Desde 2016 se realiza en Montevideo, a través de la Sociedad de San Juan, el retiro Pascua Joven, organizado por jóvenes para jóvenes. La propuesta de consiste en vivir una experiencia profundamente espiritual y eclesial del misterio de la Pascua. Este año, debido a las medidas sanitarias que impulsó el gobierno uruguayo por la pandemia del COVID-19, los organizadores de este retiro optaron por realizarlo de forma online, entre el miércoles santo y el domingo de Pascua. Participaron 120 jóvenes de 5° y 6° de bachillerato de varios liceos de Montevideo.
Las actividades propias de la Pascua Joven se llevaron a cabo por reuniones online a través de la aplicación Zoom. Todos los días hubo dinámicas en grupo, meditaciones, reflexiones personales y charlas de formación y sobre virtudes. Las celebraciones se vivieron a través del canal de Youtube de la Parroquia Nuestra Señora del Huerto y San José, donde tiene su sede la Sociedad de San Juan Montevideo.
Al comenzar el día los chicos tenían una meditación y luego se les planteaba un desafío para la jornada. El jueves, el desafío fue que cada uno brindara una ayuda concreta, un servicio, en su familia. El viernes santo, la propuesta fue armar una Cruz casera y el sábado la misión fue encontrar un canto que hablara de la resurrección, escucharlo y transcribir la letra, para contribuir a una buena preparación para la vigilia de Pascua.
Además, en las mañanas había charlas de formación, reflexiones grupales, y en las tardes se retomaba con la proyección y análisis de una película, así como con la celebración de la Santa Misa. Desde el comienzo se le propuso a los participantes que armaran su rincón de contemplación, dentro de sus casas, con algún crucifijo o estampita para los ratos de oración, y se les recomendó tener a mano una vela para los momentos de celebraciones.
«Lo que más me llamó la atención de esos días fue la fuerza con la que se sintió la presencia de Cristo, desde su pasión, muerte y resurrección. Cada oración, charla o canto pasaba de la pantalla y llegaba una gracia especial, esto fue algo que nos sorprendió a todos. Personalmente, desde mi grupo de compartida, me impresionó cómo la mayoría, sin importar que estuviéramos en una videollamada, éramos capaces de contar cosas que en persona nunca habíamos contado. Sin lugar a duda confió en que Dios se sirvió de esta realidad que vivimos para abrir nuestros ojos, confiar más en Él y unir nuestra comunidad con la alegría del resucitado».
«Vivirlo desde nuestras casas fue desafiante, no se sabía qué repercusiones podría tener o qué tan fructífero podría ser. Me impresionó mucho el poder que tiene Jesús y su Palabra. Cómo, de verdad, atravesó pantallas y se extendió por todo Montevideo, y no se quedó solo en un lugar concreto como cuando hacemos la Pascua Joven en una casa de retiro. Si bien fue distinto y no pudimos hacer algunas actividades habituales, igualmente con esta Pascua virtual Jesús pudo bendecir y motivar mucho para que lo sigamos a Él».
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