Ante la falta de vocaciones, comienza campaña de oración y ayuno.
Este año no entró ningún joven al seminario interdiocesano Cristo Rey; el centro donde se forman los sacerdotes de todo el país. Ante esta realidad, los obispos del Uruguay propusieron realizar un año vocacional, para trabajar especialmente por las vocaciones sacerdotales y religiosas en 2024.
El encargado del área vocacional en Montevideo, el padre Marcelo Marciano, explica que no solo se trabajará con los jóvenes para acompañarlos en el proceso de discernimiento, sino que se quiere acercar esta realidad a todos los fieles, “necesitamos rezar para que el Señor mande más obreros a su mies”.
La primera propuesta que se va a lanzar es una campaña de oración y ayuno durante todo este año, “para que el Señor toque los corazones y esos jóvenes que de repente están ahí titubeando, que por la oración tuya y la mía, el ayuno tuyo y el mío, puedan dar el paso y se animen a decir sí al Señor”, manifiesta el P. Marciano.
¿Cómo es concretamente la propuesta?
Los obispos del Uruguay definieron que el año vocacional comience el Jueves Santo y culmine el domingo 10 de noviembre, día de la peregrinación a la Virgen de los Treinta y Tres. Entonces, a lo largo de todo este tiempo, habrá cada día una persona, encargada de rezar y ayunar por las vocaciones sacerdotales y religiosas. “Son 228 días, por lo que se necesitan, al menos, 228 personas, pueden sumarse más, por supuesto, y ser varios cada día”, agrega el P. Marciano.
¿Cómo se va a implementar?
Se cuenta con un número de teléfono para contactar vía WhatsApp, el 099 390 933, donde las personas pueden escribir para anotarse y sumarse a la campaña de oración y ayuno. Este teléfono será gestionado por voluntarios de Iglesia Joven. Algunos días antes del día definido, la persona recibirá un recordatorio y algunas pautas que pueden ser útiles para llevar adelante la propuesta.
¿Por qué hacer oración y ayuno?
En los evangelios, Jesús invita a rezar para que haya más obreros que trabajen por su mies: “La mies es mucha y los obreros son pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande más obreros”.
En los documentos cristianos más antiguos, se ve que los primeros creyentes ayunaban los miércoles y viernes, esos días probablemente se alimentaban solo de pan y agua.
En la carta redactada por el P. Marciano para comunicar la campaña se lee: “La Biblia nos explica los beneficios espirituales específicos del ayuno, dice que produce humildad (Salmo 69,10), nos muestra el dolor por nuestros pecados (1 Samuel 7, 6), nos ayuda a discernir la voluntad de Dios (Esdras 8, 21), es un método que nos ayuda a entrar más en la oración (Esdras 8,23), es una señal de búsqueda de una sincera conversión (Joel 2,12), entre otras cosas. El ayuno nos ayuda a desprendernos de las cosas de este mundo. Ayunamos, no porque las cosas terrenales sean malas, sino porque precisamente son buenas”.
Para el vicario de pastoral vocacional es clave el “boca a boca” para que muchas personas conozcan la propuesta y sea realmente un tiempo de oración fuerte por las vocaciones sacerdotales y religiosas, tan importantes para la vida de nuestra Iglesia.