Misa de Domingo de Resurrección en la Iglesia Matriz
“Alegría, porque el Señor ha resucitado; la vida venció a la muerte”. Este 21 de abril se celebró, en la Catedral Metropolitana, la Misa de Domingo de Resurrección. La Eucaristía fue presidida por el Card. Daniel Sturla, acompañado por los sacerdotes Juan Gonzaléz y Mauricio Cabral, párrocos de la Catedral y de San Francisco, respectivamente. Contó con la presencia de cientos de fieles, muchos de ellos concurrieron en familia.
La Misa de Domingo de Resurrección incluye en su ritual el gesto de la aspersión sobre los fieles, así como la lectura de la Secuencia Pascual; un antiguo himno poético litúrgico, tal vez del siglo XI. La entonación de esta secuencia se realiza entre la segunda lectura y el canto del Aleluya.
El día de mayor alegría
La homilía comenzó con un par de chistes por parte del Card. Daniel Sturla que provocaron la risa y el aplauso de los fieles. Luego exclamó: “¡¡¡Felices Pascuas!!!” y explicó “la tradición es que en el día de Pascuas el sacerdote provoca la risa, y así, sonrientes, todos podemos desearnos ‘Felices Pascuas’. Porque este es el día de mayor alegría”.
El Arzobispo de Montevideo aseguró que “el mundo entero desborda de alegría porque Cristo ha Resucitado. Y esta buena noticia llena los corazones de todos de esperanza”. Ante la pregunta de qué sintieron los discípulos esa mañana de Pascua, el Arzobispo respondió: “Lo mismo que si hoy dijéramos en los hospitales ‘todos están curados’, o en las cárceles ‘todos están libres’, como si todos los que tuviéramos algún dolor, o extrañáramos a alguien que está lejos o fallecido ‘hoy viene, hoy nos vamos a encontrar’, es decir, experimentaron que el mundo y la vida que vivían se daba vuelta”.
Para el Card. Daniel Sturla la Pascua significa que “ni el pecado, ni el dolor, ni la muerte tienen la última palabra”, y añadió “es tener la certeza de la victoria de Dios. Saber que nuestra vida tiene sentido y no hay ningún mal que no pueda ser vencido”.
La muerte no tiene la última palabra
Después, el Arzobispo de Montevideo reflexionó que “el hombre de todos los tiempos encontró muchos dolores y sufrimientos, pero encontró la muerte como el peor mal; ahí todo se acababa. La muerte es un desgarro y algo se muere en nosotros con la persona querida”.
Pero justamente, ante este dolor, con la resurrección de Jesús “hasta la muerte ha sido vencida”. “Entonces ningún mal, por profundo que sea, puede destruir esta alegría. La fe no es hecernos la ilusión o imaginarnos que todo va a ir mejor, la fe es la certeza de que realmente Cristo ha vencido y que, por lo tanto, la victoria es del amor. Porque la victoria de Cristo en la Cruz es la victoria del Amor que vence al pecado, el mal y la muerte”, agregó.
Otro punto al que se refirió el Card. Daniel Sturla es cómo opera la esperanza en nuestra vida de creyentes. Mencionó que esta esperanza “se hace activa para sanar heridas, para tratar de liberar ataduras, para darle sentido a la vida de las personas. Que Cristo haya resucitado nos compromete a hacer presente esta realidad”.
También se refirió a la vida religiosa mencionando que “aquí como en tantos otros lugares está en dificultades por falta de vocaciones entre otros temas. ¿Pero que sentido ha tenido? Curar heridas, atender a los pobres, dar educación. ¿Para qué? Para que aquel cielo hacia el que vamos ya lo hagamos presente entre nosotros”. Y agregó: “eso es lo cada cristiano está llamado a hacer, lo que cada familia está invitada a realizar”.
“¡¡¡Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado!!!”
El Arzobispo de Montevideo se hizo un momento para recordar que a partir de este domingo, durante 3 semanas, la Iglesia en Montevideo estará empeñada en la misión “Casa de Todos”, “porque queremos convocar a otros para que vivan la alegría de la fe y que alimenten en su vida la esperanza de la victoria de Cristo”, subrayó.
Sobre el final de la homilía pidió a Dios para que todos los creyentes pudieran expresar la alegría de la resurrección de Jesús a quienes encontraran en su camino. “¡¡¡Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado!!!”, finalizó.
Antes de concluir la celebración, el Card. Daniel Sturla quiso entregar el manual del misionero a las personas que se han ido preparando para la misión “Casa de Todos” en las parroquias de la Catedral y San Francisco de Asís de Ciudad Vieja. Hizo una oración invocando al Espíritu Santo sobre ellos y sobre todos los misioneros que se han preparado en la Arquidiócesis de Montevideo.
Oraciones por Sri Lanka y Venezuela
También recordó a las personas fallecidas durante los atentados del domingo 21 de abril, en tres Iglesias y cuatro hoteles de Sri Lanka, durante las celebraciones del Domingo de Resurrección.
El Arzobispo de Montevideo quiso rezar por los venezolanos, para que se encuentre una salida consensuada a la crisis política del país caribeño. Justamente una pareja de jóvenes venezolanos pidió, a la salida de la Misa, que el Arzobispo les bendijera la anillos con los que piensan casarse, Dios mediante, en su tierra natal.
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