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Juan Cristina: "El diálogo entre la ciencia y la Iglesia católica es fundamental para el siglo XXI"

El académico fue invitado por la parroquia Santa Bernardita para exponer sobre la relación entre fe y razón.
Cristina: "Los científicos contribuimos a la filosofía". Fuente: Romina Fernández

Juan Cristina (66) piensa que la sociedad ve a los científicos como hombres “locos”, que viven encerrados en un laboratorio y hacen experimentos permanentemente. Su presencia y personalidad están bastante alejados de ese imaginario colectivo. Pero más allá de eso, el virólogo opina que hay “una mala comprensión de lo que es la ciencia y cuál es la tarea de los científicos”. 

El pasado 1.° de julio, Cristina habló sobre el vínculo entre fe y razón, un debate que sigue vivo. Lo hizo en la parroquia Santa Bernardita, su parroquia de la infancia y adolescencia. 

“Hay múltiples versiones sobre el tema. Esta es la visión de un científico, es mi opinión personal”, aclaró Cristina al iniciar la conferencia, y después cuando coordinó la entrevista con Entre Todos. “Cada uno sigue su camino. Hay científicos que tienen diversas filosofías. Tengo compañeros que son judíos, marxistas-leninistas, musulmanes, hindúes, chinos…”, dijo. La suya, es cristiana.   

Uno de los científicos que influyó en su pensamiento fue Louis Pasteur (1822-1895), que era católico devoto y dejó una frase legendaria: "Un poco de ciencia te aleja de Dios, mucha ciencia te acerca de nuevo". Otro fue Erwin Schrödinger (1887-1961), físico y filósofo austríaco, que recibió el Premio Nobel de Física en 1933. 

Cristina profundizó sobre el tema en diálogo con Entre Todos. A continuación un resumen de la entrevista. 

¿Pueden la religión y la filosofía contribuir a la ciencia y viceversa?

Sí, creo que el diálogo entre la ciencia y la filosofía es fundamental. La filosofía puede aportar a la ciencia. Somos herederos de una escuela griega, que tiene un determinado método. También está la escuela atomista, fundada por Demócrito (460-370 a. C.), que investigaba sobre los átomos y la cuestión moral. 

El desarrollo tecnológico muchas veces se confunde con los fines de la ciencia. Esto lleva a que haya vastas ramas de la filosofía como la ética, que tiene mucho para aportar en la reflexión sobre cómo utilizar los conocimientos científicos. 

La ciencia es siempre la misma, pero la filosofía que utilizamos es diferente. Los principios de la ciencia están en una central nuclear de producción de energía, en una bomba atómica o en un diagnóstico de cáncer. Los científicos también hacemos una contribución a la filosofía. Hay científicos muy prestigiosos que piensan que la filosofía murió, algo con lo que no estoy de acuerdo. 

El diálogo entre la ciencia y la Iglesia católica es fundamental para el siglo XXI. Ni la ciencia ni la religión son mutuamente excluyentes. En mi caso, que vengo de las ciencias biológicas, lo que veo con enorme preocupación es que nosotros vamos haciendo ciencia y descubriendo cosas muchísimo más rápidamente que la reflexión filosófica. La filosofía viene dos cuerpos más atrás que nosotros. Precisamos más filósofos. 

¿Por qué cree que se ha generado el debate que la ciencia está en contra de la religión? 

Hubo períodos en los que hubo polémicas muy grandes entre ciencia y filosofía. En la Antigüedad veníamos todos más o menos juntos. Obviamente que los paradigmas que vamos encontrando en la ciencia nos interpelan en cuestiones filosóficas. Antes los científicos y las autoridades eclesiales creían que la Tierra era el centro del Universo. Eso después cambió. Incluso, la Iglesia cambió ese paradigma y estableció que el Sol es el centro del Sistema Solar. Eso no estuvo exento de ideologías y del poder político. 

Si bien actualmente hay más diálogo entre ciencia y religión, no es suficiente. A nivel internacional hay una mejor relación, pero se plantea que cada uno vaya por caminos separados y se encargue de sus temas. La ciencia no se puede considerar ni religiosa ni atea. La ciencia es conocimiento.

A veces, en ciertos grupos sociales, se trata a la ciencia como atea con intenciones de desprestigiarla. Eso es muy malo porque no se ajusta a la verdad. La ciencia es reticente, por sus propias razones, a las cuestiones estéticas o metafísicas. La ciencia no puede contestar preguntas sobre la estética, otra rama de la filosofía. 

"Si bien actualmente hay más diálogo entre ciencia y religión, no es suficiente", planteó Cristina. Fuente: Romina Fernández

La Iglesia ha desarrollado a lo largo de la historia varios métodos de ciencia. 

El padre de la genética es un monje católico austríaco, que hacía experimentos en el jardín del monasterio. (NdR.: Gregor Johann Mendel vivió entre 1822 y 1884. Fue un fraile agustino católico y naturalista. Formuló las leyes que dieron origen a la herencia genética). 

Uno de los observatorios astronómicos más importantes del mundo es el del Vaticano. La Pontificia Academia de las Ciencias, ubicada en Ciudad del Vaticano, está integrada por científicos católicos y ateos. Eso demuestra la importancia del diálogo. 

La ciencia también ha contribuido a la religión y la liberó de cuestiones que son falsas. Ha dejado en claro lo que Dios no es. El diálogo es posible si somos capaces de reinterpretar cosas. Por ejemplo, en el libro del Génesis está escrito: "La mujer nació de una costilla del hombre". Eso está absolutamente en contra de la fisiología humana y por lo tanto el diálogo se vuelve imposible. En realidad eso es un poema y quiere decir que el hombre y la mujer tienen la misma dignidad.

¿Qué opinión tiene sobre la encíclica Laudato si', publicada por el papa Francisco en 2015? 

Me parece excelente la encíclica del papa Francisco. Tuve la oportunidad, por la gentileza del cardenal Sturla, de enviar una nota a su santidad por la publicación. Algo que me llamó muchísimo la atención, fue que el papa citó trabajos científicos publicados en las mejores revistas científicas para apoyar su magisterio. Él podría haber tenido un enfoque solo del magisterio de la Iglesia y hacer una reflexión filosófica. 

La encíclica está muy bien escrita. Tiene una reflexión científica y filosófica, que demuestra una apertura de diálogo. Es un antecedente histórico muy valioso, que marca un antes y un después en la Iglesia. Creo que es un aporte invalorable de parte de él. 

¿Por qué en la conferencia planteó que los avances científicos del último siglo han generado diversos dilemas filosóficos y religiosos?

La cuestión es cómo se manejan los conocimientos científicos. Sucede con la ecología y las ciencias ambientales, pero también con la energía molecular. 

Nos seguimos tratando por razas, cuando el Proyecto de Genoma Humano indica que compartimos el 99,8% del genoma. Cuando dejemos de tratarnos por razas, el racismo dejará de existir. En este tema falta más filosofía. Por cómo se ha interpretado la genética, se han generado terribles dilemas. 

Hay una controversia muy grande sobre los organismos transgénicos, que originan genéticamente nuevos cultivos y nuevas especies animales. No estamos atendiendo estos problemas. Creo que sería ilógico que los resolviéramos solo los científicos pero en algo se ha avanzado. La reflexión bioética genera consensos entre la ciencia y la filosofía. 

Los científicos estamos más avanzados que los filósofos. Los temas éticos que involucran a los científicos no se pueden tratar dentro de un laboratorio, sino que se tienen que tratar en un marco más general. Necesitamos más filósofos que ayuden a los científicos. 

A veces la ciencia y la filosofía se ignoran mutuamente. La búsqueda del conocimiento que hace la ciencia es y debe ser compatible con la filosofía. Los filósofos son colegas que, de otra manera, buscan a través de la reflexión el conocimiento y la liberación de la persona. Son caminos que deberían ir juntos.

Perfil de Juan Cristina

Nació el 9 de octubre de 1956 en Montevideo. 

Es licenciado en Ciencias Biológicas por la Udelar y doctor en Biología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid. 

Es profesor titular de Virología en la Facultad de Ciencias y dirige el Laboratorio de Virología Molecular. 

Fue decano de la Facultad de Ciencias por dos períodos, de 2010 a 2018. Entre 2019 y 2023 fue prorrector de Enseñanza de la Universidad de la República.

Por: Fabián Caffa

Redacción Entre Todos 

Commentario(1)

  1. Juan Ignacio Gil Pérez says

    Deseo contribuir con un detalle conceptual y lingüistico sobre las palabras de presentación en este lindo y buen reportaje al Prof. Dr. Juan Crsitina: «El académico fue invitado por la parroquia Santa Bernardita…».
    El caso particular de Juan Cristina, incluye cuatro aspectos diferentes de su formación y de su vida profesional -podríamos simbolizarlo con una mesa de cuatro patas sobre la que Juan Cristina sirve a sus comensales, a los «invitados a su mesa».
    Éstas cuatro dimensiones vitales de Juan Cristina conviven en simbiosis en su persona: el universitario, el docente, el científico y el académico.
    A mi juicio podemos y debemos expresar y definir correctamente, tanto en lo conceptual como en el marco de la historia de la ciencia y o de las profesiones, lo que es Juan Cristina intelectual y profesionalmente hoy: es un Científico universitario (lo escribí simbólicamente como género en mayúscula, y especie, en minúscula, tal como se hace en la clasificación científica de los seres vivos desde el siglo XVIII, ej: Homo sapiens sapiens); ésto es, Juan Cristina es un biólogo formado en Universidades y ejerce como virólogo, un campo científico que incluye a diferentes profesionales de las Ciencias biomédicas, en el seno de nuestra Universidad pública; prueba fehaciente de su vida como universitario en el seno de la misma es que su personalidad docente y científica fue requerida en dos oportunidades como líder institucional de su Facultad, dos veces decano!!
    Juan Cristina también es un académico, título y condición de referente y servidor público de nuestro Estado que adquirió en la madurez de su trabajo profesional como científico. Ergo Juan es un Científico universitario y un académico.
    Hoy día estamos en una fase social que desde muchos ámbitos, sobre todo desde los medios de comunicación, usamos la palabra académico para expresar la tercera acepción de los significados que le otorga el Diccionario de la Real Academia de la Lengua castellana: «Perteneciente o relativo a centros oficiales de enseñanza, especialmente a los superiores». El uso de ésta acepción avala la expresión hablada u escrita de que tal persona, en este caso concreto, Juan Cristina «es un académico»; pero no describe, ni explica, ni trasunta el itinerario y la condición vital en la esfera profesional de tal persona, en este caso concreto de Juan Cristina.
    Gracias por la atención que puedan prestarle a esta pequeña contribución,
    Dr. Juan Ignacio Gil Pérez, historiador de la medicina.

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