad de romper esa invitación y no acudir, porque Dios no obliga a nadie.

Luego, mencionó que la fe es expansiva, pues "nadie que tiene una alegría enorme la guarda para sí. La comunica, se la expresa a otros. A su familia, amigos, al mundo entero", aseveró. Muestra de esto es el Evangelio que se leyó en la Misa, que el Card. Sturla calificó como "el Evangelio de las corridas": de las mujeres, de Pedro y Juan. Corren porque han experimentado la alegría sanadora de Cristo. 

"Cuando sentimos que algo nos toca el corazón, experimentamos que hay una cierta urgencia. No podemos quedarnos quietos, tímidos, timoratos. El mundo necesita de Cristo; Uruguay necesita de Cristo. Este país que amamos y que queremos necesita de Cristo. Y quizá hoy más que nunca", indicó.

Resurrección es levantarse

"¡Cuántas cosas buenas están pasando en estos días! Sepamos mirarlo”, invitó, y puso como ejemplo al pasajero del crucero Mortimer que se arrodilló y besó el suelo uruguayo. Mencionó también las ollas populares, gente que reparte comida, el gobierno, todos los que aportan desde su lugar. Son todas actitudes que reflejan la voluntad de querer ponerse de pie, no dejarse abatir por la pandemia.

Resurrección es levantarse. Y en este sentido, apeló a estar listos para cuando toque comenzar a actuar, trabajar, “mover este país, para que esta pandemia no destruya al Uruguay y su economía, porque eso sería destruir a la sociedad, y donde más sufren los más vulnerables”.

Con la alegría propia de quien se sabe redimido, compartió: “Cuando nos encontramos de verdad con Cristo nuestra vida cambia, se transforma. Y no hay virus y no hay nada –ni enfermedad, ni pecado, ni muerte- que pueda hacernos perder el gozo de la vida de fe y alegría de ser cristianos”.

Camino a la renovación en la fe

Hoy comienza el camino hacia Pentecostés, día en que los uruguayos renovarán la profesión de fe. Se ha preparado un librillo con oraciones para cada día, durante 50 jornadas, para que cada uno pueda meditar en solitario o en comunidad. El Arzobispo exhortó a buscar ese material en las parroquias o en la web y redes sociales de la Iglesia, y deseó que “cada católico en Uruguay tenga este librillo”. “Renovemos la fe de la Pascua, esa que es capaz de llenarnos de alegría aún en las situaciones más difíciles”, sugirió.

De todas formas, en la Misa de Pascua se renovaron las promesas bautismales, y el coro respondió cantando a cada invocación.

La Misa siguió como de costumbre. Quienes la vivían a través de Youtube interactuaban por el chat como si estuvieran en el templo: respondiendo a la liturgia, expresando intenciones y hasta haciendo el saludo de la paz entre ellos.

En el momento de la comunión, se invitó a hacer una comunión espiritual. Y casi al terminar la Misa, le hizo lo que estos últimos domingos: el Card. colocó la hostia en la custodia y salió al atrio de la catedral para bendecir a la ciudad e implorar por el fin de esta pandemia.

Ya en el templo nuevamente, invitó a compartir la alegría con María, rezando el “Regina Coeli”. “Y le pedimos que proteja nuestra ciudad y país, que dé sabiduría a los gobernantes, que cuide a todos, especialmente al personal de salud y a los que sostienen la vida de nuestro país”. Pidió también por niños, adolescentes, los jóvenes; los que retomarán las clases paulatinamente. Y, en particular, solicitó la protección de María para los ancianos,los que están solos, los enfermos, los presos. “María, Madre de misericordia, toma a todos bajo tu especial protección”, imploró.

El saludo final –pueden ir en paz- tiene sentido aunque todos estén en su casa. Porque es el envío de anunciar a Cristo, justificó el Cardenal. Por eso, culminó con el deseo de que todos “glorifiquen a Cristo con sus vidas y anuncien a Cristo resucitado”. Y reiteró esas palabras que no se oían desde hacía 40 días: “Aleluya, aleluya”.

Colecta desde casa

Muchas parroquias no están recibiendo ningún ingreso y sin embargo siguen adelante, abiertas para recibir a todos los que se acerquen. En estos momentos de mayor necesidad, quienes puedan aportar están invitados a hacerlo a través de la “colecta desde casa”, una web que habilita las donaciones a través de internet. El sitio es accesible a través de www.colecta.icm.org.uy

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