Patricia Schroeder es magíster en Gestión de Comunicación en las Organizaciones y tiene más de 20 años de experiencia en áreas de gestión de Comunicación y Marketing. Formó parte de equipos responsables de posicionamiento de marca y estrategias de marketing en la Universidad de Montevideo (UM) y es asesora de diversas empresas. Desde hace un par de años tiene un nuevo desafío: ser la codirectora de Voces Católicas Uruguay (VCU), una organización que capacita voceros para que estén al servicio de los medios de comunicación. Le sobran credenciales para hablar con autoridad sobre la comunicación de la Iglesia y sus desafíos actuales.

¿Cómo fue el pasaje de las Relaciones Internacionales a la comunicación?

Estudié Relaciones Internacionales con una ambición de estudio generalista y me gustaba mucho la docencia. Empecé dando clases en la Universidad de la República en Teoría del Comercio Internacional y Economía internacional durante 10 años. Cuando empezó la Universidad de Montevideo (UM) me llamaron para trabajar en el proyecto de universidad, antes de que fuera universidad en el año 1995. Allí me pidieron que me dedicara a temas de gestión de la universidad, marketing, y a mí me gusta mucho el rol de la comunicación desde las organizaciones. Además, se quería comenzar con la Facultad de Comunicación. Entre el 2001 y 2002 me fui a estudiar a la Universidad Austral en Buenos Aires. Desde esos años comencé a trabajar en gestión de comunicación y pasé de dar clases de Economía internacional a enseñar temas de gestión de comunicación en las organizaciones y comunicación estratégica. Nuestra Licenciatura en Comunicación en la UM tiene un fuerte componente humanístico porque queremos preparar a los alumnos entendiendo el contexto en el que están y entendiendo a las personas en ese contexto. La comunicación tiene como centro a la persona, siempre. La formación humanística es necesaria, además de todas las otras competencias y conocimientos que adquieren en la universidad.

¿Cómo nace VCU y cuál es la necesidad de su existencia?

Catholic Voices nace en Inglaterra en ocasión de la visita del Papa Benedicto XVI. Los católicos observaban que cada vez que salía uno en los medios de comunicación se generaba un cierto rechazo y polémica, el mensaje no era entendido. Realmente no alcanza con hablar, sino que hay que ver la forma como nos acercamos a las personas. Los fundadores de lo que llamamos el método de Catholic Voices, Austen Ivereigh y Jack Valero, estudiaron 10 temas controversiales y vieron que en esos asuntos hay un valor positivo en el que dos visiones opuestas pueden estar de acuerdo. El método pasa por centrar la comunicación en el valor positivo. Se sale del marco negativo, que puede ser el preconcepto de que la Iglesia es la negación y la exclusión, y se empieza a contar la historia de la Iglesia y del Evangelio centrándose en la persona. El valor positivo siempre es la persona.
Por ejemplo, pensemos en un debate polarizado como lo es el debate sobre aborto, en donde una persona piensa que es un crimen y otro cree que es un derecho y un progreso para la sociedad. Ahí hay que mirar a la madre que está gestando y está sufriendo la situación, centrarse en las dos personas y no descuidar que cuando hay una polémica o tema de debate, hay una persona que está sufriendo. Los católicos no venimos a imponer ideas, venimos a hablar de personas. No se trata de un debate ideológico o un enfrentamiento entre ideas, sino que vamos y pensamos en la persona. Pensemos en el niño y la madre. Poniendo el foco en eso, se buscan soluciones.
La Iglesia ha sido un ejemplo siempre de estar cerca del que sufre. Tenemos muchos testimonios que no se ven y queremos contar esas historias en los medios de comunicación. La Iglesia ha estado siempre cerca de la mujer embarazada —como lo que hace “Madrinas por la vida” en Montevideo— y también cerca de la gente que está en situación de calle, miremos los más de 500 jóvenes que salen a repartir comida en la noche y lo hacen con tanta ilusión. Soy testigo de eso y de que hay muchos testimonios para mostrar de la Iglesia con la gente.

¿Cómo son los perfiles de las personas de VCU que dialogan y tienden puentes en la sociedad para poder entrar en diálogo con los diferentes actores de la sociedad?

Lo primero que buscamos en los voceros es que tengan vida interior y puedan hablar desde su testimonio personal. Esto se trata de transmitir la fe y la fe primero se vive, se trata de transmitir valores que debés vivir. Como cualquier institución, hay una cultura y valores que se deben vivir y son los que la gente ve. A su vez, se busca que el vocero tenga una actitud de servicio para la los medios de comunicación y para la Iglesia, para así llevar el mensaje del Evangelio. Hay que estudiar la doctrina, los temas, y hay que seguir los debates sociales que tenemos en la sociedad uruguaya. Por último, se les hace un entrenamiento para presentarse en los medios frente a las cámaras y la radio.

¿Cuál es la necesidad de que alguien intervenga, en nombre de la Iglesia, en esos temas de debate?

La Iglesia sale a hablar porque tenemos algo para decir, tenemos una visión para dar sobre los temas. Eso a los medios de comunicación les importa. La Iglesia Católica siempre tiene su visión trascendente del hombre y desde esa óptica tiene algo para aportar en todos los temas de debate donde está la persona incluida.

¿Qué opina del manejo de la comunicación por parte del Papa Francisco?

Creo que San Juan Pablo II salió a recorrer el mundo varias veces y eso es comunicación. Él inició una era de comunicación y de interacción en respuesta a la sociedad y al mundo en el que estamos. Hoy vivimos en un mundo más complejo, con más información, más formas de comunicarnos, más debates, más temas en donde hay gran sensibilidad que hay que entender y escuchar. Todas las organizaciones están preocupadas por la comunicación. Esta deja de ser un área funcional de una organización para estar en el centro de la alta dirección. La comunicación del Papa Francisco está impregnada de su personalidad de pastor y de líder que tiene. Estamos en la “era Francisco” y por exponerse mucho en los temas también le pegan. La visibilidad conlleva al riesgo de que no todos estarán de acuerdo con lo que se dice. Pero es preferible decir, y que algunos peguen, antes que quedarse quieto. Dice que “hay que hacer lío” y es un gran ejemplo con lo que dice y con lo que hace.
El Papa Francisco nos está mostrando que nos tenemos que acercar a las personas siempre y en todas circunstancias, no importa si estoy de acuerdo o no con toda su forma de vida. Él como pastor se acerca a todo el mundo sin ninguna discriminación. Todos tenemos experiencias familiares donde no pensamos igual con todos pero igual nos queremos, y así es la Iglesia. La Iglesia tiene que acoger a todos sin juzgar, sin discriminar, sin dejar fuera. Si no hay acercamiento no va a haber diálogo.

¿Cómo ves el manejo de esta nueva comunicación que a veces trasciende a quien queremos transmitir el mensaje?

Nos exige trabajar cada vez más en comunicación y saber que es prácticamente incontrolable. No podemos controlar lo que dicen otros de nosotros. La Iglesia Católica del Uruguay está esforzándose mucho por comunicarse con los católicos y con la sociedad uruguaya, hay que seguir en esa línea. En VCU tenemos la tranquilidad y la certeza de que tenemos un buen mensaje para transmitir, pero hay que seguir trabajando, explicando y generando instancias de diálogo.