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¿Cómo vivió la Pastoral de la Salud un año de emergencia sanitaria?

Entrevista con el P. Miguel Ángel Hernández, director de la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Montevideo
El P. Miguel Ángel en una de sus visitas a vecinos de Montevideo. F. GUTIÉRREZ

A mediados de marzo del 2020 el Card. Daniel Sturla, en una visita a la Parroquia Ntra. Sra. del Carmen (Puntas de Manga, Montevideo), le propuso al P. Miguel Ángel Hernández el desafío de comenzar a encargarse de la Comisión de la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Montevideo, en un año de pandemia y emergencia sanitaria. “Sin dudas, fue una gran sorpresa para mí. Recibí la noticia con alegría por la tarea encomendada y con entusiasmo y dedicación empecé a trabajar”, comenta el P. Miguel Ángel.  

Su trabajo en la Pastoral de la Salud abarca varias tareas. Una de las principales es ser el capellán del Hospital Pereira Rossell y del Sanatorio Americano. “La tarea del capellán conlleva tiempo y dedicación, visitar las salas donde están los pacientes, escucharlos y acompañarlos, brindarles los sacramentos, acompañar a los familiares de los pacientes, dialogar con los funcionarios y ponerme a disposición con lo que necesiten”, explica.   

Desde una mirada más general, su tarea consiste en velar, ayudar, apoyar y coordinar la presencia de la Iglesia en los diferentes hospitales y residenciales en los que misionan voluntarios y colaboradores. En la siguiente entrevista con ENTRE TODOS, el P. Miguel Ángel Hernández habla sobre la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis y cómo ha transitado este año de pandemia, las nuevas iniciativas que surgieron, y los desafíos y aprendizajes de este tiempo. 

¿Quiénes forman parte de la Pastoral de la Salud?   

La Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis está conformada por un cuantioso y valioso número de voluntarios, que ofrecen su tiempo y sus bienes para que esta misión pueda llevarse a cabo y continuar con la presencia de la Iglesia en hospitales y residencias del Montevideo.  

He formado un equipo de cinco personas que se encargan junto conmigo de la coordinación y planificación de las actividades y distintas tareas de la Pastoral. Todos los que estamos involucrados en esta labor nos sentimos bendecidos por el llamado de Dios a una misión tan especial.  

¿Qué actividades se llevan a cabo desde la Pastoral de la Salud?   

La Pastoral de la Salud tiene como finalidad fundamental, despertar, avivar y mantener la fe cristiana, brindado esperanza y certeza de que Dios está presente en medio de la enfermedad y del sufrimiento, por medio del testimonio, el anuncio explícito, la celebración de los sacramentos y la relación de ayuda en el sentido de escuchar al enfermo.   

Hablamos de una Pastoral de inspiración evangélica que es aquella que anuncia la Buena Noticia, la ternura entrañable y desmedida de Dios con la persona que sufre, y que también es abierta a las situaciones de pluralismo cultural y religioso de los enfermos y familiares.  

A su vez, la Pastoral de la Salud se encarga de coordinar y de brindar formación a todos los ministros extraordinarios de la Eucaristía de la Arquidiócesis de Montevideo.   

El marco de actividades que se realizan es amplio y consta también de actividades de formación del voluntariado con una identidad cristiana que testifique a Jesucristo, con una disposición a escuchar y acompañar al enfermo. También, la Pastoral se encarga de recibir donaciones y beneficencias; donaciones que sin duda son muy importantes para poder ayudar a cubrir necesidades que surgen en los enfermos.  

Este año de pandemia sin dudas ha sido un desafío grande para la Pastoral de la Salud, ¿cómo lo vivió?   

Dado el contexto sanitario en nuestro país, en pandemia, hemos debido readaptarnos. Al trabajar en lugares de alto riesgo, el desafío era cómo hacer para mantener la presencia de la iglesia en estos lugares.   

A pesar de que varios centros de salud han permanecido cerrados al acceso de voluntarios, hemos buscado maneras alternativas para poder seguir brindando acompañamiento a los enfermos. Se han creado grupos de oración y otras iniciativas mediante acercamientos remotos aprovechando la tecnología de hoy en día.  

¿Qué otros servicios concretos surgieron?  

Hay lugares, como por ejemplo el Hospital Pasteur y el Hospital Oncológico, en los que no se podía acceder a las salas de los pacientes, entonces los agentes de la Pastoral comenzaron a brindar un servicio de apoyo a los familiares de los mismos. Hay muchos pacientes que deben permanecer durante períodos prolongados en el hospital debido a sus tratamientos y este proceso es muy difícil también para todos los familiares. Es por ello que consideramos muy importante el servicio que están brindando los voluntarios allí.   

Debido al acceso restringido de los voluntarios a las salas de los pacientes, en los respectivos centros de salud, me reuní con las distintas directivas para solicitar su autorización de poder ingresar a las salas de los pacientes y así brindar los sacramentos. Gracias a Dios obtuvimos la autorización de poder visitar las salas y de esta forma también acompañar presencialmente los enfermos.   

Luego, hay otros lugares, como el Hogar P. Benito Menni y el Centro de Rehabilitación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, donde el Equipo Pastoral continuó teniendo acceso a los residentes y logró mantener una vida muy activa, utilizando con creatividad estrategias para llevar adelante la misión.   

En la capilla del Hospital del Pereira Rossell, que permaneció cerrada durante un tiempo, logramos en conjunto con la directiva obtener la reapertura de la misma. Allí se potenció muchísimo el uso de las redes sociales para acercarnos a las personas, para hacer la exposición y adoración al Santísimo por Instagram. Ahora, ya se comenzó a celebrar nuevamente la Eucaristía allí.  

En el Hospital Vilardebó hemos aprovechado este tiempo con el equipo Pastoral para presentarnos a la directiva, para juntos impulsar la puesta a punto de la capilla para su reapertura. También, en dialogo con la directiva del Hospital Oncológico y el Sanatorio Americano logramos celebrar la Eucaristía en estos lugares. 

¿Cuáles fueron los retos más grandes debió enfrentar a la hora de desarrollar las actividades del año?   

Al haber asumido mi posición como director de la Pastoral de la Salud este año, no tenía un cronograma formado con tareas planificadas con anterioridad. Mi primera misión fue conocer a los miembros de la Pastoral y realizar un sondeo de todo lo que se había trabajo hasta el momento.   

Como fruto de este sondeo surgieron algunas necesidades de cambios a realizar, entre las cuales se procedió a asignar a los nuevos Capellanes del Círculo Católico (JPII). También, se continuo con tareas del año anterior y a su vez fuimos incorporando nuevas tareas necesarias.  

Uno de los grandes retos que tuvimos fue el hecho de haberse suspendido las visitas presenciales en los hospitales debido a los protocolos aplicados por las instituciones. Nuestros voluntarios tuvieron que adaptarse a esta nueva realidad, buscando distintas alternativas que nos continuarán acercando al paciente. Este año fue un año clave de acercamiento a las directivas y voluntarios de los distintos hospitales y centros de salud.  

¿Y qué aprendizajes pudo rescatar de estas experiencias atípicas?   

Haber logrado una mayor creatividad en nuestro actuar frente a lo desconocido, aprendimos a adaptarnos a esta nueva realidad para poder continuar y llevar adelante nuestra misión.   

Percibí una mayor necesidad de compañía y escucha por parte de las personas que con motivo de la pandemia se encuentran en una situación de mayor soledad, y la necesidad de poderlos acompañar a pesar de las dificultades en este proceso. Además, fue importante la implementación para poder canalizar el anuncio de la Buena Noticia y no quedarnos con las manos cruzadas, buscamos la forma y la manera de poder conectar con el paciente.   

Mas allá de la distancia protocolar del Covid-19, hay una certeza que no hemos parado de hacerles llegar el mensaje de que Dios siempre está presente y camina a nuestro lado. Frente a la incertidumbre, a la adversidad, al miedo y a la muerte tenemos la certeza que Jesucristo sigue vivo, está presente y no nos abandona. Hay una apertura a querer escuchar y esta certeza genera esperanza.   

Comentarios(4)

  1. Haydee Delia Fachelli Medina says

    Que maravilla no sabía. En el Hospital Pereira Rossell no sabía que tenía capilla. Voy hace 33 años a Policlinica de celiacos y cuantas veces hubiera sido lindo saber que existía.

  2. María del Carmen says

    Hola. Muy buena la tarea evangelizadora de la Iglesia. Estoy muy contenta con su labor de acompañar y hacer presente a Jesús Eucaristía. Lo máximo para el Cristiano. Saludos. Bendiciones

  3. Irene Elena says

    UNA GRAN EMOCIÒN AL LEER Y MEDITAR EL TEMA DE LA SALUD ¡¡¡ GRACIAS A DIOS, QUE ESTAMOS COMO AÑOS ATRÀS, CUANDO SIEMPRE HABÌAN SACERDOTES QUE IBAN A HOSPITALES, SANTORIOS, RESIDENSIALES, ETC.ETC. RECUERDO QUE DE PEQUEÑA, SIEMPRE VEIA SACERDOTES DONDE HABÌAN ENFERMOS O IBAN A DOMICILIOS PARA LLEVARLES LOS STOS SACRAMENTOS ¡¡¡ OREMOS SIN CESAR POR TODOS LOS SACERDOTES CUYA MISIÒN ES PRECISAMENTE, ACOMPAÑAR A LOS ENFERMOS , Y QUE TOD@S PUEDAN RECIBIR LA SANTA UNCIÒN ¡¡¡ FUERTE ABRAZO HECHO ORACIÒN. Irene Elena

  4. Mercedes despalanques says

    Muy bueno el reportaje…nos permite unirnos mediante la oración a este grupo de hermanos que llevan a cabo está misión….Alivio del sufrimiento….no solo físico, sino especialmente espiritual…
    Dándoles la certeza de que es el Señor Jesús quien los consuela, conforta y cura….»»estuve enfermo y me visitasteis»»»‘.
    Hermosa misión!!! Ánimo..Padre Miguel Ángel y hermanos voluntarios!!!
    Rezamos por Ustedes y los enfermos.

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