Un rabino judío, un pastor metodista y un sacerdote católico fueron pioneros en América Latina
Después de la tragedia del holocausto judío, tres uruguayos decidieron dejar de lado sus diferencias y comenzar a dialogar. Eran el Gran Rabino Fritz, el sacerdote Justo Asiaín y el pastor Emilio Castro, y en aquél 1954 sentaron las bases de lo que en 1958 se constituyó como la Confraternidad Judeocristiana del Uruguay. En su 60 aniversario, el Senado uruguayo le hizo un homenaje.
El evento tuvo lugar el miércoles siete en el Legislativo y la oradora principal fue la Dra. Carmen Asiaín, sobrina del sacerdote jesuita que integró el grupo fundador. En las barras estaban los representantes de los cultos que integran la Confraternidad: el pastor luterano Gerónimo Granados, el rabino Daniel Dolinsky y el Cardenal Daniel Sturla, entre otros.
El Arzobispo de Montevideo se refirió a esto en su audición semanal de Radio Oriental. “Después de la tragedia de la shoá -el holocausto-, que supuso una terrible matanza y persecución de judíos por parte de la Alemania nazi, todo el mundo cobró conciencia de esta situación. En Uruguay hubo pioneros”, destacó. El rabino, el pastor y el sacerdote que fundaron la Confraternidad fueron “gente que se sentaba a compartir, a conocerse, dando vuelta a 2000 años de historia. Esto respondió a una realidad mundial pero aquí en América Latina fuimos los uruguayos los que dimos los primeros pasos”, ratificó.
Destacó, asimismo, que la Confraternidad ha sido y es un lugar de encuentros e intercambios que favorecen “no solo tolerarse, sino respetarse, amarse”. “Este Uruguay de hoy -prosiguió- necesita y le hacen bien estos encuentros entre personas que sienten, que creen, que piensan diferente pero que saben que hay muchas cosas que los unen”.
Además de la Dra. Asiaín intervinieron los legisladores Pablo Mieres (Partido Independiente), Luis Lacalle Pou y Daniel Lopez Villalba (Partido Nacional) y Pedro Bordaberry (Partido Colorado).
Mensaje del Papa Francisco
El Sumo Pontífice se hizo presente, asimismo, a través de un saludo afectuoso enviado al Cardenal. “Agradezco todo lo que han hecho durante este tiempo 1o cual ha fortalecido el diálogo fraterno entre judíos y cristianos, hermanos con una misma raiz”.
“Deseando que esta Institución siga dando frutos para el bien de toda la sociedad uruguaya aseguro mi oración. Y, por favor, les pido que recen por mí”, manifestó.
“Sabemos que para él ha sido muy importante en su vida pastoral este relacionamiento entre cristianos y judíos, es un gran promotor de estos encuentros que nos llevan a una integración mayor”, destacó, hacia el final de su columna radial, el Arzobispo de Montevideo.
