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Educación católica: formar desde la fe

El 2023 presenta algunos desafíos para las instituciones católicas. Muchas de ellas atraviesan un proceso de cambio.
Las instituciones educativas se adaptaron rápidamente a la nueva realidad. Fuente: R. Fernández

No resulta una novedad que, en pleno proceso de una reforma educativa, los colegios católicos tengan el reto de adaptarse a un nuevo statu quo, sin descuidar un camino de evolución pedagógica que el sector ya venía atravesando en los últimos años.

Las escuelas católicas, a partir de su mirada de fe y su particular vocación, están llamadas a alcanzar una innovación constante, que permita una formación de calidad, que sea integral, pero también accesible y ajustada a los diferentes contextos socioculturales.

Si nos referimos a la educación católica en general, el sistema presenta algunas instituciones referentes en la materia, como lo son Audec, el Liceo Jubilar o la Fundación Sophia. Entre Todos conversó con sus respectivos directores.

Adaptarse a los cambios

La Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec) nuclea a instituciones y proyectos socioeducativos de todo el país. Precisamente, esta red tuvo un cambio interno, con el traspaso de la dirección de Adrián Arias a la Hna. Laura Guisado.

“En diciembre asumí este nuevo rol dentro de Audec. Creo que fue una de esas cosas que te sorprenden, no era algo que esperara dentro de mi horizonte. Lo vivo desde una profunda gratitud hacia Dios por la confianza, porque siento que es algo muy importante servir a la Iglesia desde la educación católica. También agradezco a todos quienes respaldaron mi nombramiento. Soy un eslabón más dentro de una cadena, que es mucho más grande que yo”, reflexionó.

“Cuando uno abraza la docencia, sabe que no es un sitio de llegada, sino un punto de partida constante”

Hna. Laura Guisado

Para la religiosa, los desafíos para este año se enmarcan dentro de tres grandes áreas: “Una es la comunicación, que busca potenciar las redes y los intercambios con cada socio de Audec a nivel nacional, para continuar su posicionamiento dentro de la opinión pública. En segundo lugar, apuntamos a la formación y a ampliar los espacios para el crecimiento de formadores y directivos. El tercer gran bloque consiste en ser verdaderamente representativos de aquello de lo que nuestros socios necesitan. Pondremos un especial énfasis en la escucha activa y el contacto directo con los asociados, sobre todo en este tiempo de transformación”.

De acuerdo con la directora, esta etapa de cambio es un camino largo y que requiere mucha planificación. “Es un proceso extenso, desde Audec veníamos insistiendo en la necesidad de apostar por algunos cambios. Todo proceso también precisa formación, y en este sentido tuvimos diálogos con autoridades para facilitar el acceso a cursos. Fueron en modalidad on line y participaron más de seiscientos directores de educación privada. Son instancias valiosas para visibilizar esta sed de formación. Debemos pensar los cambios desde lo colectivo, pero junto al cuidado de cada uno de los funcionarios, de manera que cada uno encuentre su propio lugar en la institución. La realidad es cambiante y debemos capacitar a los niños para una sociedad que ya es diferente”, resumió.

Trabajo en equipo

Sin lugar a dudas, un claro exponente de la vocación católica es el Liceo Jubilar Juan Pablo II, centro educativo que presenta una gestión privada, pero con un acceso gratuito para sus alumnos. Para los cursos que imparte (ciclo básico, bachillerato y liceo para adultos), recibe una cantidad importante de donaciones que permiten su constante evolución, además de su equipo docente, personal y colaboradores.

Esta institución, referente en la zona de la Cuenca Casavalle, también presenta un proceso de reestructuración interna. El Pbro. Alejandro Korahais, recientemente ordenado sacerdote, asumió la dirección del Liceo Jubilar el 1º de febrero. Su plan actual implica una revisión general: “Vamos a comenzar una auditoría general de todo el liceo. La idea es proyectarse a diez o veinte años, pero para eso precisamos conocer el diagnóstico de todo el centro: económico, de gestión y pedagógico. Necesitamos saber dónde estamos parados, cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles”.

El P. Korahais encabeza un proceso de reestructuración dentro del Liceo Jubilar. Fuente: R. Fernández

Según el P. Korahais, el motivo de dicho enfoque está motivado porque “la gente que está actualmente no es la misma que fundó el liceo. Esto no quiere decir que sean mejores ni peores, simplemente no son los mismos". "Debemos continuamente observar la realidad y mirarnos a nosotros mismos. ¿Estamos dando lo que esta sociedad actual precisa?, ¿estamos respondiendo a las necesidades y los desafíos a los que se enfrentan las familias?”, se cuestionó.

El director del Liceo Jubilar explicó que uno de sus objetivos para este año es construir una mayor sinergia con los colegios católicos que están en la zona, en conjunto con la reforma educativa. “Es un camino para transitar despacio, juntos y acompañando las directivas que nos vienen de ANEP. El desafío es cómo podemos adaptarla a nuestra realidad, y para eso tenemos un equipo que está trabajando en el tema. Todos los docentes están haciendo las capacitaciones que precisan para la reforma”.

“Cada sector del liceo —que tiene su propio equipo— es la herramienta principal, porque el acompañamiento a los chicos es uno a uno y de familia a familia. A su vez, cada departamento trabaja para que el espíritu se plasme de forma concreta. Por ejemplo, en lo pastoral se necesita que haya mayor vida cristiana, en un contexto muy variado. ¿Cuál es nuestra herramienta? El trabajo personal con la gente y una mayor profesionalización de objetivos”, concluyó.

Una formación de calidad para todos

Fundación Sophia es otra institución comprometida con los procesos de transformación educativa integral. Se trata de una organización sin fines de lucro, cuya red de trabajo actualmente asciende a treinta y cinco colegios, y muestra una constante expansión.

“Desde la fundación continuamos con el crecimiento de la estructura de instituciones, luego de la incorporación del Colegio Mariano de Montevideo. Nos alegra ver que, año a año, recibimos solicitudes para sumarse a nuestra red de centros educativos, que corresponde claramente con una necesidad del mercado académico”, explicó el Mag. Federico Reyes, su director.

“Lo que importa es la identidad católica del centro, que es algo medular”

P. Alejandro Korahais

Para Reyes, la meta de Fundación Sophia para el presente año lectivo se centra en el rol de cada colegio: “Las prioridades están focalizadas en el fortalecimiento del rol de los directores de cada institución, para que sean líderes de cada comunidad educativa y logren responder a las distintas necesidades que cada área presente. La idea, como todos los años, es continuar mejorando nuestra propuesta para generar una formación de calidad para todos. Como fundación apuntamos a una educación integral que converge lo académico y lo pastoral”.

Con respecto al futuro académico, su director sostuvo que este año estará marcado por dos grandes aspectos: la reforma educativa y la beatificación de Mons. Jacinto Vera. “Por un lado, esta transformación repercute directamente en nuestras políticas pedagógicas y va de la mano con nuestra búsqueda por la innovación. Este cambio engloba a todos los cursos, pero especialmente a los iniciales , de primaria y del primer ciclo de secundaria. Pero, por otro lado, y en el marco de nuestra mirada de fe, estaremos preparándonos para el gran acontecimiento de la Iglesia uruguaya, como lo será indudablemente la beatificación de Jacinto Vera el próximo 6 de mayo. Nos encontramos planificando y proyectando algunas actividades, tanto de manera individual como en red. Todas las instituciones que integran a la fundación han tomado a Jacinto como tema del año”, detalló.

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