Deterioro de la libertad religiosa a nivel mundial

Informe sobre libertad religiosa revela que 6 de cada 10 personas en el mundo viven en países que no respetan este derecho humano fundamental

El jueves 22 de noviembre, en Madrid, se dio a conocer la versión en español del Informe 2018 sobre Libertad Religiosa. El trabajo, de carácter bianual, es realizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) y es el único de su tipo realizado por una institución católica. El informe da cuenta de la libertad religiosa en todo el mundo y refiere a todas las religiones, no solo la cristiana.

También monitorea el cumplimiento, a nivel global, del artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que cumple este año su 70 aniversario. Según dicho artículo, toda persona tiene derecho a “la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.

El informe incluye, además de cifras y comparaciones temporales, un informe cualitativo del respeto de la libertad religiosa en 196 países en el periodo 2016-2018.

Discriminación y violencia

Una de las observaciones más importantes del informe  es el deterioro de la situación de los grupos religiosos minoritarios en muchos países. En China y la India, especialmente, se notó una importante decadencia. Según el informe “en muchos otros (entre ellos Corea del Norte, Arabia Saudí, Yemen y Eritrea) la situación ya era tan mala que apenas podría empeorar”.

En términos numéricos en 38 países se cometen violaciones importantes de la libertad religiosa. En 17 hay discriminación a causa de la fe y en 21 de ellos se persigue, en algunos casos hasta la muerte, por las creencias religiosas. Esto implica que 61% de la humanidad vive en países donde no se respeta la libertad religiosa.

Cualitativamente la intolerancia contra las minorías religiosas supuso que dos países, Rusia y Kirguistán, se hayan incluido por primera vez en la categoría de “Discriminación”.

Además, el informe alerta que “En comparación con los dos años anteriores, hay más países en los que se cometen violaciones graves de la libertad religiosa que presentaron signos de deterioro de las condiciones de las minorías religiosas, cuatro más que en 2016”.

Entre regímenes autoritarios y combate al terrorismo

También remarca el estudio que el incremento de las violaciones de la libertad religiosa por parte de agentes estatales, especialmente en regímenes autoritarios, ha provocado que un número mayor de países muestren una disminución de la libertad religiosa en comparación con 2016.

Por otro lado, se observa que la disminución de las actividades de grupos yihadista como Al-Shabab (vinculado a Al Qaeda), hizo que países como Tanzania y Kenia, clasificados como países de “Persecución” en 2016, hayan pasado en 2018 a la categoría de “no clasificados”. No obstante, se hace notar que si bien en algunos países se han observado menos violaciones de la libertad religiosa de naturaleza islamista, “la situación ha empeorado claramente en muchos otros”.

Indiferencia de Occidente

Otro fenómeno que el informe destaca es el “nacionalismo agresivo, hostil a las minorías religiosas”, hasta tal punto que lo define en muchos casos como ultranacionalismo. “La intimidación violenta y sistemática de los grupos religiosos minoritarios les ha llevado a tildarlos de forasteros desleales y de amenaza para el Estado”, agrega.

ACN, también alertó sobre la actitud de Occidente ante esta realidad: “Cada vez hay más pruebas de la existencia de un muro de indiferencia detrás del cual las comunidades de fe vulnerables sufren, mientras un Occidente religiosamente analfabeto ignora su difícil situación”.

A esto el informe agrega que tanto para los gobiernos, como los medios de comunicación occidentales, “la libertad religiosa está perdiendo importancia en el orden de prioridades en la defensa de los derechos humanos, eclipsada por las cuestiones de género, sexualidad y raza”.

El traslado del extremismo

Como un dato sumamente positivo, el trabajo celebra el rápido e inesperado reasentamiento de grupos de fe minoritarios, entre ellos cristianos, en algunas zonas de Oriente Medio anteriormente ocupadas por el Daesh (también conocido como ISIS) y otros grupos hiperextremistas. Igualmente, lamenta que “Muy pocos Gobiernos occidentales han proporcionado a los grupos religiosos minoritarios, especialmente a las comunidades que desean regresar a sus hogares, la ayuda que necesitan con tanta urgencia”.

Desde un punto de vista mediático, advierte que “Los éxitos de las campañas militares contra el Daesh y contra otros grupos hiperextremistas han ocultado la difusión de los movimientos islamistas militantes en zonas de África, Oriente Medio y Asia”. “El conflicto entre el islam suní y chií ha alimentado a los grupos extremistas, entre ellos al Daesh”, añade.

El abuso sexual como arma terrorista

Un punto que es de honda preocupación para ACN es el aumento del abuso sexual contra las mujeres cometido por grupos e individuos extremistas en África, Oriente Medio y zonas del subcontinente indio, y la difusión del secuestro de mujeres jóvenes o niñas para ser vendidas como esposas o esclavas sexuales. También preocupa la poca protección jurídica y social de la mujer en muchos países.

Peligros para la libertad religiosa

También destaca el informe que “Se ha producido un auge de los atentados extremistas en Europa y en el resto de Occidente, motivado en parte por el odio religioso. Los atentados indican que la amenaza del extremismo militante ahora se está haciendo universal, inminente y siempre presente. Como tal, esta amenaza puede recibir el nombre de terrorismo de vecindario”.

Entre los fenómenos que derivan de este “terrorismo de vecindario” está el aumento en occidente de la islamofobia, que es otra de las consecuencias de la actual crisis migratoria.

El informe no deja de subrayar que hay pruebas de un recrudecimiento del antisemitismo en muchos países, algunos de ellos de Occidente, “que ha llevado a un aumento del número de judíos que emigran a Israel”.