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Creatividad y soluciones en la educación católica

La educación católica ha tenido que afrontar dificultades y ahora prepara la vuelta a clases
Los colegios comenzaron a desinfectar y separar espacios para recibir a los alumnos. /F. GUTIÉRREZ

Publicado en Entre Todos N° 473

Con 157 colegios en todo el país y casi 58.000 alumnos, la educación católica es el principal grupo después de la pública. Las instituciones han tenido que afrontar dificultades logísticas, pedagógicas y económicas, y ahora se preparan para el retorno progresivo a las aulas. Si en los primeros meses del año tuvieron que agudizar su dominio de la matemática e informática para lograr que los números cerraran y llegar a todos los hogares, ahora se abocan a brindar garantías de salud y a agudizar la creatividad aplicada a la pedagogía.

"Tenemos el desafío de generar las condiciones sanitarias para que cada centro pueda garantizar el principio de que la escuela sea un lugar seguro”, comentó Adrián Arias, director general de la Asociación Uruguaya de Educación Católica (AUDEC) en entrevista telefónica con ENTRE TODOS. Esto implica la aplicación de medidas sanitarias y protocolos, adecuación de espacios, capacitación del personal y mantener espacios de diálogo con las familias sobre las medidas que todos tienen que cuidar para que el retorno sea lo más seguro posible para todos, agregó.

El objetivo de esta asociación es que se pueda brindar la mayor cantidad posible de días y horas de clase de manera presencial. “Los niños y adolescentes han sido los más perjudicados por esta situación. Hay algo que se construye en el vínculo educativo a través de la presencia”, agregó Arias, que también es director del Colegio Santa María. La idea de AUDEC es, dentro de los límites fijados por las autoridades, “poder tener mayor flexibilidad para organizar los tiempos y espacios para optimizar el tiempo presencial. Esto no quita que sigamos manteniendo alguna propuesta a distancia para aquellos estudiantes que no puedan concurrir. Pero realmente queremos estimular la presencialidad, es tiempo de recuperar ese espacio”, enfatizó. Aquellos colegios que puedan, tendrán clases presenciales todos los días de la semana.

En AUDEC están convencidos de la importancia de la presencialidad, pues “ahí se juega mucho, a través del vínculo, el acompañamiento, el proceso de encuentro con el alumno. Es clave que el alumno retorne”, remarcó.

Geometría

Aseguradas las garantías sanitarias, comienza la tarea logística de reacondicionar salones y grupos. La realidad depende mucho del centro educativo del que se trate. “No es lo mismo Casupá que Rivera”, ejemplificó Verónica Assandri, directora de Comunicación Institucional de Fundación Sophia, que nuclea a 26 colegios católicos del interior (13) y de la capital (13).

En cada centro ven cómo concretan los lineamientos oficiales y el resultado depende de la cantidad de salones, grupos y alumnos que haya en cada caso. También depende de un factor difícil de predecir: cuántas familias decidirán que sus hijos vayan presencialmente al colegio. “Desde la Fundación proponemos que se planifique como si fueran todos, y en todo caso se reajusta”, puntualizó.

Las autoridades buscan transmitir que la escuela es un lugar seguro /F. GUTIÉRREZ

La nueva geometría implica evaluar, por ejemplo, cómo hacer si el grupo se divide en dos salones pero con un solo docente (seguramente transmitan video en vivo), o cómo integrar la virtualidad con la presencialidad.

El P. Valentín Goldie, economista y director del Liceo Jubilar, hace notar que “cambia mucho” que la distancia entre alumnos sea de 1,5 o de 2 metros. Es que eso haría que en un salón haya 8 alumnos o 12, lo cual es muy diferente. En su caso, el liceo de la Arquidiócesis está comenzando a diseñar la propuesta de cara al 29 de junio, fecha de inicio de los niveles de ciclo básico en la capital. Entre estos primeros pasos se encuentra la habilitación de una nueva sala de informática que permita a los alumnos una mayor conectividad, pues no todos tienen acceso a dispositivos adecuados.

La importancia de lo pastoral

Otra de las razones para agilizar el regreso a la presencialidad es la labor pastoral que, si bien se ha mantenido en los colegios católicos, se vuelve mucho más rica cuando se trabaja cara a cara. “La vuelta de lo pastoral es muy importante, es el centro de nuestra propuesta educativa. No se trata solo de lo curricular sino de otras propuestas que son la razón de ser”, afirmó Adrián Arias, director de AUDEC. El P. Valentín Goldie, director del Liceo Jubilar, contó que en este tiempo mantuvieron la actividad a través de Instagram, principalmente. Transmitieron misas en vivo desde el Liceo y tienen reuniones semanales de grupo. En estas últimas semanas los chicos estaban trabajando sobre los dones del Espíritu Santo, en torno a la fiesta de Pentecostés.

Pedagogía

Si hay que hacer una adaptación en los edificios, también hay que ser creativos en las propuestas pedagógicas. “La nueva etapa va a requerir de mucha estrategia por parte de los docentes”, adelantó Assandri. Los desafíos dependen de cada nivel. Por ejemplo, en educación inicial es muy importante el cuerpo y ahora no puede haber contactos. O está el famoso proceso de adaptación, que quedó trunco y debe ser retomado.

En junio los colegios procurarán tener instancias particulares o reducidas con aquellos que han tenido más dificultades o menos posibilidad de conectarse. Habrá muchos modelos diferentes, tal vez tantos como alumnos.

Por eso es que los tres entrevistados coincidieron a la hora de destacar la labor de los docentes y funcionarios, que han hecho lo posible por adaptarse a las circunstancias. “Que quede constancia de un agradecimiento a todo el personal del liceo, que ha reaccionado de una forma tremendamente creativa, intentando buscar respuestas”, destacó el P. Goldie, del Jubilar. “Hemos hecho un proceso de construcción colectiva, hay un equipo muy sólido que está manifestado en todo eso”, subrayó.

Informática

La reconversión implicó, a su vez, desde comenzar a utilizar las propias plataformas educativas hasta adquirir licencias de soportes nuevos o enseñar a los alumnos a usar determinados programas. Esto supuso un esfuerzo a todo nivel, compartido por todos los colegios. Además, en el caso del Jubilar lograron un convenio con Movistar para poder brindar conectividad a un porcentaje de los alumnos, y decidieron financiarle internet a otro tanto.

Mientras no tenían los equipos que brinda el Plan Ceibal, algunos utilizaban whatsapp desde sus celulares. Todo esto hizo que fuera más lento el comienzo de las clases virtuales.

En algunos colegios de Fundación Sophia recurrieron también al material físico, pues los chicos no tenían todos los elementos. Imprimieron repartidos, entregaron libros, etc.

Matemáticas

Los directivos también tuvieron que agudizar su creatividad para poder estar cerca de las necesidades económicas de sus comunidades educativas. En el caso del Jubilar, por ejemplo, una de las grandes tareas de los directores consistió en preparar canastas para 80 familias de alumnos, en base a donaciones recibidas de privados.

En su caso los alumnos no pagan mensualidad sino que la institución se financia con donaciones, algo que al momento se mantiene pero que puede decaer en cualquier instante. En todo caso, tanto en este como en los otros colegios hubo que readecuar el presupuesto y reducir gastos.

La mayoría de los colegios católicos son de barrio, a los que acuden hijos de trabajadores que hacen esfuerzos para llegar a fin de mes. Cada uno tuvo una realidad y una respuesta particular.

Las instituciones de Fundación Sophia, que tienen una administración central, aplicaron una misma política para los 26 colegios. En abril atendieron unas 400 solicitudes particulares (rebajas, congelamientos, recuotificaciones) y en mayo aplicaron descuentos generalizados para todos: desde 75% en los niveles 2 y 3 hasta 15% en secundaria. Esta y otras medidas fueron anunciadas a los padres a través de una carta del director ejecutivo, que en este período se ha mantenido en contacto semanal con las familias.

En todo caso, en AUDEC están felices con el anunciado regreso a las aulas, aunque implique desafíos a todo nivel. En palabras del director nacional Adrián Arias, “no había razones para no empezar con un retorno”, algo que seguramente ayudará a las familias a que puedan comenzar a reorganizarse y volver a sus trabajos.

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