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Mirando con Dios este tiempo

Mensaje de los obispos de la CEU a todo el país
Los obispos de la CEU enviaron un mensaje a todo el país/ Fuente: Pilar Amaya - CEU

El pasado domingo 8 de noviembre, reunidos a los pies de la Virgen de los Treinta y Tres, los obispos enviaron un mensaje a todo el país titulado: “Mirando con Dios este tiempo”. El mensaje de los obispos de la Conferencia Episcopal del Uruguay, enviado desde el Santuario Nacional de Florida, cuenta con 22 puntos, dividido en tres apartados. Para los obispos uruguayos fue una ocasión para contemplar con María las “preocupaciones y esperanzas de nuestras comunidades y de nuestro pueblo... e interpretar las señales de Dios en medio de los acontecimientos de nuestros días”.

Tiempo de confianza

El primer apartado se titula: “Es tiempo de esperanza”. En él los obispos agradecieron “a Dios por todo lo bueno que hizo surgir en los corazones de hombres y mujeres de nuestra tierra. En todo ello encontramos motivos de esperanza”, así como por la “libertad responsable” asumida por la mayoría de los uruguayos.

También destacaron que “La solidaridad con quienes quedaron en situaciones más difíciles se manifestó en forma inmediata y creativa, buscando, sobre todo, que a nadie le faltara el alimento cotidiano”. Y agregaron que “Muchas familias asumieron el desafío de cuidar muy especialmente a sus miembros mayores”, así como el replanteo de las tareas cotidianas del hogar y el trabajo.

Hicieron una mención especial al trabajo de “las parroquias, los sacerdotes, diáconos, personas consagradas y agentes pastorales” que buscaron formas de mantener los vínculos de la comunidad, “utilizando las redes sociales para transmitir celebraciones y charlas de formación, realizando con prudencia las visitas necesarias, acompañando a los enfermos, rezando en velatorios y atendiendo a algunas personas con las debidas precauciones”. “Las iglesias permanecieron abiertas, ofreciendo un espacio de oración y de paz en la presencia de Dios. Se prestó atención a quienes necesitaban el Sacramento de la confesión”, añadieron.

De la misma manera recordaron a los colegios católicos y las obras sociales de la Iglesia, que se adaptaron para servir de mejor forma a la sociedad.

Los desafíos

El segundo fragmento se tituló: “Es tiempo de preocupación”. Y estuvo enfocado en el tema de la salud, insistiendo que “No se trata solo del riesgo de contagio, aún existente. Muchas personas con necesidad de consulta y asistencia vieron postergada la atención a sus problemas de salud, inclusive la salud mental, ya por decisión propia, o bien por restricciones de su servicio sanitario”.

Otro tema que preocupa a los pastores de la Iglesia en Uruguay es la situación laboral, que en muchos casos se precarizó. Sostuvieron que “En los primeros tiempos de aislamiento, aquellos que salen cada día a ofrecer un servicio para ganar el pan para sí y los suyos, no pudieron quedarse en casa, pero ya no encontraron fácilmente esas ocupaciones transitorias. Son todos complejos desafíos que requerirán muy diversas medidas”. 

También se enfocaron en los vínculos familiares, en riesgo en muchos casos a raíz de la pandemia, así como la situación de la educación, que llamó a todo el sistema a replantearse las formas de enseñanza y la pregunta clave: “¿Para que futuro educamos?”.

Los obispos hicieron alusión a que “Muchos extrañaron las Eucaristías presenciales durante el tiempo en que estuvieron suspendidas, así como otras actividades comunitarias: catequesis, grupos bíblicos, encuentros de formación, retiros”. Sin embargo advirtieron que “al retornar las instancias presenciales, algunos tuvieron temor de exponerse. Otros se instalaron en la comodidad de las transmisiones. El encuentro de la comunidad para la escucha de la Palabra y la “Fracción del Pan”, fuente de unidad y de solidaridad, es esencial desde el comienzo de la vida de la iglesia.

Reconocieron además “las oportunas decisiones tomadas por nuestros gobernantes y por muchos que tienen responsabilidades en el país sobre la vida, el trabajo y la economía”.

Siempre es tiempo de Dios

El último apartado lleva como título: “Es, siempre, tiempo de Dios”. Los obispos plantearon la pregunta de ¿Cómo llenar verdaderamente el tiempo?. Plantearon que “Esta cultura de la diversión en que vivimos se muestra incapaz de dar respuestas en momentos de crisis”. Y sostuvieron que este es el “momento de plantearnos en profundidad qué es aquello que da sentido a nuestra vida, momento de buscar las respuestas a las preguntas más hondas que siguen estando en el horizonte humano. Esa respuesta la encontramos los cristianos en Jesucristo resucitado... Su persona y su evangelio son la respuesta que ofrecemos a todos nuestros hermanos en la certeza de que serán de alivio y salvación”.

Los obispos afirmaron: “'Hay un tiempo para cada cosa', pero siempre es tiempo de Dios; tiempo donde Él nos manifiesta su amor y su presencia en diferentes formas. Siempre es tiempo donde es posible amar. Siempre hay un gesto, un servicio, un acto de amor que podemos hacer por los demás”.

Como pastores de la Iglesia en Uruguay reiteraron su deseo de “renovar nuestra confianza en Jesucristo, Señor de la historia, Salvador del mundo. Hacia Él queremos volvernos, pidiéndole misericordia para el mundo y exhortándonos mutuamente a una vida de mayor humildad y fidelidad al evangelio, que pasa por la solidaridad con el que sufre y también por la conversión personal, la penitencia y la oración. Él nos ilumina plenamente con la esperanza de la Vida Eterna”.

En el final de la misiva pusieron el destino del país en manos de María, que “aprendió a leer en cada acontecimiento la manifestación de Dios. Con Ella, aprendamos a reconocer la presencia del Señor y atesorar cada uno de esos momentos; no para guardarlos como objetos inmóviles e intocables, sino como rayos de luz que iluminen cada instante de nuestra vida: cada dolor, cada desconcierto, cada alegría”. “Dejémonos mirar por nuestra Madre. Pongámonos al amparo de su ternura. Que en Ella encontremos el consuelo y el bálsamo que cura las heridas y el abrazo que reconcilia a los hermanos”, concluyeron.

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