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Cardenal Sturla: "La laicidad como pluralidad de expresiones es positiva"

El cardenal celebró la Misa de Nochebuena y ahondó en el concepto de la "Navidad con Jesús"
Cardenal Daniel Sturla / Fuente: Gabriela Gómez

El pasado sábado 24 de diciembre, en la Catedral Metropolitana, se celebró la misa de Nochebuena. Luego de la eucaristía, presidida por el Cardenal Sturla, se realizó una cena de Navidad para la gente que pasaba sola en la zona de Ciudad Vieja.

La urgencia de manifestar a Dios

El Cardenal Daniel comenzó la homilía diciendo que como Iglesia “hemos hecho una campaña con la que hemos querido poner a Jesús en el centro de la fiesta. Tan sencillo como eso.... que en Montevideo se sintiera la Navidad con Jesús”. Todas las iniciativas de la campaña han “querido ser una forma de decir “dejémonos de celebrar el cumpleaños de alguien sin su presencia. El cumpleaños sin el cumpleañero”. “Y también manifestemos nuestro ser cristiano” subrayó.

El Arzobispo de Montevideo llamó a los católicos a salir al encuentro “No nos quedemos entre nosotros, introyectando dentro nuestro ese balde laicista que hace cien años le han puesto a este país, con un dogma que es que lo religioso, si es católico sobre todo, tiene que quedar en el ámbito de la conciencia individual. Esa es la negación del cristianismo, porque el cristianismo es buena noticia que se anuncia y que se vive. Es buena noticia expansiva por su propia naturaleza”.

Refiriéndose al Evangelio de la misa, el Cardenal Daniel Sturla recordó una frase de san Ambrosio : “La virgen estaba apurada por la intensidad de su alegría.” Comentó que “Esta es la urgencia que tuvieron los apóstoles, este es el impulso que tenían los cristianos que vinieron acá hace 500 años a anunciar el Evangelio. Esa es la manifestación impresionante que fueron nuestras misiones de los jesuitas hace 400 años, fundando en el norte de lo que hoy es Uruguay, y de los franciscanos en Villa Soriano”.

La luz de Cristo está cerca

El Arzobispo también hizo mención a la lectura del profeta Isaías “en medio de las tinieblas ha brillado un gran luz.” Mencionó que “en estas semanas he visitado las cárceles, COMCAR tres veces, el CNR Cárcel de Mujeres y Punta de Rieles, he visto como de la oscuridad de ese lugar de encierro tan doloroso, con tantos jóvenes uruguayos allí, la luz del Señor es capaz de dar fuerza y energía para salir adelante”.

Más adelante, el Cardenal Daniel Sturla anunció que muchos jóvenes católicos estaban o iban a salir de misión por muchas zonas de la capital y se reflexionó “Expresan lo que es el cristianismo, buena noticia que se expande y buena noticia que transforma. Transforma los corazones, pero también da el motor para transformar las mismas sociedades”. Acotó que “el cristianismo al que tanto se le achaca, por heridas y problemas que ha podido dejar, sin dudas, por error de sus hombres, es la más grande empresa de caridad, de promoción del hombre y de su dignidad, que ha existido en la historia de la humanidad. Y que sigue presente”.

El Arzobispo también subrayó que para ver la obra de la Iglesia “no hay que ir a no sé que lugares del mundo a verlo. Basta verlo acá en el Uruguay, basta verlo en Montevideo. Diría que hasta basta con ver la cena que hay preparada en el atrio de la Catedral, para aquellos que están solos o no tienen la posibilidad de una rica cena de Navidad, la que compartiremos después de la misa con aquellos que están solos aquí en la Ciudad Vieja”.

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Vale la pena ser cristiano

El Cardenal Daniel Sturla dijo que “vale la pena ser cristiano. Y el cristianismo es lo más grande que le ha pasado a la humanidad. Que Dios y el hombre se hayan encontrado. Porque Dios creador ha querido venir a salvar, a rescatar, a liberar, a iluminar al ser humano”. Animó a los fieles cristianos a tener valentía a la hora de anunciar a Jesús, “porque ahí sí recibiremos algún palo, pero es precisamente cuando salimos y anunciamos, cuando es un tema nuestro de cada día. ¿Cómo anunciar a Cristo en mi familia, en mi gente cercana, en la sociedad uruguaya. ¿Queremos invadir? No. Queremos ser instrumentos de la salvación de Dios”.

El Arzobispo de Montevideo dijo que “es cierto que en el Uruguay plural, democrático y laico, somos una minoría los católicos practicantes que militamos”, pero “no queremos ser la minoría del achique, la minoría cobarde, la minoría que se queda tranquila y adormilada. Queremos ser gente de empuje, llenos de alegría por nuestra condición de cristianos, con el deseo de contagiar a otros”.

Culminó la homilía rezando y pidiendo “Gloria a Dios en el Cielo, y paz en la tierra a los hombres amados por el Señor. Que nos llenemos de alegría en esta navidad y que esta intensidad de la alegría, como a la Virgen Santísima, nos de el deseo de salir a anunciar y llevar a Jesús a todas partes”.

Ecos de la homilía

Luego de la Misa, hubo algunas repercusiones sobre las palabras del Cardenal Daniel Sturla en la homilía del sábado. Consultado por Subrayado, el Arzobispo dijo “estamos en una sociedad plural, libre, democrática. Me parece natural que alguna crítica haya. Pero también he recibido muchos comentarios en positivo. Bendito sea Dios, y que Dios bendiga a todos, a los que están a favor y a los que están en contra”.

A su vez, el Arzobispo valoró la laicidad y distinguió “una cosa es la laicidad, que es positiva, entendida como pluralidad de expresiones en la sociedad libre y democrática. Eso es muy positivo. Es muy positivo que la iglesia y el estado estén separados y que cada uno tenga su marco propio de acción...lo que nosotros decimos que es negativo, es ese laicismo secularizador, que pretendió descristianizar el país, con cosas que chocan”. Como ejemplo dijo que “debe ser el único país del mundo donde la Navidad, no se llama Navidad oficialmente. Creo que es parte de una realidad que le hizo daño al Uruguay, porque lo alejó de sus raíces.”

Por su parte, el Cardenal Daniel Sturla estuvo esta mañana en Desayunos Informales, de Canal 12. Sobre la polémica creada por la concepto “balde laicista”, dijo que lo pronunció “ En el sentido de un dogma que el laicismo secularizador uruguayo de algún modo le impuso al país. Y que fue que lo cristiano, sobre todo si es católico, tiene que quedar en el ámbito de la conciencia individual y que “eso lo tenemos introyectado muchos católicos también”.

El Arzobispo enfatizó que “todas las ideas quieren comunicarse. Y todas las que tienen un sentido universal como el cristianismo quieren ser comunicadas a otros. Entonces eso de que lo cristiano deben quedar en el ámbito de la conciencia individual, que es como un dogma del laicismo secularizador uruguayo, eso es el balde en la cabeza”.

 

Homilía completa de la Misa de Nochebuena

Venir con el celular para el sermón de Navidad no parece lo más adecuado. Pero, ¿por qué? Porque uno de los cientos de mensajes que he recibido, entre Whatsapp, mensajes de textos y Facebook, dice así: “A mí también me emociona abrir la ventana y ver balconeras. Y caminar por Montevideo y verlas por todos lados. Gracias.” Y por qué arranco por aquí. Porque nosotros a lo largo de este tiempo del Adviento, en Montevideo, y desde aquí difundiéndose a otras partes del país, hemos hecho una campaña con la cual hemos querido poner a Jesús en el centro de la fiesta. Tan sencillo como eso.

Hemos querido realmente que en Montevideo se sintiera la Navidad con Jesús. Y a través del Rosario de la Aurora, o el gesto de misericordia, o la bendición de los niños Jesús de nuestros pesebres, a través de las balconeras, como la oración para hacer en familia esta noche o mañana; todo eso ha querido ser una forma de decir “dejémonos de celebrar el cumpleaños de alguien sin su presencia. El cumpleaños sin el cumpleañero”. Y también manifestemos nuestro ser cristiano.

No nos quedemos entre nosotros, introyectando dentro nuestro ese balde laicista que hace cien años le han puesto a este país, con un dogma que es que lo religioso, si es católico sobre todo, tiene que quedar en el ámbito de la conciencia individual. Esa es la negación del cristianismo, porque el cristianismo es buena noticia que se anuncia y que se vive. Es buena noticia expansiva por su propia naturaleza. Desde el anuncio de los ángeles a los pastores hasta hoy, el cristianismo se realiza en la medida en que los que somos cristianos compartimos la buena noticia de la Salvación.

Hoy nos ha nacido el Salvador, hoy nosotros queremos tener el mismo impulso y ardor apostólico de María y los Apóstoles. En esta semana, en la oración de lo que se llama el Oficio de lecturas de la Liturgia, que rezamos los sacerdotes durante cada día, hay una frase de San Ambrosio que me enamoró, referida a la Virgen Santísima. Cuando, como dice el Evangelio de Lucas, Después del anuncio que había tenido de que iba a ser la Madre del Salvador, y que su prima Isabel, a pesar de ser estéril y anciana, estaba esperando un niño. María, dice el Evangelio, "salió con prisa a visitar a su prima".

Y san Ambrosio tiene esta frase que a mí me encantó. Dice San Ambrosio: “La Virgen estaba apurada por la intensidad de su alegría.” Miren que bonito. La alegría que sentía la Virgen le daba apuro, urgencia, de comunicar, de llegar, de encontrarse. Esta es la urgencia que tuvieron los apóstoles, este es el impulso que tenían los cristianos que vinieron acá hace 500 años a anunciar el Evangelio. Esa es la manifestación impresionante que fueron nuestras misiones de los jesuitas hace 400 años, fundando en el norte de lo que hoy es Uruguay, y de los franciscanos en Villa Soriano.

Es el anuncio apostólico, que llena de alegría, que hace que uno vaya, como me tocó el sábado pasado, al pesebre viviente del Cottolengo Femenino “Don Orione”y dice acá se toca a Dios con las manos.

Pero es también la luz, de la que hablaba el profeta Isaías en la primera lectura. “en medio de las tinieblas ha brillado un gran luz.” Cuando en estas semanas he visitado las cárceles, COMCAR tres veces, el CNR Cárcel de Mujeres y Punta de Rieles, he visto como de la oscuridad de ese lugar de encierro tan doloroso, con tantos jóvenes uruguayos allí, la luz del Señor es capaz de dar fuerza y energía para salir adelante.

Y en esta semana una misión de jóvenes en Puntas de Manga, y la semana próxima, a partir del 26 de diciembre, misiones de jóvenes católicos en el Cerro, en el Borro y en Colón. Y tantas otras. ¿Qué expresan? Expresan lo que es el cristianismo, buena noticia que se expande y buena noticia que transforma. Transforma los corazones, pero también da el motor para transformar las mismas sociedades. Las utopías que querían transformar el mundo cayeron en la nada o dejando atrás desgracia, opresión y muertes.

En cambio el cristianismo al que tanto se le achaca, por heridas y problemas que ha podido dejar, sin dudas, por error de sus hombres, es la más grande empresa de caridad, de promoción del hombre y de su dignidad, que ha existido en la historia de la humanidad. Y que sigue presente. Y no hay que ir a no sé que lugares del mundo a verlo. Basta verlo acá en el Uruguay, basta verlo en Montevideo. Diría que hasta basta con ver la cena que hay preparada en el atrio de la Catedral, para aquellos que están solos o no tienen la posibilidad de una rica cena de Navidad, la que compartiremos después de la misa con aquellos que están solos aquí en la Ciudad Vieja.

Es decir, vale la pena ser cristiano. Y el cristianismo es lo más grande que le ha pasado a la humanidad. Que Dios y el hombre se hayan encontrado. Porque Dios creador ha querido venir a salvar, a rescatar, a liberar, a iluminar al ser humano. Y que en este encuentro nosotros por pura gracia, no solamente lo conocemos sino que lo disfrutamos, porque nos acercamos al perdón de Dios, porque venimos a comulgar y queremos llevar una vida cristianas. Porque sabemos que no estamos solos, porque disfrutamos de nuestro ser cristiano, pero lo haremos realidad, no en la medida de que nos quedemos en nuestro rinconcito católico en el nadie nos molesta, siempre y cuando no asomemos un poco la nariz. Porque ahí sí recibiremos algún palo, pero es precisamente cuando salimos y anunciamos, cuando es un tema nuestro de cada día. ¿Cómo a anunciar Cristo en mi familia, en mi gente cercana, en la sociedad uruguaya. ¿Queremos invadir? No. Queremos ser instrumentos de la salvación de Dios.

Porque no se trata de que seamos exitosos. Alguno preguntó esta semana, de parte de un órgano de prensa de Montevideo, ¿cuál es la agencia de publicidad que los ha asesorado? Ninguna, ha sido el Espíritu Santo que nos ha inspirado el tratar de promover. Obviamente poniendo corazón y cabeza, tratar de promover que Jesús, el Niño Dios, tenga el lugar que le corresponde en la Navidad. Y si es cierto que en el Uruguay plural, democrático y laico, somos una minoría los católicos practicantes que militamos, no queremos ser la minoría del achique, la minoría cobarde, la minoría que se queda tranquila y adormilada. Queremos ser gente de empuje, llenos de alegría por nuestra condición de cristianos, con el deseo de contagiar a otros.

Gloria a Dios en el Cielo, y paz en la tierra a los hombres amados por el Señor. Que nos llenemos de alegría en esta navidad y que esta intensidad de la alegría, como a la Virgen Santísima, nos de el deseo de salir a anunciar y llevar a Jesús a todas partes.

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