No comments yet

Card. Sturla: "servir al pueblo en todo lo que podamos, pero específicamente haciendo carne la salvación de Cristo"

En la Misa Crismal

Este Jueves Santo, por la mañana, tuvo lugar la Misa Crismal en la Catedral Metropolitana. En esta celebración se consagraron los santos óleos que se usan para los catecúmenos, el bautismo, las confirmaciones, ordenaciones, consagración de los altares e iglesias y para la unción de los enfermos. En la liturgia resaltó el tema del sacerdocio, y su institución por parte de Cristo.

La Misa fue presidida por el cardenal Daniel Sturla, acompañado por el obispo auxiliar, Mons. Luis Eduardo González; el nuncio de Su Santidad, Mons. Luciano Russo y el consejero de la Nunciatura, Mons. Simón Bolívar;  también la presencia de Mons. Nicolás Cotugno, arzobispo emérito de Montevideo; así como el obispo emérito de Minas, Mons. Jaime Fuentes. Más de 200 sacerdotes, diáconos y seminaristas de la arquidiócesis tomaron parte en la celebración.

Otro hecho a destacar fue la importante presencia de fieles, signo de unión de todas las vocaciones dentro de la Iglesia, ya que después de dos años hace pocos días finalizó la emergencia sanitaria. La celebración pudo seguirse a través del canal web de ICMtv.

El desvelo por la salvación de las almas

Al comenzar la homilía, el Card. Daniel Sturla dijo: “es un gran gozo celebrar esta Misa Crismal, en la que nuevamente nos encontramos, clero y laicos, para dar gracias a Dios porque es bueno. La celebramos a las puertas del Triduo Pascual; el Señor está con nosotros y nos ha ungido con el óleo de la alegría el día de nuestro bautismo, haciendo de todos nosotros un pueblo sacerdotal”.

En la primera parte de su alocución, el Arzobispo de Montevideo quiso recordar la figura de Mons. Jacinto Vera, primer obispo de nuestro país. “Hace 190 años, un joven de 19 años, fuerte, campesino, vino desde su chacra de Toledo —con su poncho y chiripá— para hacer ejercicios espirituales aquí, a unas pocas cuadras de esta Iglesia Matriz, en la llamada Casa de Ejercicios. Vino a encontrarse con Cristo. Vino superando dificultades que a último momento se le presentaron y que supo ver como una tentación del diablo. Vino abierto al encuentro y se llevó el regalo más hermoso que un hombre pueda recibir sobre la Tierra: la vocación sacerdotal”, mencionó.

Sobre Mons. Vera sostuvo que “quizá la virtud más fundamental con la que el Señor lo acompañó a la largo de su vida fue la fortaleza, la reciedumbre para superar las adversidades, y a eso sumaba la sabiduría de los hombres de campo y una cuota de buen humor que lo acompañó toda la vida”.

También compartió un dato no tan conocido, la primera misa presidida por Mons. Jacinto Vera tuvo lugar en Buenos Aires el mismo día que Juan Bosco presidía su primera misa en Turín, Italia. “Años después se tratarán como viejos amigos, a través de cartas”, agregó.

Jacinto Vera supo mantenerse fuera de las contiendas políticas argumentó el Arzobispo de Montevideo. “Su desvelo era la salvación de las almas, por eso él mismo fue un ciudadano comprometido con su pueblo. Elegido como Vicario Apostólico, nada le resultó fácil desde el principio, recibió calumnias públicamente y su pueblo lo defendió”, explicó.

Amor por las vocaciones y misión

En el mismo orden, el Arzobispo de Montevideo enfatizó la defensa de la Iglesia uruguaya por parte del llamado “Obispo gaucho”. “La defendió teniendo clara su misión sacerdotal”. Para esto quiso destacar dos aspectos de la vida de Mons. Vera.

Por un lado, mencionó su amor a los sacerdotes y a las vocaciones, que se materializó a través de la medida de reunir a los presbíteros en ejercicios espirituales. “Quizás los primeros que se realizaron en Uruguay para el clero”, puntualizó .

Además, el primer obispo de estas tierras procuró la formación de las vocaciones que surgían. “Se formaron en Santa Fe o en Roma, pero teniendo en la mira, desde el principio, la formación de un seminario en nuestra ciudad”, acotó el Card. Daniel Sturla.

El otro aspecto fue la misión. “No había transcurrido un año de su nombramiento como vicario apostólico cuando Jacinto Vera se lanzó a la primera misión por todo el interior del país, a caballo o en diligencia. Tres veces recorrió el Uruguay entero", dijo. Y agregó, “llevaba a Jesucristo, la gracia sacramental del perdón de los pecados, la legitimación de los bautismos, los matrimonios y las confirmaciones”.

Uruguay necesita una campaña de amor

En tanto, dijo que "los pobres de Montevideo tenían a Jacinto Vera como su gran bienhechor, y las congregaciones religiosas que trajo y lo que promovió era para el servicio de la gente, pero teniendo en primer lugar la salvación de sus almas”.

Más adelante, el Card. Daniel Sturla se dirigió directamente a los seminaristas diciéndoles: “la vocación está dentro de una de las más misteriosas características del Dios en quien creemos: la elección. Un Dios que elige. No suena muy bien a nuestros oídos democráticos e igualitaristas, pero es una constante del Dios de Israel. La respuesta a este llamado debe ser la de quien recibe un don inesperado, inmerecido. La respuesta es la gratitud”.

En tanto, dirigiéndose a los sacerdotes, diáconos y religiosos, el Card. Daniel Sturla aseguró “el amor al sacerdocio y al Pueblo de Dios que necesita de la misión sacerdotal es imperioso. Servir al pueblo en todo lo que podamos, pero específicamente haciendo carne la salvación de Cristo”.

Haciendo centro en las palabras de Jesús en el Evangelio, que citaba al profeta Isaías, sostuvo que “el Señor ha venido a evangelizar a los pobres, a liberar a los cautivos y oprimidos, a sanar los corazones afligidos, anunciar el júbilo de la salvación”. Y de estas palabras el Arzobispo de Montevideo aseguró que “Uruguay necesita una campaña de amor. No de un slogan, sino que este es el centro de la vida sacerdotal, la caridad pastoral, el corazón del Buen Pastor. Estamos hechos para amar y el celibato es una opción para amar más y a más personas, no para solucionarnos la vida”.

Para el Card. Daniel Sturla “estamos llamados a afrontar con coraje la dimensión misionera de nuestra vida apostólica y a tener en el corazón las vocaciones diaconales, sacerdotales y religiosas. Esa es hoy nuestra campaña de amor”.

Quiso recordar también a los sacerdotes de diferentes carismas y agradeció a quienes han venida a Uruguay desde el extranjero para seguir su misión. Sobre la vida sacerdotal de la arquidiócesis sostuvo “somos pecadores en camino, pero al estar hoy aquí, manifestamos el amor a nuestra vocación y este obispo siente en el alma el gozo por su clero, y los testimonios tan hermosos que se escuchan de él”.

También compartió lo que entiende como algunas virtudes que adornan al clero de Montevideo: “austeridad de vida, sencillez de trato, cercanía con el pueblo, opción generosa de varios por estar con los más pobres, capacidad de soportar el desaliento de muchos”. “No somos cosechadores de éxitos fáciles, sino resilientes servidores del maestro crucificado”, agregó.

Y para reafirmar el concepto, el Card. Daniel Sturla comentó: “Que hay otras realidades, ciertamente; que entre nosotros también hubo escándalos, lamentablemente sí; que muchas veces nos cuesta perdonarnos, es posible; que a veces tomamos las diferencias como amenazas, también. Somos pecadores en camino. Pero allí donde sabemos unir oración y trabajo inteligente, amor a la gente y entrega apostólica con unidad en la Iglesia, es donde el Señor nos permite ver los frutos”. "Se trata de volver a escuchar el evangelio y renovar las promesas ante esta asamblea”, apuntó.

Sobre el final, quiso recordar la próximo canonización de la Madre Francisca Rubatto —que tendrá lugar el próximo 15 de mayo—, y que junto a Mons. Jacinto Vera “nos impulsan a ser misioneros, testigos de la pasión apostólica, porque fueron a buscar a las ovejas para llevarlas al redil, no esperaron a que vinieran solas”.

También hizo un llamado a los presentes a ponerse en camino en la Misión Casa de Todos, que se llevará adelante entre el viernes 22 y el domingo 24 de abril. El centro de la misión será la catequesis de niños a nivel parroquial, “no dejemos pasar la oportunidad” pidió a los presentes.

Próximas celebraciones

La Semana Santa continúa en la noche de este jueves con la Misa de la Cena del Señor, que da inicio al Triduo Pascual. La celebración que presidirá el Card. Daniel Sturla será en la Fazenda de la Esperanza, en el barrio Punta de Rieles, desde las 20 hs., y podrá seguirse —al igual que todas las celebraciones—, en vivo por el canal de Youtube de ICMtv.

Escribir comentario