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María José Soler sobre la sexualidad en el matrimonio: "Lo importante es la conexión con el otro"

La doctora en Psicología habla sobre la afectividad y la sexualidad en el matrimonio.
Soler durante una entrevista en los estudios de radio Oriental. Fuente: Federico Gutiérrez

María José Soler es doctora en Psicología. También es la fundadora de la Asociación Jóvenes Fuertes y trabaja desde la perspectiva de la psicología positiva. Hace pocos días, la profesional brindó una charla en el Colegio Seminario sobre la sexualidad en el matrimonio. Unos días después dialogó con este quincenario y aquí compartimos parte de esa entrevista.

Antes de comenzar a dialogar del tema en sí, nos gustaría que nos explicaras qúe es la psicología positiva.

Es una rama de la psicología que nace aproximadamente en el año 2000 y apunta al estudio científico, basado en la evidencia, de cuáles son los hábitos de vida emocional saludables, que promueven un bienestar holístico, completo, a todas las dimensiones de la persona.  

Entonces no se centra tanto en los traumas, o en la psicología del desarrollo normal, sino en aquello que promueve la salud emocional y en todas las dimensiones de la persona, por tanto también en la dimensión espiritual.    

Muchas veces se da por sentada una definición de sexualidad, basada únicamente en la genitalidad. ¿Nos podrías dar una definición un poco más certera o precisa de la sexualidad?

Es muy importante discriminar sexualidad de genitalidad. Sexualidad es todo lo que hace a nuestra identidad de personas sexuadas (varón y mujer). Una sexualidad que abarca no solo lo corporal, sino sobre todo la intimidad. Una intimidad de la conexión profunda con otro ser humano, y por tanto va a abarcar todo el género, todo lo que tiene que ver con nuestra sexualidad como hombre o mujer, en cuanto al ser, como amigo o amiga, compañero o compañera, padre o madre; abarca todas las dimensiones de la persona. Y esto lo vemos en una relación matrimonial.

Muchas veces en artículos periodísticos se banaliza el tema sexual y se habla de porcentajes del lugar que debe ocupar dentro del matrimonio. Para no entrar en números más que cuestionables, ¿qué lugar debe ocupar en un matrimonio sano la sexualidad? 

Debe ocupar un lugar importante. Tiene que ser un tema que el matrimonio lo maneje conscientemente, debe ser tratado como un tema delicado. Muchas veces en la sexualidad aparecen una cantidad de situaciones como el estrés, el cansancio, la rutina, las desavenencias en la comunicación; todo eso va a tener sus manifestaciones en ese encuentro. La calidad del encuentro sexual va a ir muy ligado a esto que tiene que ver con la conexión íntima; una sexualidad vivida satisfactoriamente en el matrimonio va a tener que ver con el nivel de conexión con la pareja. En la medida de que eso tiene con ver con un encuentro amoroso, profundo, gratificante para ambos, y no solo corporal sino también afectivo.

También puede haber periodos, que por deterioro en otras áreas de la vida íntima del matrimonio, haya una sexualidad que se va empobreciendo; una sexualidad que tiene que ver más con la descarga, la ansiedad, la necesidad física o el consuelo, porque no se dan otros espacios de encuentro íntimo. muchas veces termina habiendo un encuentro físico, pero no un encuentro íntimo, y esto empobrece la sexualidad, que nos termina dejando vacíos a un nivel más profundo. Esto nos habla de una pareja que perdió esta conexión íntima. Hay que entender que la pasión sexual se aviva con la sensación de cercanía, de que hay un otro al que yo le intereso, hay otra persona que se interesa por mis necesidades, mis maneras, mis tiempos; hay un otro con el que me estoy conectando de manera profunda.

 

 
 
 
 
 
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Todo esto desafía nuestra capacidad de comunicarnos íntimamente para poder manifestar nuestros cambios en el nivel de nuestras vivencias en la sexualidad, a través de todo el tiempo de matrimonio. Hay momentos que la pareja prioriza más encuentros desde la ternura, el compañerismo en otras áreas, que no culminan con un encuentro sexual genital. 

Lo importante es la conexión con el otro, poder expresarle al otro lo qué estamos viviendo, y cómo llegar a acuerdos saludables dentro del matrimonio.

¿Hay diferencias en estos aspectos entre las parejas de diferentes generaciones?

En cuanto a diferencias generacionales en los sustancial, no he encontrado estudios que las indique. Sí en cuanto a las diferentes etapas de la vida. Debemos entender que las necesidades cambian según la etapa de la vida y que esto también depende de factores personales, no es correcto hacer generalizaciones —que muchas veces se convierten en mitos—. 

Es importante entender, también, que la sexualidad va teñida de la vida misma y no hay que extrapolar casos de un matrimonio a otro. Lo que está siempre presente es que la conexión dentro de la pareja es el aspecto clave de la sexualidad. 

Existe una marcada tendencia en la actualidad a la poca duración de los matrimonios. En esta realidad, ¿incide la sexualidad dentro de la pareja, o es un síntoma más de otro tipo de desgaste?

En general es un síntoma más de otro tipo de desgaste. De hecho, uno de los terapeutas con los que yo me formé, que es John Gottman, muestra que la mayoría de las parejas que se divorcian lo terminan haciendo por la pérdida de calidad de la amistad, por pequeños detalles que van erosionando ese vínculo de cotidianidad compartida agradables, ese vínculo de camaradería,  de complicidad, del compartir estas vivencias cotidianas de forma profunda y agradable con el otro.

Y como decíamos antes, en la medida que la pareja se va alejando en el vínculo, la demanda sobre la vida sexual aumenta, como lugar para solucionar problemas que son de otra índole. 

Muchas de las parejas no relatan que el ámbito sexual sea el primordial de su vínculo, y que, sin embargo, cuando empiezan a alejarse comienzan a ponerle el foco mayor a la sexualidad como lugar de recuperación de un vínculo que se les está escapando por otro lado.

Una pregunta que puede surgir en cualquier matrimonio, sobre todo cuando los padres son primerizos, es: ¿cuándo es el momento propicio para comenzar a hablar de estos temas con los hijos?

Desde que el niño es chico es un tema más que tiene que estar. en la exploración que hace el niño, en el mirar a sus padres en la cotidianidad, en el respeto a su intimidad y a la de los demás. los padres, con naturalidad, tienen que ir explicándole la belleza de su cuerpo, el respeto por su cuerpo y de hacerse respetar, en cuanto nadie puede tocarlos y protegerlos de cualquier situación de potencial abuso. Pero nosotros, como cristianos, siempre desde una mirada positiva del cuerpo, como un don guardado para el amor, para la madurez. En definitiva, hablamos de una educación para el amor no solo como una educación sexual genitalizada, que no puede caer en un reductivismo. Es muy importante darle un contexto de lo valórico y lo integral de toda la persona. 

La educación sexual es importante, pero es subsidiaria, es secundaria con respecto a lo que los padres educan en la familia, en la casa, en esas realidades de las que hablábamos, con sus términos adecuados. en la escuela se van a dar otros conceptos, a los que los padres están llamados a estar atentos para acompañar con la mirada valórica que ellos dan a la sexualidad.

Es importante, como en todo terreno, que los padres no depositen a los hijos en la escuela y que ella sola forme a sus hijos. esto que es formar a los hijos, que es más que instruir, y que significa valores, la mirada que se tiene de la vida, del amor, de la trascendencia, en una mirada profunda.

Por: Camilo Genta

Redacción Entre Todos 

 

Commentario(1)

  1. Adriana Chiesa says

    Interesante el planteo asertivo.Pero lo traumatico que anida en el incosciente necesita ser resuelta también. Recientemente en EWTN el canal Católico recorre la Psicología del Trauma como subespecialidad.La base de la Psicología moderna está en Viena.

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