Uruguay recibió la visita de las reliquias del fundador de las congregaciones de los Pobres Siervos de la Divina Providencia.
«Don Calabria está presente, y eso moviliza», reflexionó el P. Fernando Speranza, vicario general. Precisamente, él es uno de los responsables de que la capilla Divino Espíritu Santo, que pertenece a la Obra Don Calabria y a la Congregación Pobres Siervos de la Divina Providencia, recibiera la visita de las reliquias de su santo.
Para la ocasión, se organizó un extenso cronograma, que incluyó una recorrida por distintos puntos del país y de otros sitios de la región, en el marco de los ciento cincuenta años del nacimiento de san Juan Calabria.
ICM comparte el siguiente fotorreportaje, a partir del registro fotográfico a cargo de Leandro Lia.
Quienes frecuentan la zona de Av. Millán y Camino Lecocq, seguramente advirtieron que había algo particular en la capilla Divino Espíritu Santo. El templo, que amaneció de puertas abiertas, estaba decorado con guirnaldas —con los colores papales—, mientras que un cartel a la izquierda de la entrada destacaba los ciento cincuenta años de san Juan Calabria.
Precisamente, este nuevo aniversario de su natalicio fue el motivo para que se organizara una particular muestra, con algunas reliquias y pertenencias del santo. «En este año jubilar, en el que recordamos el nacimiento de san Juan Calabria, es especial. Estoy seguro de que es un año de gracia. Tanto para nosotros, que como obra y como familia calabriana lo estamos viviendo, como para todas aquellas personas que tienen la oportunidad de acercarse a las reliquias. Hay algo distinto y nuevo, que genera un encuentro de fe con Dios», explicó el P. Speranza.
El vicario general afirmó que es fundamental poder acercar las pertenencias de San Juan Calabria hacia distintos lugares: «El poder llevar estas reliquias a otros sitios es una misión, porque debemos compartir toda esta riqueza. Los santos no son propiedad de nadie, son un don de Dios hacia la Iglesia. Obviamente, luego se los identifica con una congregación y es ese grupo específico quien se interesa más por su historia y su legado. Nosotros sentimos que el mensaje de don Calabria no es nuestro, sino que es patrimonio de todos. Por otra parte, es movilizador ver cuando una persona se acerca a una reliquia y construye un camino de fe. Detrás de esa persona hay una historia de vida y una búsqueda, un deseo de conocer más a Dios. Es realmente impactante».
Si algo caracteriza al P. Speranza es la alegría con la que recibe a los vecinos y fieles que, o por curiosidad o por búsqueda espiritual, se acercan para conocer la muestra. «Estamos felices, porque las personas salen contentas, nos expresan su agradecimiento y nos cuentan qué cosas son las que más les impactaron. Es algo muy lindo. Por ser vicario general, estoy viviendo en casa madre, en Verona. Allá tenemos la tumba de san Juan Calabria y todas sus reliquias. Convivo con el riesgo de naturalizar esa gracia y acostumbrarse al encuentro con sus pertenencias. Estas instancias ayudan a combatirlo. Don Calabria está presente, y eso moviliza», afirmó.
La muestra no llegó por casualidad a Uruguay, sino que es parte de un recorrido por algunos de los países en los que la obra del santo está presente. El recorrido inicio en febrero y se desarrolla a partir de seis delegaciones, que son los encargados de presentar las reliquias. La agrupación responsable de nuestro país también incluye a Paraguay, Argentina y a República Dominicana.
«El 10 de julio comenzó en este último, el 16 llegamos a Buenos Aires, el 20 estuvimos por Santa Fe, el 24 pasamos a Ciudad del Este, el 29 llegamos a Salto y el 2 a Montevideo. La semana que viene estaremos en Chile y allí culminará el recorrido de nuestra delegación. Ayer vinimos desde Florida, fuimos para ahí porque existía una comunidad religiosa de nuestro carisma, y actualmente los laicos y hermanos que están allí comparten la misma espiritualidad», detalló el P. Jorge Carlos Conti, provincial de la delegación María Inmaculada, que se ocupa de dichos territorios de habla hispana.
El objetivo es claro: acercar las pertenencias de san Juan Calabria que, de otra manera, las personas en su mayoría no podrían visitar.
Cada objeto vinculado con san Juan Calabria presentó su respectivo código QR, con información detallada y un mensaje adicional. «Cada una tiene su significado espiritual, porque la idea tampoco es que la muestra sea una especie de museo, algo estático y antiguo, sino que todas ellas nos dejan una enseñanza. Por eso, cada panel junto a las reliquias tiene su código para poder acceder a una reflexión desde la catequesis», explicó el P. Conti.
Por un lado, la muestra incluyó algunos objetos de segundo grado del santo, como un reloj antiguo, un par de zapatos, sus lentes, una billetera de cuero, una carta escrita por él y una estola. Cada uno de ellos se presentó en una caja cerrada, para su mayor cuidado y preservación.
«Tenemos que sentirnos dichosos de poder contar con estos objetos. Creo que son de sus pertenencias más significativas, y está pensado para que puedan recorrer muchos lugares, porque como congregación estamos presentes en trece países, en cinco continentes. Como la muestra es itinerante, se armó una valija con todas estas cosas», mencionó el provincial de la delegación.
No obstante, la muestra —ubicada próximo al altar del templo— también reunió otros objetos, como un libro acerca de la historia de santo, algunas manualidades realizadas por chicos de la comunidad. De esta manera, algunas banderas pintadas de Uruguay e Italia, o flores de papel, decoraron la escena.
No obstante, hay algo que despierta particular interés entre los visitantes. Es el llamado faro de san Juan Calabria, reliquia de primer grado del santo.
«Hay muchas cosas que están en casa madre, en Verona, donde también tenemos su museo. Pero si pensamos en sus pertenencias más importantes, no podíamos no contar con el faro de san Juan Calabria. Como reliquia de primer grado, siempre genera mucha atención. La reliquia obviamente está dentro, pero el faro se mandó construir para que tenga, justamente, ese sentido de guía para todos nosotros», aseveró el P. Conti.
Esta reliquia contiene sangre del santo, y se situó exactamente en el medio de la obra. En su interior, tiene una luz led que también posee su propio significado. «Esa luz simboliza que continúa alumbrando en nuestras vidas, es parte del rol de todo faro. San Juan Calabria sigue siendo luz para la comunidad, aunque su palabra sirve para todo el mundo. Es viva y actual», reconoció.
Otra particularidad es su peculiar base que, además de su llamativa forma, recuerda a su tierra natal: «Está sostenida sobre una estructura que contiene tierra de casa madre. Calabria decía que Verona era ‘tierra santa y bendita’. Para nosotros, todos los lugares en los que estamos presentes en el mundo lo son».
La exposición fue solo una parte de las actividades que se realizarán por los ciento cincuenta años del santo. Las actividades continuarán de cara a octubre. «Nuestro carisma sigue siendo actual. Han pasado los años, pero el mensaje sigue estando vivo en nosotros. Él es nuestro faro, y se adapta a los tiempos en los que vivimos. Sigue evangelizando. No pasó de moda, porque hay realidades donde la espiritualidad calabriana tiene mucho para aportar. Tenemos la misión de anunciarlo, y la muestra es una pequeña parte de eso», expresó.
Desde la organización, el balance de la muestra fue altamente positivo: «La comunidad está contenta. Verlos reunidos, conversando entre ellos y rememorando la época de san Juan Calabria, nos genera mucha satisfacción. Todo el esfuerzo vale la pena. Por eso mismo, debemos manifestar nuestro agradecimiento a todos los obispos que nos abrieron las puertas de cada diócesis. Tanto en Salto, Mons. Arturo Fajardo, como en Montevideo el Card. Sturla. Ayer estuvimos con el obispo de Florida, Martín Pérez Scremini. Esto nos recuerda que los santos no son solo propiedad de una familia carismática, sino que son de toda la Iglesia».
Por: Leandro Lia
Redacción ICM