El fin de semana del sábado 31 de octubre y el domingo 1 de noviembre se celebrarán cuatro
ordenaciones sacerdotales. La del sábado será la del diácono jesuita Ignacio Puiggari, a las 17 horas en la
Parroquia Ntra. Sra. de Fátima, en el Cerro. Por su parte, el domingo las ordenaciones serán a las 18
horas, en la Catedral Metropolitana. Allí de manos del Card. Daniel Sturla, los diáconos Pablo Ibarra y
Mario Santangelo, del Camino Neocatecumenal y el diácono misericordista Hno. Paul Berahino, serán
consagrados sacerdotes. Los invitamos a conocerlos en las siguientes líneas.

Pablo Ibarra

¿Cómo estás esperando este momento?

Con gusto y agradecimiento a Dios, a la Iglesia y a la familia. Muy consciente de mi precariedad, pero con la experiencia de la fidelidad de Dios y confiando solo en ella. No espero nada mágico, sino que confío en que Dios actuará en esta realidad concreta en la que me ha llamado y me ha tocado vivir, que como todas las épocas tiene sus dificultades. Veo un tiempo difícil de muchas incertidumbres en todos los ámbitos, incluso en la Iglesia, y siento que el Señor me llama a hacerlo presente en medio de esta realidad. Mi ordenación será la confirmación de ese llamado. Así que, lo espero con gusto y mucha oración, ya que sé que esta misión conlleva la Cruz.

¿Cómo se viven los días previos?

Estoy contento, seguro interiormente, pero con muchas preocupaciones exteriores de tipo logístico que a veces cansan mucho. El tema del protocolo, el aforo (hacer una lista donde no sabes a quién invitar y a quien dejar fuera, no es fácil) no saber si me podrá acompañar mi familia por el tema de las fronteras cerradas, la celebración y todo lo que implica, si podré viajar a mi país de origen a celebrar mi primera Misa... todas esas cosas. Pero, gracias a Dios y a la oración mía, y seguramente de muchos, no he perdido la paz interior.

Pablo Ibarra Cervantes es el menor de nueve hermanos de una familia católica y tiene 42 años. Nació en San Miguel, municipio de Armadillo de los Infante, San Luis Potosí, México. Sintió el llamado del Señor al sacerdocio ministerial y está hace casi 10 años en Uruguay, formándose en el Seminario Redemptoris Mater, del Camino Neocatecumenal. Desde febrero se encuentra en la Parroquia de los Sagrados Corazones de Possolo (donde están los restos del Padre Cacho), junto al Padre Luis Ferrés.

Mario Santangelo

¿Cómo estás esperando este momento?

Estoy esperando este momento con paz y tranquilidad, sabiendo que el don de la vocación sacerdotal es algo que supera los talentos y las respuestas meramente humanas. Teniendo en cuenta el origen divino de esta llamada, y confiando que nadie mejor que Dios conozca los caminos para llevar a cabo, en los tiempos oportunos y los planes que el estableció para mí, vivo este tiempo amparado por su gran amor y por su atenta ternura. Esto no quita un natural nerviosismo por el hecho que se cierra un capítulo del libro de mi vida, abriéndose otro, sin embargo, si pienso en todos los detalles de amor del Señor a lo largo de esos años de formación y de pastoral, no puedo más que estar enormemente agradecido hacia la obra de un Padre bueno que me ilumina constantemente el camino.

¿Cómo se viven los días previos?

Estoy esperando el día de la ordenación entre las actividades pastorales propias de mi parroquia y una serena espera del día de la ordenación. Los días previos, más allá de una normal y sana agitación interior teniendo en cuenta la seriedad del paso a dar, no son muy distintos, en lo práctico, de otros. Sigo con las actividades propias de la parroquia. Pude vivir, en los últimos meses, dos retiros que fueron ayudándome en el discernimiento necesario que implica la preparación a la vocación sacerdotal. También, son días caracterizados por la preparación de todo lo que tiene a que ver con el aspecto litúrgico de la celebración de ordenación misma, incluida, por ejemplo, la primera Misa.

Mario Santangelo nació en la ciudad de Foggia, en la región de Apulia, en Italia. Con 40 años, es el mayor de cinco hijos de una familia de fe. En el último periodo ha vivido su servicio en la Parroquia Ntra. Sra. del Sagrado Corazón, en Punta Carretas, junto al P. Daniel Kerber.

Ignacio Puiggari

¿Cómo estás esperando este momento?

Lo estoy esperando como una nueva misión para mí. Llegué a Uruguay a principios de 2020 luego de haber estado 3 años en Chile, donde fui ordenado diácono, estudié Teología y tuve una pastoral diferentes a la que tengo actualmente. Estoy muy agradecido también por la ayuda que he ido teniendo, por ejemplo del P. Rubén, el párroco, del P. Juan José Mosca, y sobre todo al conocimiento afectivo de las situaciones y las personas de la comunidad. Estoy muy agradecido también porque parte de este tiempo lo he vivido en el Colegio Seminario. Y en relación al diaconado experimentando la belleza que tiene este ministerio, sobre todo con los bautismo y estar allí como ministro.

¿Cómo se viven los días previos?

Muy metido con las cuestiones prácticas, recibiendo mucha ayuda de la comunidad, de personas concretas, con muchos hermanos jesuitas. Más internamente con una mezcla de sentimientos; la admiración por esta oportunidad de la ordenación, en un contexto donde se ponía en duda todo, y ver las resonancias que crea en la comunidad, como la decisión de una persona genera resonancias fecundas en otros. Estoy admirado y agradecido.

Ignacio Puiggari es argentino y creció en Bella Vista, en la provincia de Buenos Aires. Es el menor de cuatro hijos; tiene dos hermanas y un hermano. Sus padres viven todavía en Bella Vista y, además, tiene ocho sobrinos. Actualmente trabaja en la Parroquia Nuestra Señora de Fátima en el Cerro y el Colegio Seminario como tutor.

Paul Berahino

¿Cómo estás esperando este momento?

Estoy esperando el día de la ordenación con mucha alegría, que es Dios mismo quien la regala, que no depende de nosotros. Por supuesto la alegría de Dios es insondable. Esta alegría no tiene precio, es un don que voy a recibir de Dios y me va a hacer alguien nuevo. Es una alegría humilde y paciente. Dios se regala mientras vamos caminando, mano a mano con Él. Es una alegría perfecta porque me Jesús quiso hacerme más alegre para la misión que me va a confiar. Y por eso yo le ofrezco mi voluntad, mi libertad. Es aquello de San Pablo que oye al Señor diciéndole “Mi gracia te basta”.

¿Cómo se viven los días previos?

En estos días busco encontrarme más en esta intimidad con Dios, en la Santísima Trinidad, que viene y me transforma regalándome el don del sacerdocio. Meditando sobre la misericordia de Cristo, tratar de hacerme a su imagen. Esto me genera mucha alegría. En cada Eucaristía lo vivo más fuerte, encontrándome con Jesús. En el retiro previo a la ordenación sentí fuertemente el llamado a servir, no a ser servido.

Paul Berahino es originario de Burundi, y el séptimo hijo de un matrimonio cristiano, de mucha oración. Sus padres fallecieron estando él en nuestro país. Su vocación tiene un germen en los misioneros europeos que iban a anunciar la Palabra a su casa, cuando estaba en segundo año de escuela. Pertenece Congregación de los Hermanos de Nuestra Señora de la Misericordia (Misericordistas) fue ordenado diácono el día 3 de noviembre de 2019, de manos del Card. Daniel Sturla en el Santuario del Cerrito de la Victoria. Lo acompañaron es esa celebración amigos, integrantes de otras congregaciones, de la comunidad misericordista y miembros de la propia comunidad del Santuario y finalizó los estudios teológicos en nuestro país. Además, colabora en la comunidad del Colegio y Liceo Misericordista.