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Card. Sturla: " La Misericordia que nos habla de un Amor infinito"

Se celebró la Fiesta de la Divina Misericordia

El domingo 11 de abril, segundo domingo del tiempo de Pascua, se celebró la Fiesta de la Divina Misericordia. La celebración, que el Papa san Juan Pablo II instauró, tiene como objetivo recordar al mundo entero que en Dios —infinitamente misericordioso— podemos tener plena confianza.

Este mensaje de esperanza fue revelado por el propio Jesucristo a santa María Faustina Kowalska, llamada Apóstol de la Divina Misericordia, una religiosa de la orden de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia y mística católica polaca, que vivió en las primeras décadas del siglo XX. Ha sido transmitido a través del Diario de la propia santa. La devoción está integrada por el mensaje de la Divina Misericordia, la Coronilla, la Imagen de la Divina Misericordia, la Fiesta y la Hora de la Misericordia (las 15, que se considera la hora de la muerte de Jesús).

Festejos en Montevideo

Este domingo se celebró la Fiesta de la Misericordia en la Parroquia Santa María de la Ayuda, presidida por el Cardenal Daniel Sturla, junto a los presbíteros Raúl González y Rubén Strina —ambos pertenecientes a la Compañía de Jesús—, con una participación reducida de fieles, respetando el aforo sanitario, pero seguida por muchas personas a través del canal de YouTube de la Pequeña Obra de la Divina Misericordia, y la retransmisión por el canal web de ICMTV. La Celebración comenzó pasadas las 15 hs y fue precedida por una emotiva adoración eucarística animada por jóvenes.

El Card. Daniel Sturla comenzó la homilía haciendo referencia a que le hubiera gustado celebrar está tradicional fiesta en el Cerro, porque desde la cima “se ve todo Montevideo y Jesús Misericordioso bendice la ciudad en cada segundo domingo de Pascua, y esperemos que sea siempre, allí donde confiamos que podamos construir el Santuario de la Misericordia”

Más adelante hizo mención a que: “el corazón abierto de Cristo es la fuente de vida de la Iglesia y por lo tanto la fuente de los sacramentos de la Iglesia. Estos sacramentos hacen que lleguen a nosotros hoy, la Misericordia de Dios. Esa Misericordia que nos habla de un Amor infinito, de un Dios que nos quiere no porque seamos fantásticos, unos fenómenos, unos genios, sino que nos quiere precisamente en nuestra miseria, en nuestra fragilidad, y nos quiere a nosotros, aunque seamos pecadores. Y acá entra esa distinción fundamental que Cristo realizó en su momento —y que la Iglesia ha hecho a lo largo de la historia y que hoy nos lo recuerda de modo patente el Papa Francisco—: una cosa es el pecado y otra cosa es el pecador.”

La mirada de Dios

El Arzobispo de Montevideo continuó su homilía diciendo que esta conciencia de ser necesitados del perdón y la misericordia de Dios, “nos abre la mirada hacia nuestros hermanos, una mirada llena de amor y de misericordia, que sea reflejo de la mirada de Dios. Y por eso también hoy nosotros experimentamos la necesidad del compromiso, para acercarnos a las miserias de la pobreza, de la violencia, pero a esa terrible miseria que se va colando por aquí y por allá, que es la falta de sentido de la vida, y que lleva ,en un momento de dificultad y de oscuridad como el que vivimos, a tantos a la desesperación e incluso a pensar en quitarse la vida. Confiemos en la misericordia de Dios”.

Al finalizar la homilía, el Cardenal Sturla recordó el mensaje del Papa Francisco de ese domingo, donde recalcaba la importancia del saludo evangélico de Jesús Resucitado: “La paz con ustedes”. “Jesús le da una paz que no les quita los problemas del medio, sino que les infunde confianza desde dentro, es la paz del corazón. Esa es la que le pedimos hoy al Señor, en esta Fiesta de la Misericordia Divina: “Danos Señor tu Paz, que podamos confiar totalmente en ti y en tu Amor, que nos confiemos a la Misericordia de Dios nuestro Padre, que nos sepamos abrazos, arropados en este Amor Misericordioso de Dios, que tengamos una mirada misericordiosa a nuestros hermanos, especialmente a los que más necesitan de consuelo y de fortaleza”.

Devoción de la Divina Misericordia

Faustina Kowalska

El 30 de abril del año 2000, el Papa Juan Pablo II canonizó a Santa Faustina Kowalska, quien difundió la devoción a Jesús Misericordioso, según el mismo Hijo de Dios se lo encomendó. La mística polaca (1905-1938) fue beatificada el 18 de abril de 1993. Su memoria es el 5 de octubre.

San Juan Pablo II

La devoción de la Divina Misericordia tuvo un fuerte impulso durante el pontificado de San Juan Pablo II. La Congregación para el Culto Divino publicó, el 23 de mayo del 2000, un decreto en el que se establece, por indicación de Su Santidad, la Fiesta de la Divina Misericordia el segundo domingo de Pascua.

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