La parroquia Nuestra Señora del Carmen volvió a celebrar su fiesta patronal. Acompañados por los Heraldos del Evangelio, su comunidad festejó —como en cada 16 de julio— a la Virgen del Carmen. Esta advocación de la Virgen María es, precisamente, la que lleva por nombre el templo.

Para la ocasión, se organizó un extenso cronograma, que incluyo una procesión por los alrededores de la parroquia, un rosario meditado y una Santa Misa, presidida por Mons. Luis Eduardo González.

ICM comparte el siguiente fotorreportaje, a partir del registro fotográfico a cargo de Romina Fernández.

La primera actividad de la jornada estaba marcada para las dieciséis horas, pero antes de su inicio ya habían fieles rezando dentro del templo. La fiesta patronal colmó los bancos de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, tal como se esperaba.

Los fieles partieron en procesión desde la Avenida 18 de julio, en un recorrido opuesto al que realizó la comunidad durante la procesión de Corpus Christi. En este caso, caminaron hacia Vázquez, doblaron por Colonia y continuaron allí hasta Carlos Roxlo, para retornar a la principal avenida y volver al templo.

Carmelo era el monte en el que numerosos profetas rindieron culto a Dios. Entre ellos los principales fueron Elías y su discípulo Eliseo, quienes practicaron la oración, la penitencia y la austeridad. Esta tradición se continuó en los siglos III y IV, por hombres cristianos que siguieron el modelo de Jesucristo y que de alguna forma tuvieron al mismo Elías como patrón. A mediados del siglo XII, un grupo de devotos de Tierra Santa procedentes de Occidente, decidieron instalarse en el mismo valle que sus antecesores y escogieron como patrona a la Virgen María

Allí construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo. Quisieron vivir bajo los aspectos marianos que salían reflejados en los textos evangélicos: maternidad divina, virginidad, inmaculada concepción y anunciación. Estos devotos que decidieron vivir en comunidad bajo la oración y la pobreza, fueron la cuna de la Orden de los Carmelitas, y su devoción a la Virgen permitió que naciera una nueva advocación: Nuestra Señora del Carmen.

Como en cada 16 de julio, los fieles de la comunidad volvieron a rezar por su patrona. Una vez culminada la procesión —en la que más vecinos se sumaron a la celebración— se realizó un espacio de oración meditada, dentro del templo.

La Santa Misa estuvo presidida por Mons. Luis Eduardo González, obispo auxiliar de Montevideo, quien habitualmente se encuentra celebrando en la parroquia de la Asunción y San Carlos Borromeo. Como novedad, la misa estuvo acompañada por la imposición de escapularios.

Los escapularios son piezas de devoción, en este caso, sobre la Virgen del Carmen. Para recibirlos, los fieles se anotaron previamente con la secretaría parroquial. Antes de finalizar la misa, se los distribuyó en tres grupos de veinte personas aproximadamente, y se los llamó para entregarles el objeto de oración.

Por: Leandro Lia

Redacción ICM