No comments yet

Méndez: "La esencia de la renovación carismática es la conversión del corazón"

El Movimiento de Renovación Carismática se encuentra en un proceso de cambio y expansión.
El Diác. Víctor Hugo Méndez es el coordinador del movimiento. Fuente: Federico Gutiérrez (archivo)

“El Señor siempre utiliza algún intermediario, alguien que nos guía o invita. Parece algo muy sencillo, pero esa es la esencia del Espíritu Santo”. De esta manera recuerda el diácono Víctor Hugo Méndez su primer acercamiento a una celebración carismática.

En su caso, el intercesor fue un amigo que lo llevó hasta la parroquia Jesús Misericordioso de Belén. “Él estaba experimentando esta efusión del Espíritu Santo y me invita a una misa. Y no pude decirle que no. Mi primera observación allí fue que la vida litúrgica era muy prolija y linda. Durante la prédica, el P. Julio Elizaga respondió aquellas dudas más profundas que tenía en mi vida. Y hubo algo que me marcó. Al final de su oratoria, dijo: ‘Aquellos que quieran seguir a Cristo en su vida de una forma sería y comprometida, levanten su mano’. Para mí fue toda una convicción, me sentí movido. Realmente encontré lo que estaba buscando. Y levanté la mano”.

Lo que no sabía el ahora diácono, era que ese gesto lo convertiría, algunas décadas después, en el coordinador nacional del Movimiento de Renovación Carismática, organización que, según afirma, no es un movimiento de la Iglesia, sino la propia Iglesia en movimiento.

Los prodigios de Pentecostés

Una de las motivaciones de quienes abrazan la causa del Movimiento de Renovación Carismática es, precisamente, vivir lo mismo que vivieron los primeros apóstoles, cuando Jesús partió y anunció la venida del Espíritu Santo. Su punto de partida fue en 1967, a partir de la experiencia de un grupo de jóvenes de Pittsburgh, Estados Unidos. Su intención era encontrar un espacio para vivir ese encuentro dentro del ámbito católico.

“Su consigna era muy sencilla: ¿Por qué no podemos vivirlo también nosotros? Cuando hicieron ese retiro, se encomendaron y dijeron: ‘Señor, si tú quieres, renueva en nosotros la experiencia del primer Pentecostés’. El asombro fue total cuando ellos comenzaron a experimentar lo mismo que aquellos apóstoles, que era ni más ni menos que la efusión del Espíritu Santo.

La esencia de la renovación carismática

De acuerdo con el Diác. Méndez, la renovación carismática es un movimiento que busca liberar al Espíritu Santo que cada bautizado lleva dentro: “Es algo que sale de nuestro interior, porque todo bautizado tiene el Espíritu Santo morando dentro de su corazón. La efusión del Espíritu produce en nosotros una experiencia de Dios, que normalmente se traduce en una paz profunda, en una alegría desbordada, una felicidad intensa pero que no es emocionalismo. Es realmente sentirse abrazado por Dios, te sentís renovado por dentro. Como Dios respeta la personalidad de cada uno, algunos son más efusivos, otros somos más tranquilos en nuestra vida de oración, pero a todos nos empuja el mismo objetivo: vivir a Cristo en el centro de nuestra vida.  Esa es la esencia de la renovación carismática”.

“¿Para qué recibimos el Espíritu Santo? Primero, para convertir nuestra vida. Ese es el gran milagro: la conversión del corazón. Y uno siente un amor muy especial, porque te surge del corazón el deseo de compartir con los demás esta misma experiencia. Se produce una sensación de ser Iglesia en salida. Queremos ir a compartir esta experiencia de fe con aquellos que no la conocen, por eso la evangelización juega un rol esencial en la renovación carismática. A lo largo de su historia, busca que todos los católicos vivan esta experiencia para luego seguir su opción vocacional o carisma”, complementa.

“Todas las expresiones carismáticas son muy variadas”

Un movimiento libre

Una de las características que destaca su coordinador, es que consiste en una corriente sin ataduras para vivir la fe. “No hay que perder de vista que este fenómeno de la renovación carismática se empieza a multiplicar, también de forma espontánea, en varias partes del mundo, con gente que no se conoce entre sí y que no se conectó entre sí. Esto pasó a tal extremo que pronto encontramos en la Iglesia este nuevo prodigio de Pentecostés, en el que aparecen movimientos en varios países, sin conexión alguna”, explica.

El diácono puntualiza sobre la libertad de culto dentro de la renovación carismática: “Esto marca el hecho de que sea una corriente de gracia libre, que no dependa de un líder, no hay una estructura propiamente dicha. Cuando la Renovación Carismática ha querido ir para ese lado más bien se ha estancado”.

Ir con el corazón abierto

El Diác. Méndez remarca que, una clave para comprender mejor las celebraciones carismáticas, es asistir a sus celebraciones con total apertura.

“Todo depende de la predisposición con la que uno participa. Es como que alguien va a juntar agua al arroyo. Si voy con un balde de diez litros, es posible que me lleve esos diez litros. Si voy con un dedal, no sacaré nada. Entonces, la predisposición del corazón es fundamental. Algo parecido pasa con las celebraciones carismáticas, aunque son todas muy distintas”, afirma.

Organización para evangelizar

De acuerdo con su testimonio, todo integrante de la renovación carismática está llamado a su evangelización, a compartir la gracia de los dones extraordinarios del Espíritu Santo. En este sentido, el rol del P. Elizaga fue clave para su desarrollo a nivel nacional. El reconocido párroco de Belén fundó en 1966 la Comisión Nacional de Ecumenismo, y cuatro años después inició la renovación carismática en el Uruguay.

No obstante, existe una organización en nuestro país que se ocupa del Movimiento de Renovación Carismática: CHARIS Uruguay.

“El papa Francisco intervino en 2017, luego de que se cumplieran cincuenta años desde su aparición. En este contexto, conformó un nuevo mecanismo de comunión y servicio, cuya sigla es CHARIS. Esta organización solicita que cada país cumpla con sus estatutos, y que la organización de cada país esté oficialmente autorizada por la correspondiente conferencia episcopal. En abril del año pasado, la Conferencia Episcopal del Uruguay autorizó los estatutos de CHARIS Uruguay. Su asesor eclesial es Mons. Milton Tróccoli”, detalla el coordinador nacional.

Por: Leandro Lia 

Redacción Entre Todos 

Escribir comentario