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Ecos del Tercer Foro Dios, Pensamiento, Cultura

Aproximación a posiciones de José Enrique Rodó ante Dios.

Con la participación de destacados expertos, el 12 de octubre tuvo lugar el 3er. Foro Dios, pensamiento, cultura organizado por la Comisión de Cultura y Diálogo con los no creyentes de la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU),  sobre el tema “Rodó y Dios. Aproximación a posiciones de José Enrique Rodó ante Dios”.

En las dos mesas de debate que se organizaron, los ponentes coincidieron en que Rodó tenía una espiritualidad profunda, por lo menos con un sustrato o trasfondo católico y, desde diversos abordajes, se refirieron a esa búsqueda o inquietud.

Participaron en el foro como expositores: el Prof. Gustavo San Román, la Pbra. Dra. Mirtha E. Coitinho, el Mag. Horacio Bernardo, la Dra. Esc. Laura Álvarez Goyoaga, el Dr. Romeo Pérez Antón, la Dra. Susana Monreal, Mons Dr. Alberto Sanguinetti y el Prof. Ramiro Podetti, moderados por el periodista Jaime Clara.

 

“Rodó y la religión: una relación difícil de encasillar”

El profesor Gustavo San Román realizó la exposición principal de la primera mesa donde presentó cuatro aspectos sobre Rodó: su contacto temprano y profundo con la Iglesia Católica (a través de su madre y hermanas en su infancia y primera juventud); respeto por grupos intelectuales que daban una función clave al cristianismo liberal en su concepción de la sociedad que querían inspirar (colorados de la Defensa y los principistas); sus declaraciones sobre el tema de la religión en escritos públicos y privados, y sus preocupaciones sobre el tema en sus últimos escritos en los meses que pasó en Europa antes de morir. San Román concluyó entonces que, si bien es muy difícil encasillar a Rodó, por las evidencias no se puede afirmar que era ateo. “La impresión que surge de estos datos es la de un hombre seriamente preocupado por el sentimiento religioso. ¿Qué rótulo darle? No lo sé con precisión, pero me parece que términos como ‘laico’ o ‘agnóstico’ no son apropiados. Quizás la mejor manera de expresar esta relación es evitando las definiciones rígidas”, subrayó.

“La prensa de la juventud metodista del 900 y un escrito de Rodó”

La Pbra. Dra. Mirtha E. Coitinho trazó los debates con Rodó desde el periódico de la juventud metodista “La Atalaya” por su postura en “Jacobinismo y Liberalismo”. Uno de los argumentos esgrimidos por los columnistas contra Rodó es que veía a Jesús como hombre ejemplar y no como Dios. También hizo referencia a las coincidencias con su pensamiento en lo que respecta a ideales, valores y la necesidad de la construcción social en base a ellos.

“La filosofía agnóstica de Rodó”

Para el Mag. Horacio Bernardo aun cuando Rodó fue un admirador del cristianismo, su filosofía es agnóstica, “lo que no quita que pueda tener una profunda espiritualidad”. ¿Cómo a partir de ese agnosticismo logra esa profundidad? Según Bernardo, Rodó apela al ideal y al sentimiento, dos elementos o mecanismos que permiten un discurso fuertemente espiritual pero que no lo compromete con una religión positiva. Para desarrollar esta tesis, el Mag. Bernardo utilizó los conceptos de ideal, de vocación y de caridad, porque tienen impronta religiosa, mostrando una utilización y resignificación dada por Rodó como construcciones desde el individuo y la sociedad y no desde sus significados religiosos, logrando hablar desde un lenguaje cristiano de conceptos no cristianos.

“Las Parábolas – implicancias de un modelo estilístico”

La Dra. Esc. Laura Álvarez Goyoaga efectuó su abordaje del tema desde las perspectivas de la lingüística, la semiótica y la estilística. Desde esas miradas observó en Rodó la utilización consciente y voluntaria de las parábolas, como estilo bíblico, según prologuistas como José Pereira Rodríguez y Juana de Ibarbourou,  lo que también podría estar evidenciando su cosmovisión de sustrato cristiano.

“La Identidad Religiosa de José Enrique Rodó”

La segunda mesa fue abierta por el Dr. Romeo Pérez Antón quien sostuvo que la religiosidad de Rodó es una cuestión de difícil abordaje, cuya dilucidación no se ha alcanzado todavía y que no se puede llegar a una conclusión solamente con textos publicados, cartas o íntimos, sin leer la vida, los comportamientos y en especial en los momentos decisivos. ¨No hay un credo de Rodó, tampoco un non credo”, afirmó. Seguidamente sostuvo que se ha analizado poco la correspondencia con Unamuno donde señaló que “su fe es mi fe”.

Destacó que nadie afirmó que abrazara el ateísmo en algún momento, y consideró forzado el deísmo. Recorriendo parte de su obra, Pérez Antón señaló que la ordenación de sus escritos y comportamientos parecen indicar una búsqueda con dirección de retorno a la Iglesia Católica que no se consumó.

Hacia el final de su exposición señaló que no se ha prestado suficiente atención a los escritos últimos de Rodó: los que envió desde Europa y los que quedaron en su escritorio y fueron publicados en 1932, donde en “Los últimos motivos de Proteo” señala que Glauco, personificación de la Grecia clásica, no le domina el alma porque hay una vertiente que llega al alma desde la compasión.

“En nombre de la caridad”

Seguidamente, la Dra. Susana Monreal, con el título de su ponencia “En nombre de la caridad”, analizó el papel del concepto en su obra, como algo permanente que trasciende el “Jacobinismo y liberalismo”, ya desde su infancia cuando realizó sobre el tema un escrito para la escuela. “El concepto de caridad parece acompañar a Rodó en toda su vida” y “él ha sido un conductor de almas”, aseveró. Monreal también se refirió al culto de Rodó por el ideal de belleza asociado a Dios en algunos escritos en diferentes momentos de su vida ,y su referencia a Jesús como redentor del mundo en “Motivos de Proteo”. Por último, la historiadora subrayó que si bien el concepto de filantropía fue utilizado por liberales y masones en la segunda mitad del siglo XIX en lugar del de caridad, por su raíz cristiana nunca fue utilizado por Rodó.

“Rodó y el Dios niño”

Por su parte, Mons. Dr. Alberto Sanguinetti, obispo responsable de la Comisión de Cultura de la CEU, organizadora del evento, analizó en su exposición el escrito “El niño Dios”. Inició su intervención afirmando que Rodó era un católico hereje en el entendido de que los herejes toman un aspecto de la fe y lo separan del resto. Según el obispo, en la obra citada, Rodó usa una terminología ortodoxa católica y en el primer cuadro de Dios-niño hace una reflexión teológica con analogías al libro de la Sabiduría.

Mons. Sanguinetti entiende que Rodó tenía “una fe con combates”, y sabía que la fe católica “implicaba la totalidad y él no podía con ella”.

En el segundo cuadro, sobre la vida perdurable de los animales, su herejía reside en poner la sensibilidad sobre la razón y no diferenciar a los humanos de los animales. El tercer cuadro, la conversión del lobo, en donde Rodó habla del cuerpo divino de Jesús, la herejía está en que la conversión es por virtud del lobo y no por la gracia.

“Rodó y los debates sobre los honores a tributar a la Iglesia nacional”

El Prof. Ramiro Podetti señaló que su exposición reforzaba y agregaba consistencia a lo dialogado, centrándose en los debates sobre los honores a tributar por parte de las fuerzas armadas a la Iglesia Católica y el discurso de Rodó en 1909 en contra de derogar los honores. La argumentación de Rodó se basó en que la Constitución de 1830 establecía la religión católica por lo que consideraba que, al no configurar dichos honores una violación a otros derechos, se caía en un acto de hostilidad vano y ocioso. Asimismo, manifestó que hay una argumentación con base en la fe católica al adherir Rodó a la separación de la Iglesia y el Estado porque con ella la Iglesia recuperó su libertad de acción y decisión según la enseñanza evangélica “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Luego, en el intercambio final, el prof. Podetti planteó si no será necesaria una nueva lectura de Rodó en general, “una lectura desapasionada en este cambio de época”.

Al cerrar las exposiciones de cada mesa hubo una rueda de comentarios guiados por el periodista Jaime Clara.

 

Crónica publicada en el portal de la Conferencia Episcopal del Uruguay

Fotos: Federico Gutiérrez 

 

 

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