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Innovar: una vocación católica

La educación presenta el desafío de reinventarse y ofrecer una formación adaptada a cada necesidad.

“Las escuelas católicas, por vocación, están llamadas a esa innovación constante”. Esa fue una de las grandes afirmaciones que realizó la teóloga Carmen Pellicer, durante su reciente participación como expositora de la 31.ª edición de Proeducar, en el pasado mes de julio. Para la presidente de la Fundación Trilema, perseguir esa constante evolución “constituye un signo de nuestra fidelidad a la razón de ser de la escuela católica, y se notan esas ganas de seguir aprendiendo, de cuestionar, de avanzar, de descubrir qué es lo que nos dice la investigación y, sobre todo, de encontrar las maneras de ayudar mejor a cada niño y a cada niña que se nos ha confiado”.

Profundizando este aspecto, existen importantes organizaciones de apoyo educativo dentro del ámbito académico, como lo es la Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec). Precisamente, esta institución organizó, entre el 27 y el 29 de setiembre, una actividad para promover políticas de innovación educativa.

“Estamos muy felices de esta oportunidad que generamos, de poder intercambiar en qué estamos como escuelas católicas en la transformación educativa, compartiendo ocho experiencias y donde las personas que participaron del encuentro tuvieron la oportunidad de vivenciar directamente en cada centro educativo, qué se está haciendo, cómo se está haciendo, pero también encontrarse con los jóvenes, los niños y los educadores. Fue una experiencia que también nos permitió escuchar desde una mirada más macro por dónde van las transformaciones educativas en el mundo y por dónde están yendo los avances en nuestro país. Contamos con la presencia de expertos internacionales y nacionales, de personas que están en este momento en el ejercicio de las políticas educativas”, señaló, a ICMtv, Adrián Arias, director de Audec.

Desde su perspectiva, el gran diferencial que presenta la educación católica, es el de “acompañar las vidas que crecen, las búsquedas de sentido, las preguntas existenciales y el desafiarnos a comprender cómo el nuevo lenguaje y las nuevas realidades reformulan nuestras prácticas educativas. La construcción de una red de escuelas católicas, en las que nos sentimos todos parte de una misma misión, es parte importante de los objetivos de Audec y de lo que uno espera que tengamos como herramienta para ofrecer”.

Adaptarse a los cambios

Uno de los principales expositores de esta actividad fue Xavier Aragay, experto y consultor internacional en diversos procesos de transformaciones educativas. El especialista dialogó con ICMtv e indicó que el modelo pedagógico actual “funciona todo lo bien que puede. Es posible que, con los métodos más clásicos y para un mundo que era distinto, nos fuera bien. Pero en el contexto que hoy viven estos chicos y chicas, y sobre todo para el mundo que vivirán, es necesario cambiar la educación profundamente”.

En la misma línea, el conferencista reflexionó, de manera crítica, sobre el sistema educativo imperante. “La educación en todo el mundo es muy repetitiva. Cada año, cada curso académico, da prácticamente lo mismo, con una inercia de un sistema que se diseñó hace más de cien años. El mundo cambia rápidamente, y ese es el desajuste que tenemos: un contexto que evoluciona muy velozmente y una escuela que repite lo que siempre hizo. Entonces, la transformación significa anticipar un futuro distinto, trabajar ahora para que, la educación que podamos ofrecer en los próximos años, sea distinta y forme ciudadanos diferentes para un mundo que está atravesado por una crisis ambiental, económica y de valores muy grande. Por eso necesitamos formar a personas distintas”, expresó.

El alumno como centro

Para Arias, dentro de todos los procesos de innovación académica, “el primer movimiento es el de la cabeza, el poder abrir la mente y empezar a ver otras cosas. Obviamente que esos procesos también requieren inversión, diálogo y tiempo, pero el primer movimiento —y quizás, el más difícil— es abrir la cabeza y cambiar el chip, ese es el obstáculo mayor. El gran desafío es poner en el centro a los niños, niñas y adolescentes; escucharlos y que realmente nuestras propuestas respondan a sus necesidades.

Al respecto, y partiendo desde una mirada más internacional y general, Aragay concluyó que “en todo el mundo, hay centenares de escuelas y muchas universidades que están transitando por el camino de la transformación y el cambio. Las grandes orientaciones en todos los países, son las mismas: poner al alumno en el centro, hacerle protagonista de su educación y de su formación, cambiar el rol de los docentes para que trabajen en equipo e interrelacionen las distintas áreas de conocimiento, cambiar los espacios físicos, la organización y la cultura interna, para que la escuela sea una verdadera escuela de vida y una verdadera escuela del siglo XXI.

“Montevideo se convirtió, por unos días, en la capital de la transformación educativa”

Xavier Aragay

Educación, ¿en crisis?

En el transcurso de las distintas exposiciones y dentro de la realización del workshop [taller] organizado por Audec, hubo una misma visión compartida por distintos especialistas: la educación está en una situación crítica, en la que le urge cambiar. Este mismo planteo se había abordado, meses atrás, la conferencista, escritora y pedagoga Carmen Pellicer, durante una nota con ICMtv: “Siempre se dice que la educación está permanentemente en crisis, porque de una generación hacia la otra, creemos que los cambios van demasiado rápido. Pero en la actualidad, sí es cierto que todo avanza muy rápido y que la pandemia supuso un antes y un después para la historia”. Para la experta, “esto debe generar que, en las escuelas y en el sistema educativo, se planteen cómo responder ante ese cambio vertiginoso y cómo preparar a nuestros alumnos y alumnas, para ese futuro del que deben ser protagonistas”.

En este sentido, el profesor y psicopedagogo Martín Varela no dudó en afirmar al mismo medio que “ante tiempos tan cambiantes, las formaciones se han hecho todavía más imprescindibles. Va todo tan deprisa que, en muchas cosas, nos podemos quedar detrás fácilmente”. Desde su perspectiva, “la pandemia puso de manifiesto muchas cosas, y una de ellas es que, después del apoyo familiar, lo que más condicionó la posibilidad de aprender desde las casas, fue la autorregulación, la capacidad de cada uno, como alumno y alumna, de manejarse a sí mismo. Ese condicionante, que es fundamental para aprender siempre, hay que llevarlo a la escuela. Esto impacta en muchas áreas, implica, por ejemplo, abrirse a nuevas posibilidades metodológicas. Tenemos que ponernos las pilas, formarnos y avanzar”.

Fundación Sophia: una propuesta de calidad

Otra organización comprometida con la búsqueda de una transformación educativa integral, innovadora y católica, es Fundación Sophia, institución sin fines de lucro que procura promover una formación pedagógica de calidad en niños, niñas y adolescentes. Se trata de una red de trabajo de treinta y cuatro colegios, con una rápida expansión.

“Sin dudas el crecimiento ha sido muy rápido, y nuestra lectura es que sucede porque existe mucha necesidad de respuesta, eso es lo que nos marca esta situación coyuntural que vivimos. Existe una marcada fragilidad en instituciones a nivel educativo, económico y pastoral, que precisaban de nuestro apoyo. Nosotros tomamos esta realidad con muchísimo entusiasmo, y queremos crecer como institución para darles respuesta a todos”, afirmó a Entre Todos el director ejecutivo de la organización, Mag. Federico Reyes, en el marco de un balance por el octavo aniversario de la institución.

Para él, un eje central de la Fundación Sophia es su propuesta académica: “Queremos mejorar la experiencia formativa tanto en lo humano como en lo espiritual, que se sientan integrados a sus comunidades”.

La expansión de la fundación es incuestionable, pero, como confirmó Reyes, están lejos de conformarse con esta realidad: “Nos reinventamos continuamente, no nos queda otra alternativa. Incluso los institutos que ya ayudamos y que han logrado cambiar su realidad, nos demandan nuevas propuestas para continuar evolucionando. Nos impulsan hacia una reconversión constante”.

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