Conversamos con el presidente de la ARU sobre la realidad del campo uruguayo y los desafíos a futuro.
El 8 de agosto se inauguró la edición 118 de la Expo Prado. Es un momento especial del año, en el que todo el aparato productivo del agro y la ganadería uruguaya se expone en la capital, atrayendo una gran cantidad de público.
El nuevo programa de Radio Oriental, Amanece en la aldea, entrevistó al novel presidente de la Asociación Rural de Uruguay (ARU), el Ing. Agr. Patricio Cortabarría. Compartimos con ustedes parte de este diálogo.
¿Cómo fue el encuentro con el presidente?, ¿de qué se habló?
Recién repasaba lo que fue la agenda de ayer, con el presidente Lacalle y su equipo por la mañana. Después almorzamos con la intendente Cosse, al mediodía. De tarde, con la ministra Arbeleche y con el equipo económico, para luego ir a la Confederación de Cámaras, donde estaban los ministros Falero, Mieres y Arbeleche. Fue un día muy intenso con la primera plana de la política.
Lo primero que destaco, más allá de los temas conversados, es el propio diálogo. Es fundamental y creo que ha sido una constante durante este gobierno. El campo y la ARU han tenido un diálogo fluido y abierto, pudiendo plantearle las cosas de frente al gobierno.
Los temas de los que más se habló fueron el de atraso cambiario —algo que el sector realmente está sufriendo—, de inserción internacional —un poco de lo significa este corsé del Mercosur—, de la industria frigorífica —la preocupación que hay en el sector agropecuario, con esta adquisición de algunas plantas que podrían dejar a una de las empresas con un poder de compras muy importante—. El presidente también hizo un repaso de lo que fue el transcurrir del gobierno.
Hablamos del tema de la infraestructura, que ha tenido muy buenos avances y en el que el Uruguay tenía un debe. Con un crecimiento del 73% de su PBI desde comienzos del siglo XXI, el Uruguay sin embargo en lo que refiere a la inversión en infraestructura, nuevas rutas y caminería, no había estado acorde. Eso hace parte de la competitividad.
¿Cuáles son las principales preocupaciones del sector?
El dólar, sin duda. El atraso cambiario. Este año el sector sufre tres factores que le pegan duramente. El primero es el de la sequía y con eso de la baja de la producción. Después, el de una baja de los precios internacionales; es decir, a la menor producción se suma que lo producido vale menos. Y el otro es el del valor del dólar. Esta combinación es exponencial. Hay falta de liquidez en el sector.
«[En la Expo Prado] se ve cómo funciona Uruguay, quiénes son los actores, cómo se hace nuestro país»
La agricultura, además, tuvo el que tal vez sea su golpe más fuerte en la historia por la sequía.
¿Hay algún precio que manejan al que debería estar el dólar?
En cuanto al dólar, no es que tengamos una cifra, pero todo lo que sea mejor que lo que tenemos nos podrá ayudar. Cuando llega a fin de mes y tiene que hacer frente a sueldos, surtidos, pagos de BPS y todo lo que implican las empresas ganaderas, el productor tiene gran parte de su estructura de costos, al ser más extensiva la producción, en pesos. No es así en la agricultura y en la lechería, ya que sus producciones, al ser más intensivas, son más dolarizadas.
Usted en una entrevista dio una frase bastante singular: “El Prado, en sí mismo, es un viaje al interior del Uruguay”. Más allá de esta frase ¿qué es la Expo Prado?
Me acordaba de cuando era chico, que venía y entraba a los pabellones, a ver los folletos, y en definitiva aquí estaba, y está, representado un mini Uruguay —con las empresas públicas y privadas, embajadas, los medios—. Pero, además, no es tanto al interior tierra adentro, sino de la piel para adentro. Aquí se ve cómo funciona Uruguay, quiénes son los actores, cómo se hace nuestro país.
Hay una preocupación por el tema del medioambiente. De hecho, en esta Expo Prado se habla mucho de la producción sustentable. ¿Qué significa esta producción sustentable?
La idea de la producción sustentable también surge de las charlas y conferencias que se dan dentro de la Expo Prado. ¿Y esto por qué? Porque la agenda, sobre todo la europea, está poniendo los temas ambientales sobre los comerciales. En la actualidad vender un producto no es solo un tema de precios y reglamentaciones aduaneras, sino que también existe un factor de cuidado medioambiental atrás que hay que demostrar.
«En el tema del cambio climático, negarlo no tiene sentido; tampoco achacarle todos los males de la humanidad»
Ahí, igualmente, a mí me gusta hacer una precisión: el mayor aporte al cambio climático lo hace la quema de combustibles fósiles y creo que nos estamos haciendo los distraídos. China y Estados Unidos, las mayores potencias mundiales, no están acompañando los protocolos ambientales, y veo que hay una carga muy grande sobre la ganadería y nos puso en la mira. Igualmente eso ha cambiado en los últimos años. Es real que el ser humano contamina por su forma de producir y consumir, lo que hay que tratar es de mitigar esa contaminación. De allí viene la preocupación por el tema de la sustentabilidad.
En el tema del cambio climático, negarlo no tiene sentido; tampoco achacarle todos los males de la humanidad.
¿Cómo observa la relación campo – ciudad?
Creo que la percepción sobre el campo cambió sustancialmente luego de la crisis del 2002, después de que en los años noventa los reclamos del sector agropecuario fueran bastantes desatendidos. Con la crisis sanitaria de 2001, alguna gente que estaba en la ciudad y tenía algún dinero para invertir se pudo hacer con algo de tierras que algunos productores tuvieron que abandonar. El siglo XXI ha generado otros instrumentos, otras herramientas, la gente ha podido invertir en la ganadería sin tener campo —hay empresas que se dedican a este negocio— y la posibilidad de acceder a más capital.
El desarrollo agrícola fue tremendo en estos años desde comienzo de siglo, dando lugar a una cantidad de negocios que tienen que ver con este tipo de producción y con un nivel de vida mucho mejor en el interior del país que hace unos años. Por eso me parece que hay un entendimiento mucho mejor entre el campo y la ciudad del que hubo en el siglo XX. ¿Por qué? Porque el campo tenía una necesidad de inversión para su crecimiento y esta inversión vino de zonas urbanas. Se incrementó la productividad del campo y esto hizo que mucha gente se pudiese integrar a este sector de formas diferentes.
¿Qué lugar ocupan las nuevas tecnologías aplicadas en el trabajo del campo?
El otro día asumió una nueva directiva de ARJU, y les pedí que hicieran una presentación de cuáles son hoy las agro tecnologías de punta que tiene Uruguay, qué podríamos estar aplicando los productores rurales y de repente no estamos aplicando por falta de conocimiento o formación. La extensión del campo no va a crecer, la tierra productiva no crece más, es decir, ese pedazo de tierra cada vez tiene que ser más productivo y más eficiente. Y ahí es donde están las tecnologías. Todo lo que es la agricultura de precisión, la fertilización por zona, la densidad de siembra que cambia, las diferentes variedades de cultivos. Creo que la producción se va a ir intensificando y esta intensificación es metro a metro.
En el tema ganadero están los pastoreos rotativos, parcelar de forma cada vez más pequeñas las áreas y ponerle agua en la parcela, es un manejo más inteligente de los recursos en cantidad y calidad.
Por: Pbro. Fabián Rovere y Daniel Bianchi
Radio Oriental