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"La soledad y el vacío interior los llena Dios"

Testimonio de Ignacio Donadío, seminarista de Cristo Rey.
Ignacio Donadío en el patio de la Curia Arquidiocesana. Fuente: R. Fernández

Ignacio Donadío (34) llega a la Curia Arquidiocesana en una bicicleta eléctrica. “Se la tomé prestada al cardenal”, dice. Viene de la Facultad de Teología, donde está cursando su último año de carrera. Entra, deja el casco y se dirige al patio de la casa. Se lo ve tranquilo, a pesar de que tiene varias actividades. Su vida se desarrolla entre la curia, la parroquia San Juan Bautista y el Liceo Jubilar. 

El seminarista nació en Tacuarembó y llegó a Montevideo en 2008 para estudiar Veterinaria. Desde pequeño estuvo relacionado con el medio rural. La campaña forma parte de su vida. Sabía que su vocación —profesional— iba a ir por el lado del campo. Donadío se recibió de veterinario el 22 de diciembre de 2022. 

Pero el diálogo que mantiene con Entre Todos no es sobre su vocación de veterinario. Bueno… en realidad, un poco sí. Es imposible no referirse a ello. Sobre su llamado a la vida sacerdotal, el acompañamiento de su familia, su vida en el Seminario Cristo Rey y su formación en la Facultad de Teología habla Donadío con nosotros. 

¿Cómo transitaste la carrera? 

En el medio de la carrera me tomé un descanso de dos años, porque me fui a vivir a Tacuarembó, debido a que mi mamá no estaba bien de salud. El segundo semestre del 2012 lo hice viviendo en Tacuarembó. Viajaba todas las semanas a Montevideo para hacer las prácticas. Ese estilo de vida lo mantuve durante dos años más. Trabajaba con un tío y ayudaba a mi padre, que es Ingeniero Agrónomo. En 2015 regresé a la capital pero no a la facultad. Y al año siguiente retomé los estudios. Solo me quedaba el último año de la carrera. 

La facultad pública y el seminario son dos mundos distintos, ¿cómo fue combinar eso? 

Me encantaba la Veterinaria, pero quería otra cosa para mi vida. En el último año de facultad, hice un año pastoral. Justo coincidió con la pandemia, por eso se me atrasó la carrera. Combinar los dos estudios era difícil porque no tienen nada que ver. 

Siendo católico y yendo a la facultad pública, ¿cómo sobrellevaste la realidad? 

Al principio nunca decía que era católico. Pero en el último año de la carrera, en 2016, al ser los grupos más reducidos, empecé a compartir más con mis compañeros. Éramos treinta estudiantes. Teníamos muchas salidas al interior que duraban todo el día. En el viaje surgían charlas profundas. Una vez dije que estaba orgulloso de ser católico. 

¿Y era bueno eso? 

Era bueno. Había gente opuesta a mí, claro. Compartía mi fe. Mis compañeros siempre fueron respetuosos. Siempre tenían la intriga de preguntarme cuestiones sobre la fe para que les contara más. 

Ahí todavía no habías entrado al seminario. 

No, pero ese mismo año —en los últimos meses— ya había tomado la decisión de entrar. 

¿Cómo era tu vida antes de ingresar al seminario en 2017? 

Bastante normal, como cualquier joven que estudia y sale con amigos. Cuando vine a Montevideo, mi vida no era la misma que cuando estaba por entrar al seminario. Mi vida de fe había cambiado bastante porque en ese tiempo realmente me encontré con Jesús. 

¿Naciste en una familia católica?

Sí, sobre todo por mi abuela materna que es muy católica. En mi casa la fe se vivía naturalmente. Íbamos todos los domingos a misa en familia. 

¿Cómo se llama tu abuela? 

Ana. Va a cumplir noventa años de edad en junio. Tuvo covid y estuvo internada. Eso le dejó secuelas. Está un poco perdida, pero me reconoce cuando me ve. Sabe que estoy en el seminario. 

¿Cómo está compuesta el resto de tu familia? 

Por mi padre, Edison, que vive en Tacuarembó. Mi hermano Nicolás, que también estudia Veterinaria y es más chico que yo. Mi mamá, que falleció en 2014, se llamaba Claudia. 

¿Cómo fue la reacción de la familia al contar que querías ser sacerdote? 

Mi padre y mi hermano ya "olfateaban" algo, porque me iba seguido de misión y pasaba mucho tiempo en la parroquia. Primero se lo conté a mi hermano. Su reacción fue buena. Estaba contento por mí, pero también un poco triste por él, porque se imaginaba que no nos íbamos a ver más. 

¿Y cuándo se lo contaste a tu padre? 

Una noche, en Tacuarembó, cuando salimos a cenar. En el trayecto, mi hermano bromeaba y le decía a papá que yo tenía algo importante para decirle. Antes de llegar al restaurante, se lo dije. Mi padre me miró y me dijo: "Está bien. No es lo que me imaginaba y esperaba. Si es lo que a vos te hace feliz, yo te apoyo". 

Ignacio Donadío egresó de la Facultad de Veterinaria, pero decidió dedicar su vida a Dios. Fuente: R. Fernández

La decisión ya estaba tomada. 

Ellos hicieron junto conmigo un camino muy lindo. Me llama la atención, ahora que recibí el ministerio del acolitado y el año pasado el del lectorado, que mi padre haya compartido, en su estado de Whatsapp y en su cuenta de Facebook, la invitación a la celebración. No sé si unos años atrás lo hubiera hecho. Él también hizo un camino y descubrió que no perdía un hijo, como pensó en un principio. 

El pasado 17 de mayo recibiste el ministerio del acolitado, ¿qué significa eso? 

En la formación uno va dando pasos. Hay tres órdenes menores: la admisión al seminario, el ministerio del lectorado y el ministerio del acolitado. El acolitado es la última dentro de las órdenes menores. Es el regalo de poder servir en el altar y llevar la comunión a los enfermos en caso de que el sacerdote no pueda. 

Ahora estás viviendo en la curia. 

Sí, desde julio de 2022. Antes vivía en la parroquia San Juan Bautista. Pero como no estaba adelantando mucho los estudios de Veterinaria, un día el cardenal me encaró y me preguntó: "¿Por qué no estás terminando los estudios?". "No tengo mucho tiempo para estudiar", respondí. Estar en la parroquia me encantaba, estaba muy metido. El cardenal me pidió que venga a vivir a la curia para solamente estudiar. 

¿San Juan Bautista fue la única parroquia en la que estuviste? 

Cuando entré al seminario, la pastoral —que son los fines de semana— la hice en el Hogar Sacerdotal e iba a misa de mañana en la parroquia María Reina de la Paz. Ese mismo año empecé a acompañar al cardenal en sus actividades y mientras tanto seguía en María Reina. Al año siguiente hice la pastoral en la misma parroquia. Al otro año empecé a ir a San Juan Bautista. 

¿Cómo llegaste a integrar la Fraternidad Contemplativa María de Nazaret? 

Mi hermano hizo una peregrinación a Salta en 2011. Mi madre me insistía mucho para que lo acompañara. Yo estaba muy alejado de la fe. Tenía novia en ese tiempo. Mi hermano fue y conoció a muchas personas, que ya había visto anteriormente. Cuando volvió, estaba desbordante de alegría por lo que había vivido. Mi hermano se encontró con un grupo de jóvenes que lo invitaron a formar una comunidad. 

Tu hermano estaba bastante cercano a la fe, incluso más que vos. 

Sí, claro. Llegué a la Fraternidad por mi hermano en 2011. Fui a ver qué onda, de qué se trataba. Fue muy lindo el primer día. Sentí que era recibido como si fuera mi casa y como si me conocieran de toda la vida. Sentí que Dios tenía algo para mí en ese lugar. 

¿Cómo la Fraternidad te acompañó en tu proceso vocacional? ¿Tenías algún referente espiritual? 

Dentro de la Fraternidad, no. Solo había un grupo de jóvenes que se juntaba a compartir la fe. Compartíamos momentos de oración, retiros y oraciones. Le encontré sentido a la fe y descubrí mi vocación. Hice la opción de conocer a Jesús y compartir mi vida con él. En ese momento había unos jóvenes que se formaban para el sacerdocio. Conocí a Marcelo (Marciano), que estaba en la etapa final de formación. Después, cuando Marcelo va a la parroquia María Reina de la Paz en 2015, le pedí un momento para juntarme con él. Mi proceso de discernimiento para entrar al seminario lo hice con Marcelo. En la parroquia también estaba Sebastián (Pinazzo), a quien no conocía. El testimonio sacerdotal de ellos dos me ayudaron a despertar en mí la vocación. 

En una entrevista que te hizo el quincenario Entre Todos en 2021, dijiste que: "El seminario es como una gran familia que te rompe todos los esquemas". ¿Por qué? 

Porque uno desde su casa viene con "cositas". Es egoísta o tiene sus mañas. Antes de estar en el seminario, vivía con mi hermano en un apartamento. Convivimos bien. Pero a veces todo era un relajo. En el seminario uno comparte su vida con más gente. Hay que aprender a ceder y respetar al otro que piensa distinto. Tus hermanos también te forman. El seminario es como una gran bolsa de diamantes, en la que cada seminarista es un diamante y el seminario es la bolsa. Uno mete todo eso y sacude todo. Esos diamantes rozan uno con otro, se pulen y sacan brillo. 

Me decías que tuviste novia. ¿Cómo fue tener que cortar la relación?

Cuando empecé en la Fraternidad ya había dejado con mi novia. Sentir que no iba a formar una familia era como parte de los "peros" que le ponía a Dios cuando el llamado se hacía más fuerte. Ponía obstáculos. Una respuesta de Dios fue: "Tengo una familia más grande que te está esperando". Ese mensaje me consoló mucho y me trajo paz. 

¿La vida sacerdotal es solitaria? 

[Piensa]. No creo que sea solitaria. La vida de un sacerdote religioso es mucho más comunitaria que la de un sacerdote del clero. Por lo que veo, a través del testimonio de los sacerdotes más cercanos, es que sí existe una soledad pero también es uno quien se aísla y aleja. Uno elige vivir esa soledad. En la parroquia siempre hay gente que está presente. No viene a suplir un vacío que es natural, porque uno no va a tener esposa y no va a tener hijos. La comunidad también es tu familia. La soledad y el vacío interior los llena Dios. Si uno se aleja de la oración y los sacramentos, ese vacío se agudiza. 

¿Qué hacés en el Jubilar? 

Los miércoles voy con otro seminarista, Joaquín (Díez), y animamos —junto a dos chicas— el Movimiento Jubilar. Dentro del movimiento está el EPA (Espacio de Permanencia y Acompañamiento). Acompañamos a un grupo de jóvenes en su proceso de fe y hacemos servicio en el barrio. Es una forma de acercarse a Dios. 

¿Y en San Juan Bautista? 

Estoy los fines de semana. Antes acompañaba a un grupo de jóvenes. Pero cuando vine a la curia, tuve que desligarme un poco de la comunidad. Dejé de acompañar a esos grupos. Este año empecé a visitar a los enfermos y llevar la comunión. Los domingos ayudo en las misas. 

¿Tu hermano te acompaña? 

Sí, aunque se alejó bastante de la fe. Yo no pierdo la esperanza de que algún día podamos compartirla nuevamente. Yo siempre le digo: "Vos sos el culpable de que yo esté en el seminario" [risas]. 

 

Por: Fabián Caffa 

Redacción de Entre Todos

Comentarios(10)

  1. María del carmen says

    Hermosa historia de fe! Dios y la virgen te bendigan y protejan x siempre❗🙏🙏🙏🙏🙏❗ gracias por compartirla❗

  2. Laura says

    El llamado de Dios nos encuentra aunque nos escondamos para no escucharlo. ¿Cómo decirle que no a Él? Me encantó el testimonio de este futuro Padre. Las nuevas vocaciones nos llenan de alegría a todos los fieles. ¡Felicitaciones por tener la valentía de responder al llamado! ¡Mucho ánimo!

  3. Hna. Graciela B RODRIGUEZ says

    HOLA. ERES VECINO DEL COL. JESUS SACRAMENTADO Y DE MI FAMILIA EN TACUAREMBO. LA CARPINTERIA . TE CONOZCO DE CHIQUITO. Y A LA ESCRIBANA

  4. -Marìa P.- says

    ¡ Cuàntas gracias te doy merced a tu testimonio !.-

    Desde ya, muchas gracias.-

  5. Edison says

    Grande Dona. Te deseamos lo mejor. Adelante siempre con mucha fe. Verdaderamente es una gran familia.
    Te queres mucho.

  6. Soledad says

    Gracias por tu testimonio de fe!

  7. Susana says

    Desde que tenias edad de «poder hablar» tu madre te decia ,Ignacioo vos vas a ser cura ,ya sabes !!! creo que (te digo con todo lo que te amo desde bb) estas siguiendo el «famoso mandato de Claudia,VAS A SER CURA !cuidaste mucho a todos y mucho mas a tu madre .te amo ,pero,creo que seguis un mandato ,espero errarle

  8. Martin says

    Que lindo leer estos testimonios! Genio, seguí adelante. Y ver que no hay edad para decidirse por completo a Dios me hace admirarte. Te deseo lo mejor para tu vida. Que Dios y María te concedan todo lo que necesitas!

  9. Fernanda Permanyer says

    Periquito querido te deso que sigas dando testimonio de Fé que sigas siendo ejemplo para todos para tu familia de sangre y para la familia que elegiste. Giános a todos por el camino de Jesús como supiste seguir vos con tanta Fé.
    Tqm

  10. Lilian Pereira says

    Que Dios y la Virgen te protejan siempre 🙏 🙌 Bendiciones ☝️ 😘 🙏

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