Distintos medios se han hecho eco del nombramiento del Padre Cacho como Siervo de Dios.
El domingo 19 de febrero se proclamó como Siervo del Dios al Padre Cacho, este fue el primer paso en el proceso de canonización. En este marco, el Cardenal Daniel Sturla brindó, el lunes 20 de febrero, una entrevista al programa Esta boca es mía que se emite por canal 12. ICM reproduce algunos fragmentos de la entrevista realizada por la comunicadora Victoria Rodríguez.
La primera pregunta que le realizó Rodríguez al Arzobispo de Montevideo fue el tiempo que insumiría el proceso de canonización del Padre Cacho. El Arzobispo contestó que “puede llevar muchos años. Pensemos que Mons. Jacinto Vera murió en el año 1881 y ha sido declarado Venerable hace poco”. De todas formas aclaró “que en el caso del Padre Cacho podrá ser más rápido por una sencilla razón: vive mucha gente que lo conoció y sin duda va a testimoniar en el proceso que ahora se inicia”.
Para el Cardenal Daniel Sturla un dato importante es que “el tribunal se constituirá el mes de marzo, y tomará bajo juramento declaraciones a personas que lo conocieron y que puedan hablar de la vida del Padre Cacho”.
“Una vocación particular: un hombre santo”
Si bien surgió la pregunta por los milagros que se necesitan para la futura beatificación, y más adelante la canonización, el Arzobispo de Montevideo recalcó que “Lo más importante es el análisis de su vida, sus escritos y los testimonios”. En cuanto a los milagros, sostuvo “que son como una confirmación de parte del Cielo de la santidad de una persona, que se da a través de esas oraciones, que siempre van dirigidas a Dios, por la intercesión en este caso del Siervo de Dios Padre Cacho”.
Más adelante, la periodista Victoria Rodríguez preguntó por qué no surgían más personas como el Padre Cacho dentro de la Iglesia. El Cardenal Daniel Sturla reflexionó que “Si uno va al barrio donde concretamente trabajó el Padre Cacho, o sea toda la cuenca de Casavalle, antes y ahora ve una cantidad de religiosos y religiosas, laicos y laicas que dan su vida”.
El Arzobispo de Montevideo afirmó que “Hay muchas obras y mucha gente. Lo que pasa es que lo de Cacho tiene un carácter excepcional , una vocación muy particular: un hombre santo.” También puso en evidencia un aspecto que muchas veces se olvida a la hora de hablar de la vida cristiana “él se fue a vivir al barrio, pero más allá del gesto está el sentido profundo de fe con él que fue. Fue a encontrar a Dios entre los más pobres, convencido en que allí lo iba a encontrar. La experiencia de Cacho es una experiencia mística, podríamos decir. Una experiencia profundamente religiosa, y por eso con un servicio auténtico a los más pobres”.
«El carisma lo tenía revestido de humildad y sencillez»
El Cardenal Daniel Sturla entiende que “su tipo no era el de líder carismático; el carisma lo tenía revestido de humildad y sencillez”. Y subrayó que en el Padre Isidro Alonso hubo “una acción de Dios muy grande. Hay figuras que son excepcionales, justamente por eso es que la Iglesia hace este proceso de canonización”. Y reafirmó que la vida del Padre Cacho fue de “una ejemplaridad muy particular, un sentido de fe muy profundo y una entrega que rebasa lo normal de muchas personas que se entregan acá en Uruguay”.
En los últimos instante de la entrevista, la conductora del programa preguntó al Arzobispo de Montevideo, por la poca visibilidad de la fe en nuestro país y como esto repercute en la sociedad. A esto el Arzobispo respondió con una advertencia: “Uruguay tiene ahí un drama que lo afecta espiritualmente, que tiene que salir de ese drama. Estos son síntomas de una realidad que indica falta de amor a la vida. Y ese es el drama fundamental de nuestro país más allá de las problemáticas económicas…”
Para terminar, el Cardenal Daniel Sturla recordó que “Todos estamos llamados a la santidad. Y yo creo que en Uruguay hoy hay mucha gente santa. Sacerdotes y laicos que van a trabajar sabiendo que no van hacer plata, sino que a veces van corriendo algunos riesgo. Ahí hay heroicidad. La santidad es para todos, no para pocos.”
La presencia de Dios en los excluidos
También este lunes 20, en la edición central de Subrayado, que emite Canal 10, el entrevistado fue el Padre Pablo Bonavía. El sacerdote dijo no estar sorprendido, pero sí con “una gran alegría, ya que es un reconocimiento más oficial, que ya a nivel de barrio, de comunidad cristiana, lo vivíamos como algo evidente”. Aseguró que este nombramiento servirá como “un impulso para rescatar lo que significó el Padre Cacho, la brecha que abrió y preguntarnos en qué sentido podemos hacer nuestra su enseñanza”.
El párroco de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San Eugenio de La Cruz de Carrasco enfatizó que “lo que lo hizo único (al Padre Cacho) es que se animó a cruzar una frontera que a todos nos cuesta mucho. En un mundo muy fragmentado entre ricos y pobres, entre los que cuentan y los que no cuentan, él cruzó esa frontera. A mirarse, a mirar el mundo y a experimentar la presencia de Dios desde los que viven más excluidos en la sociedad”.
El Padre Bonavía consideró que el Padre Cacho tuvo “toda una trayectoria personal, en distintos lugares del Uruguay, trabajando con los sectores menos pudientes o menos considerados de la sociedad”. Esto hizo que el Padre Isidro Alonso se hiciese “una idea de los pasos que tenía que dar para no seguir con el tradicional esquema de unos son el problema y otros son la solución. Todos somos el problema y todos tenemos que ser parte de la solución”, concluyó.
“El otro necesita ser escuchado”
Por su parte, este martes 21 de febrero, el programa Desayunos Informales, que emite Canal 12, se contacto con el Padre Adolfo Amexeiras, párroco de Sagrados Corazones de Possolo.
El Padre Amexeiras recordó del Padre Cacho “su compromiso, los pasos que fue dando. Él quería encontrarse con las personas ahí donde vivían y encontrar que allí estaba Dios. Eso lo movió. Quería compartir su persona y su vida con los vecinos. Eso lo movió, del 76 al 92. Su presencia, su cercanía y su amistad con los vecinos provocaron que nacieran un montón de cosas: cooperativas de vivienda, de trabajo, trabajó con los clasificadores”.
El presidente de la Organización San Vicente dijo que el Padre Cacho “nunca se desvinculó de la Iglesia. Participaba en todas las instancias. Pero él quiso vivirlo de una manera diferente, que sintió necesario. El centro de su opción es el encuentro del otro, entender que el otro necesita ser escuchado”. Y destacó que “Él siempre decía que no venía a construir casas, sino a compartir su vida con la gente. La gente fue mostrando su deseo y sus necesidades según los momentos”.