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Holywins: la santidad triunfa

La tarde de Halloween puede convertirse en una atractiva catequesis sobre la santidad

En el año 2002 en París surgió una iniciativa que se ha extendido por varios países y que, desde hace un tiempo, se vive también en Uruguay. Se trata de una nueva forma de festejar el 31 de octubre, la víspera del día de todos los santos: aprovechando la tradición de disfrazarse y salir por el barrio, algunos catequistas han propagado la idea de vestirse como santos, conocer sus vidas y enseñárselas a los demás. Es lo que se conoce como Holywins.

Festejar ese día no es nuevo. Ya en el siglo XVI comenzó a usarse el término “halloween”, una deformación de la expresión all hallow's eve, “víspera de Todos los Santos”. Se festejaba en Europa y los inmigrantes irlandeses llevaron su tradición a Estados Unidos. Y así como se deformó el nombre, se vició también el modo de celebrarla, dando paso a los cadáveres, las brujas y el terror.

La Comunidad de Emmanuel quiso rescatar el sentido originario de la fiesta y, hace 17 años, organizó algo inédito. En la víspera de la fiesta de Todos los Santos, los niños y jóvenes de París salieron a las calles a evangelizar, repartiendo folletos sobre vidas de santos, la muerte, la esperanza cristiana y la vida eterna.

La iniciativa entusiasmó a otros tantos en diversos países. En España comenzó a vivirse así en el año 2008, y poco después se sumaron los festejos en Brasil, Colombia, México o Perú. En Montevideo se organizó por primera vez en 2017 en la catequesis Los Robles y Las Rosas. Los encargados vieron que era una buena manera de entusiasmar a los niños con el ideal de santidad y eligieron algunos modelos. Le asignaron un santo a cada uno y durante varias semanas centraron la catequesis en las virtudes heroicas y en esas personas.

Los niños conocieron a fondo las historias de sus santos y las razones por las cuales se convirtieron en modelo para los demás. Aprendieron la ventaja de tener amigos e intercesores en el Cielo y se entusiasmaron con la idea de vivir como los santos que conocieron. Es decir, muy cerca de Jesús. Las familias fueron parte del proceso y algunos padres se involucraron también en la preparación de los disfraces. En el elenco elegido por los catequistas había gran variedad entre hombres y mujeres (San Juan Pablo II, Santa Rosa de Lima), europeos y americanos (San Francisco de Asís, San Martín de Porres), religiosos y laicos (Santa Teresa de Calcuta, Gianna Beretta Molla). También hubo lugar para el Siervo de Dios Mons. Jacinto Vera, un uruguayo camino a ser declarado santo.

El 31 de octubre se vivió así una fiesta diferente. Los niños llegaron felices con sus disfraces, las familias se compenetraron y los vecinos no hicieron más que sorprenderse y alegrarse al ver que un grupo de pequeñas monjas, por ejemplo, tocaba el timbre de su casa. Además, los chicos le contaban de sus santos a quienes los recibían y les dejaban algunas estampitas. No se olvidaban, por supuesto, de pedir caramelos. Y al volver a la catequesis compartían la merienda y cuentos de lo vivido.

En una tarde en que muchos niños se disfrazan y salen a pedir caramelos por el barrio, vestirse de santos y dar testimonio parece una buena idea. El objetivo no es atacar Halloween, sino celebrar de manera positiva el ejemplo dado por católicos ejemplares, y al mismo tiempo recordar con alegría la llamada universal a la santidad.

Este 2019 la fiesta se extendió a otros barrios: por lo menos en San Juan Bautista (Pocitos) y en el Colegio Los Rosales (Casavalle) ya se festejó, y este fin de semana hay celebraciones en La Blanqueada (María Reina).

Otras ideas

La de los disfraces es una propuesta que entusiasma, pero claramente no es la única. En otras partes del mundo algunas parroquias organizan, por ejemplo, una tarde de actividades en torno a la santidad. Un bingo o un juego de la memoria con dibujos de santos, competencias de preguntas y respuestas, mirar películas o tener actividades tipo kermesse.

En varias de estas experiencias suelen incluir a las familias, organizando una Misa para todos y alguna actividad en conjunto luego. No son pocas las parroquias que organizan vigilias de adoración, con momentos distintos para los diferentes integrantes de la comunidad. En Inglaterra, el país donde comenzaron los festejos de la víspera de Todos los Santos hace ya varios siglos, desde el año 2010 la Conferencia Episcopal invita a todos los fieles a vivir una “Noche de luz”. Se une así a una propuesta que comenzó en el año 2000 y que se extendió a varios países del mundo anglosajón. Los fieles encienden una vela en su ventana y recuerdan que son seguidores de Jesús. Además, procuran ir a Misa y hacer una Vigilia de oración, así como involucrar a los niños en los festejos.

Commentario(1)

  1. maria del rosario says

    me parece fantastico la iniciativa asi se muestra una iglesia joven y con energia para muchas personas descubran el valor de la fe y el tesoro que es la iglesia !!!

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