No comments yet

A los pies del Señor

Se inauguró una capilla de adoración en la Parroquia San Ignacio
Adoradores en la capilla de la Parroquia San Ignacio./ Fuente: Federico Gutiérrez

En la Parroquia San Ignacio, en Villa Dolores, se inauguró una capilla de adoración. Es la segunda de su tipo en la Arquidiócesis de Montevideo. Para saber más sobre el proceso que llevó a construir esta capilla dialogamos con el párroco, el jesuita Ignacio Rey Nores, y dos referentes laicos de la comunidad, Alejandra Casas y Pablo Rosa.

Una comunidad en obra

La pandemia, ese episodio que marca y marcará a la humanidad de varias generaciones, fue el factor determinante para poner en marcha el proyecto de construir una capilla de adoración en la Parroquia San Ignacio. Si bien hace un par de años se había propuesto en una asamblea parroquial, fue el tiempo de distanciamiento social y la imposibilidad de celebrar Misa con los fieles lo que impulsó la concreción del proyecto.

El lugar elegido para construir la capilla fue un salón ubicado sobre el sector derecho en la entrada del templo. Originalmente e era el baptisterio, que después se transformó en el lugar para la venta económica parroquial. Ese espacio necesitaba mejoras y acondicionamiento para la nueva función. “Ni bien se pudo, empezamos a pintar y arreglar. Fueron horas y horas de trabajo. Después vino un arquitecto que dio algunas recomendaciones de cosas que se podían hacer, y cosas que faltaban. Fue todo a pulmón”, comenta el P. Rey Nores.

Con el paso de los meses la nueva capilla estaba pronta. Allí comenzó un segundo desafío, ¿cómo adornar el lugar? “No teníamos un peso, y con el tema de la pandemia estábamos con un déficit importante”, señala el párroco. Pero en ese momento actuó la Providencia; “yo había visto un retablo en el sótano de las Esclavas, en la época en que trabajaba con ellas, y lo pedí como donación. Después de pedirle permiso a su provincial dijeron que sí, porque era para una capilla de adoración”, relata el párroco. Fueron días de intenso trabajo, “había que ir a buscarlo, desarmarlo, traerlo, volver a armarlo. José, que trabaja acá, le dedicó muchísimo esfuerzo y quedó muy bien. Pero ahí también estuvimos lijando, pintando. No pensé que fuese a quedar tan lindo”, señala.

Momento de decidir

El 19 de junio comenzaron las celebraciones religiosas con presencia de fieles. Con aforo limitado en las misas y sin posibilidad de realizar otro tipo de reuniones masivas, se iba acercando el tiempo de las fiestas patronales. Pero con la nueva normalidad surgió la pregunta: ¿qué hacemos para la fiesta de San Ignacio?

Es en ese momento apareció otra duda en la comunidad, "¿y si inauguramos la capilla?". La respuesta fue un categórico sí. “Le mandamos una carta al cardenal con la posibilidad de inaugurar y él dijo 'Sí, como no. Voy tal día". Y ahí nos dimos cuenta de que era para 'ya'. Faltaban unos 20 días, la capillita estaba lista pero no teníamos nada más”, relata el sacerdote.

“Pusimos la imagen del Sagrado Corazón que tiene un Pax Christi. Teníamos que buscar algo para el sagrario y se optó por poner un altar, que aunque fuese enorme entró en la capilla”, añade. Otro dato providencial fue la imagen de María que se encontró para acompañar a los adoradores; una figura de la Virgen de la Asunción.

Es así como el día 2 de agosto, en el marco de las celebraciones por las fiestas ignacianas, el Card. Daniel Sturla bendijo el nuevo confesionario y la nueva capilla de adoración. Casi dos semanas después, el día 15 de agosto, Fiesta de la Asunción de la Virgen María, comenzó a funcionar como lugar de adoración.

Las gracias recibidas son impresionantes

Desde el primer momento, el párroco y la comunidad de San Ignacio fueron a buscar asesoramiento. Para esto tuvieron reuniones con el P. Marcelo Marciano y el equipo que había construido la capilla de adoración perpetua en la Parroquia María Reina de la Paz, que ya lleva dos años de funcionamiento. “Al principio de las charlas con el P. Marcelo nos parecía exagerado cuando nos decía: 'Va a girar todo en torno al Santísimo, esto aumenta la comunidad y va a traer vocaciones'. No la veíamos tan así, o capaz que lo veíamos más a futuro”, recuerda Pablo Rosa, laico de la comunidad de San Ignacio. Sin embargo, confiesa que “hoy, a un poco más de 10 días de haber arrancado, las gracias recibidas son impresionantes”. Para Pablo, el Espíritu Santo actuó ostensiblemente porque los tiempos se fueron dando mucho más rápido de lo esperado. “Sorprende cómo se unió la gente de la comunidad y de fuera, eso es lo que más nos llena. También personas migrantes se han acercado y personas que vienen a la olla. El corazón de toda la pastoral es Cristo mismo y es lo que nos va a dar fuerzas para seguir adelante”, comparte.

Hay necesidad de adorar al Señor

Para Alejandra Casas, integrante de la comunidad, una de las cosas que más les preocupaba era la organización de la capilla de adoración. “Al principio pensábamos cómo lo íbamos a plantear. Entonces diseñamos un organigrama, donde en el primer escalón está el párroco, después el coordinador general (que es Pablo), coordinadores para cada turno, capitanes para cada hora y los adoradores. A su vez las personas que forman estos equipos son adoradores también”, explica.

En este momento la capilla funciona 12 horas al día, de 7 de la mañana a 19 horas. En opinión de Alejandra, “hay una gran necesidad de adorar, de estar con el Santísimo”. Y agrega, “en una semana ya había mucha gente anotada. También gente que quería ayudar en la comunidad. Fue un proyecto que colmó todas las expectativas. Y si bien hay alguna hora que todavía no ha sido cubierta, casi todos los días tenemos las 12 horas con sus respectivos adoradores”.

¿Cómo inscribirse?

Los interesados en tener más información o en inscribirse para adorar en la capilla de San Ignacio pueden hacerlo a través del link en el página de Facebook de la parroquia. También mediante mensaje al Whatsapp 094407754.

Escribir comentario