En torno al año 1865 el P. Juan José de Montefiori, el primer capuchino que llegó a la ciudad, pensó en adquirir un terreno para iniciar la fundación de una Casa de la Orden en Montevideo. Fray Pablo de Camerino (nacido en Italia, en el pueblo de las Marcas), envuelto en su sayal, se dedicó a procurar recursos recorriendo las calles, durante veinte años, para la construcción del nuevo templo, convento y escuela gratuita. El P. Juan José de Montefiori, había encargado a F. Pablo de Camerino llevar a cabo la búsqueda de un terreno apropiado para la nueva residencia en la zona comprendida entre el actual Cementerio Central y el Parque Rodó, que en ese tiempo era poco más que campo.

El Sr. Nicolás Migone, propietario de la zona, planificó todo el trazado edilicio de una importante barriada. Así quedó construido el Barrio Migone, conocido como el “barrio de las lavanderas”. Fray Pablo saludó, sin conocerlo, a don Nicolás y le preguntó si sabía dónde podría encontrar un terreno para erigir una Iglesia a san Antonio. “Terreno es lo que nos sobra”, dicen que le contestó don Nicolás... “no tiene más que elegir”. Una vez obtenido el terreno, que le fue donado por el propietario, se procedió a iniciar los trabajos del templo y el 20 de febrero de 1870 fue colocada la piedra fundamental. Luego, se procedió a edificar un tramo del futuro edificio, situado en la parte norte del terreno, y que corresponde hoy a dos salas del convento.

Los trabajos llevados a cabo con prontitud quedaron terminados en pocos meses y el 4 de octubre de 1870, día de san Francisco, se bendijo e inauguró esa ala del futuro edificio; y en ella se instaló la Capilla provisoria y la vivienda de los padres. Enseguida se procuró establecer un colegio para la educación de los niños de la localidad y para cumplir también con el deseo del donante. En el año 1924 el colegio pasó a ser seminario seráfico y la capilla primitiva, que resultaba pequeña para los fieles, fue sustituida por otra un poco más espaciosa.

La construcción del altar mayor es del año 1565.

La consagración del templo y el nuevo convento de san Antonio

La preocupación constante del P. Juan José de Montefiori fue la de construir el templo definitivo que había de ocupar la parte este del terreno. Así en el año 1885 se terminaron definitivamente las tres naves de la iglesia y la cúpula, más tarde se revocó por cuenta del señor Vicente Paladino el frente del templo. En 1888 se dio por terminada la torre cuyas cinco campanas fueron traídas de Údine y bautizadas el 4 de abril de 1894; y en 1890 el ala sur del convento, que hasta la inauguración de la iglesia había funcionado como capilla, quedó terminada como último complemento del edificio.

La iglesia fue consagrada por Monseñor Inocencio María de Yéregui, el 13 de junio de 1885. Mons. Antonio María Barbieri la erigió santuario en 1941 y parroquia en 1961 bajo el nombre de “San Antonio y santa Clara”. El templo es original y fue declarado Patrimonio Histórico, Arquitectónico y Artístico de la Nación en la Resolución 1097/975 del 8 de julio de 1975 y el Decreto del Poder Ejecutivo con fecha 21 de agosto de 1975.

Arquitectura y ornamentos

El templo consta de tres naves y con forma interior de cruz latina. Las dos laterales están divididas en cuatro capillas cada una, correspondientes a las arcadas de medio punto que enmarcan la nave central, y rematadas en bóveda de aristas, conteniendo en su pared un altar marmóreo. El templo, de estilo renacentista, cuenta con tres enormes puertas en madera tallada y una ventana en forma de balcón. El pavimento está realizado en baldosas, de un tamaño mayor a las que comúnmente se usaban en la época, de mármol blanco y negro que forman un dibujo romboidal en guardas sucesivas de inusual formato. El templo fue decorado con un estilo barroco y, últimamente, en 1991, fue repintada siguiendo las mismas líneas con mayor buena voluntad que éxito artístico. Igualmente el resultado llama a la contemplación.

El altar mayor del año 1565, la joya arquitectónica del templo

El altar mayor fue levantado en el lugar que está hoy, en el año 1883, según reza la placa que se encuentra en la parte alta del altar y que reemplazó a la original, que encontramos hoy en la parte de atrás. Originalmente, este altar, estaba emplazado en una iglesia de monjas de clausura en Génova, que por tener que abrir una calle es tirada abajo y sus tres altares vendidos. Así llegan a Montevideo con destino a la Iglesia de las Salesas, hoy la Parroquia San José y Maximiliano Kolbe, conocida como “Conventuales”, en la calle Canelones 1160. Allí fueron colocados los dos altares laterales, pero el altar mayor no entraba, es así como lo compraron los capuchinos con la inestimable ayuda de los devotos del santo.

“Sabemos, por una fotografía de la época, que originalmente estaba dedicado a san Sebastián, quien fue mártir muerto a flechazos, lo que explica la presencia del cupido que corona la obra. Su construcción está datada en 1565. La placa que está en la parte posterior del altar dice: ´Tadeo Spinula, hijo de Jacobo, no olvidando a su padre mientras vivía, deseó en su recuerdo erigir este altar. 1565´... Esto es en pleno período manierístico, que es una transición entre el renacimiento y el barroco, y de este estilo toma sus formas y dinámica”, explica Fray Oscar Darío Pechinenda, quien actualmente vive en el convento de la Fraternidad Hermanos Menores Capuchino.

La comunidad de los capuchinos en la actualidad del templo

Los hermanos Menores Capuchinos son quienes atienden el Santuario de San Antonio y Santa Clara en la actualidad. La comunidad la integran nueve frailes, de los cuales cuatro están en la etapa de formación denominada postnoviciado; donde permanecen por tres años y, entre otras actividades, comienzan los estudios académicos de filosofía en la Facultad de Teología Monseñor Mariano Soler. De los cinco hermanos con votos perpetuos, tres son sacerdotes y dos son hermanos no clérigos. Todos participan de la atención del santuario en las celebraciones diarias, grupos de preparación para los sacramentos, grupos de oración y la venta económica de ropa que ayuda a mantener el comedor que brinda comida a personas en situación de vulnerabilidad.

El órgano

El órgano fue construido en 1924 por la firma Tamburini de Crema (Italia). Es un instrumento en el que la personalidad del timbre de cada registro se aprecia claramente, respondiendo al estilo “romántico italiano tardío”. En él han compuesto sus obras destacados compositores, como el Cardenal Antonio María Barbieri y Hermógenes Urquizú.

Altares laterales

Los altares laterales son de mármol de Génova, realizados entre 1880 y 1901. Eran pedidos por carta donde se detallaba el lugar en que iban a ser colocados y los artesanos marmolistas enviaban dos o tres proyectos donde se explicaba la forma en que se iban a trabajar, los mármoles a utilizar y los costos que podían pagar.

Imagen de san Antonio de Padua

La primera imagen de san Antonio de Padua era muy pequeña, pero poco después Monseñor Inocencio Yéregui regaló una estatua que es la que aún se conserva en un templete gótico dedicado al santo, existente en la nave derecha de la Iglesia de San Antonio.

La torre y la cúpula

Es una construcción única en Uruguay, donde la torre se encuentra descentrada con respecto al edificio y a un lado de la cúpula. La torre se caracteriza por su altura, en decorados de estilo neoclásico. Tiene cinco campanas afinadas, la más grande de ellas pesa más de dos toneladas y media.