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La vuelta a Misa, en pocas palabras

Varias personas contaron cómo vivieron el regreso a la presencialidad en Montevideo

Después de meses sin participar en una Misa, los uruguayos pudieron volver a celebrar en el templo y revivir, aunque con varias medidas sanitarias vigentes, la alegría de la comunión.

A continuación, algunos testimonios variados publicados en Entre Todos N° 475.

Juan Diego Puglia, catequista en San Juan Bautista

Como entrar a un lugar nuevo

Fue un golpe muy duro enterarme en la Misa de 20, de la nada, que se suspendían las misas. Lo dijo el sacerdote y fue un bajón para todos los que estábamos ahí. Nos sudó la gota gorda. Y ahora, ¿qué hacemos?

Más o menos, con la Misa por internet la fuimos sobrellevando. En familia, todos juntos al lado de la estufa, tratando de seguir los gestos que se harían normalmente. Pero fue difícil estar viendo una pantalla, al fin y al cabo. La falta de ambiente, de otras personas de la parroquia... no ayudaba demasiado.

También tuve la gracia de que me pidieran que fuera a grabar a San Juan algunos días. Ahí pude comulgar y eso fue muy especial poder no solo dar un servicio sino reencontrarme con Jesús Eucaristía, que es muy importante para mí. Fue un gran alivio en el desierto.

El retorno a las misas fue espectacular. Como entrar a un lugar donde jamás habías estado antes, fue súper especial. Fue justo un sábado, fiesta del Inmaculado Corazón de María, a quien le tengo un gran cariño y un gran amor. Pude ofrecerle a Ella toda esta sequedad de la pandemia, para que pueda transformarla en frutos.

P. Javier Galdona, cura párroco en Santa Elena

P. Miguel Hernández, sacerdote, director de Pastoral de la Salud

Estaba lo esencial

El viernes 19, al salir de la sacristía para comenzar la celebración de la Eucaristía, me sentí realmente raro. Era la primera vez que celebraba con fieles en 98 días y, a pesar de ser la solemnidad del Sagrado Corazón, éramos muy poquitos. Ya casi nada sería lo mismo de antes y, sin embargo, lo esencial seguiría siendo lo mismo.

Con máscara transparente, gel, distancias, frío en el templo… hasta la patena cubierta con film. Todo parecía una película. Costaba centrarse en lo litúrgico, con tantos “ritos sanitarios” que había que cumplir.

Y sin embargo, lo esencial estaba ahí. La Iglesia-comunidad de fe, la Palabra de Dios proclamada y la Eucaristía celebrada y comulgada. Siempre en la cuarentena sentí a Jesús Resucitado con nosotros. Pero ese momento, la vivencia fue muy especial. Éramos poquitos, casi irreconocibles con los tapabocas, pero finalmente reunidos en torno a la Mesa.

¡Qué alegría cuando nos dijeron!

Esta Buena noticia ha impregnado de júbilo y alegría a cuantos deseábamos con anhelo escucharla. Hemos vivido un tiempo en que la ausencia presencial por parte de los fieles se sintió, sin duda, en todo el ámbito eclesial.

Retomar de nuevo las celebraciones con la participación de los fieles es fundamental para la vida de un presbítero, porque es en el caminar junto al pueblo a imagen de Jesús Buen Pastor que la vida vocacional encuentra sentido.

Démosle gracias a Dios porque a través de este acontecimiento ha renovado nuestra fe y nuestro deseo de estar con Él y con nuestra comunidad, y pidámosle que nos conceda ser obedientes a lo que se nos ha mandado, para volver con alegría todos juntos a la casa del Señor.

Fue algo realmente emocionante

María Luján: Recibir en su momento la noticia de la suspensión de las misas en forma pública fue algo muy triste. Porque además yo trato de ir a Misa diariamente y con esto del coronavirus se me juntó, como a otros tantos, el teletrabajo, las cosas del hogar, el acompañamiento de tareas escolares. Participar de la Misa a través de la web se hizo imposible, así que se sintió mucho la falta de ese momento de comunión.

Como contrapartida intensifiqué el resto de las oraciones diarias y hasta logramos hacer algunos Rosarios en familia; algo que estuvo bueno. Volver a la parroquia y celebrar en comunidad fue algo realmente emocionante, pero también con un dejo de tristeza, porque hubo gente que no pudo estar por el tema del aforo.

Clarita: Antes del coronavirus iba a Misa todos los domingos con mi familia y cantaba en el coro con mi hermano Pepe. También hacía la fila de la comunión para recibir la bendición en la frente. Las misas desde casa eran bastantes aburridas, pero cuando pudimos volver a ir fue una gran alegría; porque pudimos volver a cantar en el coro.

Clarita y María Luján


Lidia Cadiac, secretaria parroquial, San Carlos Borromeo

Fue difícil este tiempo

Fue difícil este tiempo sin misas. Soy secretaria parroquial y me reintegré el 1° de junio. No vino nadie a la Secretaría, pero los que llamaban, querían saber cuándo empezaban las misas.

Charo Morel, San Carlos Borromeo

Volver a la casa del Padre

Es una alegría enorme, una emoción que no se puede describir. Es la emoción de volver a la casa del Padre. Es una cosa que extrañamos muchísimo todos los mayores. Algunos jóvenes participaban de alguna forma presencialmente de las misas pero a nosotros nos tenían encerrados. Para hoy me preparé meditando un poco sobre la alegría de estar otra vez más cerca del Señor. Esto es una cosa muy especial.


Silvana Ferreira, Iglesia del Cordón

Se necesitaba

Fue algo muy lindo, se necesitaba. Toda la comunidad ya lo necesitaba. Estuvo linda la celebración, había poca gente pero fue bien emotiva. No venía desde marzo y estuvo muy bien.

Santiago Durán

Una enorme alegría

¡Fue una enorme alegría poder volver a Misa! Me hizo mucha falta durante estos meses anteriores y viví con mucha felicidad el reencuentro.

Jorge Fossati y Adriana Rodríguez

Emocionante hasta las lágrimas

Jorge: Resumiría este tiempo de coronavirus en lo que refiere a la fe, con las palabras de una oración que leemos a menudo desde que empezó la cuarentena, y que en una parte dice: “Que por la gracia del Señor esta etapa de enfermedad se transforme en momentos de consolación, crecimiento en la fe y esperanza”. Si algo saco en claro de este tiempo es que el equipo de la Iglesia cada vez está compuesta por mejores jugadores.

Adriana: Fue emocionante hasta las lágrimas volver a Misa y esto tan nuevo que vivimos nos hace recontra valorar lo que vivimos en la Iglesia, el poder comulgar; pero también las instancias de cercanía muy grande en tiempos de pandemia, que son momentos de mucho miedo e incertidumbre. Agradezco a los que nos han ayudado a tener dentro de casa, más cerca, la Iglesia.

Viviana González, San Juan Bautista

Florencia benzano y Alfonso Ferber

Austeridad pero no frialdad

En este tiempo de cuarentena sentí el llamado de estar y hacer en la parroquia. Fueron también tiempos de mucha solidaridad y unión. Fue como un tiempo de retiro espiritual, de mucho silencio y de mucha fraternidad.

La apertura a la presencialidad fue con mucho cuidado para que todo saliera bien, sobre todo por la salud de cada uno. La idea era que todos los feligreses se volvieran a encontrar como en su casa. Suelo estar en la acogida a los hermanos. La gente regresaba en un clima de alegría pero no de efusividad, los saludos eran con los ojos, detrás de un tapabocas, no había abrazos. Las misas se iniciaron en un clima de mucho silencio, mucha oración y mucha piedad. No había el bullicio o alboroto que se da muchas veces en las previas de las misas. Era un clima de mucha austeridad pero no de frialdad.

Una emoción grande

Florencia: Es una emoción grande, sobre todo la comunión. Y poder hacerlo con mis hijos, que aunque son chicos y se distraen, es súper importante que escuchen algo de lo que dice el sacerdote. Es una alegría y espero que siga habiendo cada vez más misas.

Alfonso: Faltaba la presencia de Jesus. Mientras que vos te peleás con tus hermanos, decís cosas feas y necesitás deshagoar un poco y venir a rezar acá.

P. Luis Fariello, cura párroco, Ntra. Sra. de la Guardia (La Barra)

Clima de alegría y esperanza

En la Parroquia de “La Barra” nunca nos fuimos del todo porque continuamos las celebraciones contando con un ínfimo número de fieles (ente dos y cinco) en la Iglesia, que es amplia y con mucha ventilación. El sentimiento que primó fue de nostalgia, pero también de comprensión de la situación. En las Capillas, San Antonio y San Luis, hasta el pasado sábado 20 estuvieron suspendidas las celebraciones.

La vuelta generó mucha expectativa y deseos de rencuentro. No se llegó al aforo total, sin embargo la presencia fue buena y de calidad. Se cumplió con todos los puntos del protocolo y durante la semana previa se cuidó al máximo que estuvieran presentes todos los elementos necesarios. Varias personas ayudaron a la puesta a punto. El clima fue de mucha alegría y esperanza en seguir camino a la normalidad.

Commentario(1)

  1. lucia pereira says

    Honor es cuchara la misa canal 4 8 horas de la mañana sin tapabocas ojalá podamos mejorar más cada día amén gracias lucia

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