Es el quinto templo más antiguo de la Arquidiócesis de Montevideo, luego de la Catedral de la Inmaculada Concepción y San Felipe y Santiago de Montevideo (Iglesia Matriz), Parroquia San Francisco de Asís (Ciudad Vieja), Parroquia Nuestra Señora del Carmen (Cordón) y del Santuario Nacional de la Medalla Milagrosa y San Agustín (Unión).

La Parroquia Santa María de la Ayuda, que comenzó a construirse en el año 1867, se ubica en el barrio Cerro. El 17 de diciembre de 1867 fue cuando se colocó la piedra fundamental del actual templo parroquial, y los padrinos del acto fueron el Brigadier Gral. Venancio Flores y su esposa, María García Zamora. El templo abrió sus puertas para el culto aún sin terminar. En el año 1870 se inauguró el nuevo oratorio dedicado al Todopoderoso, a la Virgen Santísima, a San Roque y a San Pedro. Esta capilla era de ocho por quince metros, con techo de chapas a dos aguas, no tenía ventanas y se ingresaba por un portal hecho con tablones; no existían bancos por esto la gente tenía que llevarse algo en que sentarse.

Cabe destacar que anteriormente había existido una capilla de ocho por quince metros, con techo de chapas a dos aguas, no tenía ventanas y se ingresaba por un portal hecho con tablones; además, no existían bancos, por esto la gente tenía que llevarse algo en que sentarse.

¿Por qué el nombre Santa María de la Ayuda?

Dulce Nombre de María, Santa María del Cerro, Ntra. Sra. de Aránzazu y Ntra. Sra. del Rosario del Cerro fueron los nombres que tuvo el templo a lo largo de la historia, hasta llegar a Santa María de la Ayuda. Pero, ¿por qué se coloca bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Ayuda?

La primera imagen de la Virgen de la Ayuda llega al Uruguay desde su santuario en Busto Arsizio (Italia) en el año 1893, traída por el Sr. Marco Stoppa. Este la expone a la pública veneración en una capilla privada, en su propiedad de la calle Jaime Civil, sin autorización de la autoridad eclesiástica y haciendo de su culto un negocio para su beneficio.

Con el paso del tiempo la veneración a la Virgen de la Ayuda fue creciendo y la Iglesia vio la necesidad de poner punto final a esta situación. Después de ser amonestado el propietario de la imagen se prohibió su culto, aunque la gente siguió concurriendo al lugar para venerar a la Virgen.

Más adelante, el P. Gerardo Benincasa, durante su curato, instaló en el templo parroquial un cuadro de la Virgen de la Ayuda. Al asumir en esta parroquia, el P. Querubín de Ceriana ve la urgente necesidad de reparar el templo, que estaba en malas condiciones edilicias, pero no sabía a quién recurrir. Entonces, Mons. Francisco Aragone lo invitó a que haga una novena a la Virgen de la Ayuda para que pueda conseguir alguien que lo ayude con el arreglo y terminación del templo. El último día de la novena, pasaron por la parroquia el Sr. Fernando Darnaud y su esposa, que después de un paseo por la Fortaleza del Cerro de Montevideo pasaron a rezar al templo, vieron el deterioro del mismo y decidieron costear los gastos de su reparación.

Cuando se dieron por terminados los trabajos de restauración del templo, el 30 de marzo de 1930, durante la misa solemne, el arzobispo de Montevideo Mons. Francisco Aragone, hizo leer, desde el púlpito, un decreto por el cual se nombró titular de la Iglesia del Cerro a Ntra. Sra. de la Ayuda. El 11 de mayo de ese año se bendijo la imagen de la Virgen de la Ayuda donada por el Sr. Manuel Diz en agradecimiento a la Virgen por la recuperación de su señora esposa Doña Zenona Sánchez que sufría de una enfermedad pulmonar. La imagen fue mandada a hacer en Italia por el escultor tirolés Ferdinando Stufleser.

Festividades, grupos, colegios, procesiones y más

Desde los comienzos de la parroquia no solo se celebra la Eucaristía, se imparte catequesis a niños en su preparación para la primera comunión y se realizaban procesiones como ser: las fiestas patronales, el día de la Inmaculada, el vía crucis del Viernes Santo hasta la fortaleza; ayudando y promoviendo al laicado en sus dimensiones social, cultural y religiosa. También se destacan los dos colegios parroquiales, el colegio Santa Clara fundado en el año 1896 y el colegio Santa María de la Ayuda fundado en el año 1922.

En la actualidad, existen diversos grupos que responden a la dimensión misionera, orante, solidaria y fraterna de la parroquia. Ellos son: Legión de María, Solidaridad, Catecumenado de jóvenes y adultos, cofradía de san José, Pequeña Obra de la Divina Misericordia, san Expedito, liturgia, grupo de servicio, entre otros.

“Dos iniciativas excelentes que removieron y animaron al barrio”

Desde su fundación, la parroquia nunca ha querido quedarse encerrada en la sacristía, sino que siempre ha buscado la manera de llegar a todos. Por este motivo se organizaron a lo largo de su historia, manifestaciones de fe en las calles del barrio y misiones populares. Como resultado de la misión de 1957 se fundó, en las cercanías del cementerio del Cerro, un oratorio dedicado a la Inmaculada Concepción que más adelante se transformó en policlínica y comedor.

Para la atención de los niños carenciados de la zona de la villa, en 1967 el P. Martín Lagos creó la obra Promoción de Acción Social (PAS). A su vez, es importante destacar la presencia de las Religiosas de San José, del colegio Santa Clara, que desde el año 1896, con la ayuda de la Sra. Clara Jackson de Heber, se busca la promoción de la mujer y de las niñas carenciadas de esta zona.

Para poder atender mejor a la feligresía que vive en las inmediaciones del ex parador del Cerro, Mons. José Gottardi inauguró la capilla Cruz Alta, en 1996. En la actualidad se está proyectando un santuario dedicado a Jesús Misericordioso a pocos pasos de la Cruz de seis metros de altura y de la capilla.

En los seis años que estuvo el P. Guillermo Porras de párroco, hasta el 2020, se realizaron cinco misiones parroquiales: tres organizadas por la Sociedad de San Juan, recorriendo cada año más de mil hogares cada verano, y en otra fecha, en vacaciones de septiembre; y otra con el Instituto de los Hermanos de la Sagrada Familia, con las que misionaron en la villa propiamente. Dos iniciativas excelentes que removieron y animaron al barrio, e hicieron posible que el mensaje de Cristo y la comunidad llegaran a muchísimos hogares. Actualmente la parroquia es administrada por los jesuitas.